Dolce vita / 16 de enero de 2021

¿Tomas vitamina D? Esto es lo que debes saber

Miredvista.co

Un estudio de científicos españoles mostró que los niveles bajos de esta molécula fueron más frecuentes en un grupo de  pacientes hospitalizados por coronavirus.

La vitamina D constituye un grupo de moléculas liposolubles que son micronutrientes importantes para la salud. Está presente en ciertos alimentos, y es necesaria para absorber el calcio y el fósforo, fundamentales para asegurar la buena salud de huesos y dientes.

Sin embargo, en estos días de emergencia sanitaria en el mundo, hay un inusitado interés de muchas personas por este micronutriente que lo están consumiendo con asiduidad tras las informaciones que se difunden por medios de comunicación y redes sociales de que ayuda a prevenir el contagio del Covid-19. ¿Qué hay de cierto en esto?

Recientemente, científicos españoles dieron a conocer los resultados de un estudio sobre la relación entre la vitamina D y el Covid-19, que mostraron que los niveles bajos de este micronutriente fueron más frecuentes en un grupo de 216 pacientes hospitalizados por coronavirus.

Los niveles de vitamina D de estos pacientes fueron más bajos en comparación con los de 197 personas que no estaban ingresadas en el hospital, sin registro de la enfermedad. Se encontró deficiencia de vitamina D en el 82,2% de las personas hospitalizadas, frente al 47,2% en el grupo de control, es decir, el grupo de personas no hospitalizadas que se utilizó como comparación.

Los autores del estudio, miembros de la Universidad de Cantabria y del Hospital Marqués de Valdecilla, en España, advirtieron que lograron demostrar una asociación entre la presencia de vitamina D y Covid-19, pero no una causalidad. “Es decir, no es posible afirmar que la deficiencia de vitamina D conduce a la enfermedad, o que el refuerzo de vitamina D puede proteger contra la enfermedad”, concluyeron.

Lo que sí está científicamente comprobado son las bondades de esta vitamina –y de sus compuestos D2 y D3– en cuanto a la reducción del riesgo de fracturas y caídas. Por tanto, quienes la consumen en cantidad muy escasa pueden tener huesos débiles, delgados y frágiles, un trastorno que se denomina raquitismo en los niños y osteomalacia en los adultos.

Muchos expertos consideran que la vitamina D es una hormona y no un micronutriente, ya que no se trata de un compuesto ajeno que nuestro organismo sea incapaz de producir. Es que si bien se encuentra en muchos alimentos, nuestro cuerpo la puede sintetizar por sí mismo si nos exponemos al sol durante unos minutos cada día.

Además, la vitamina D es muy importante para el cuerpo de muchas otras formas. Los músculos requieren esta vitamina para el movimiento. Por ejemplo, los nervios la necesitan para transmitir mensajes entre el cerebro y cada parte del cuerpo, y el sistema inmunitario emplea la vitamina D para combatir los virus y bacterias que lo invaden.

Tanto la vitamina D2 como la vitamina D3 pueden obtenerse de los alimentos, aunque en cantidades relativamente pequeñas. Únicamente los pescados grasos como el salmón, el atún, las sardinas o el aceite de hígado de bacalao contienen cantidades significativas de vitamina D3.

Pero la mayor parte de esta vitamina se sintetiza en la piel tras la exposición a la radiación UVB procedente del sol. Los alimentos enriquecidos, como cereales, queso y leche representan una fuente importante de vitamina D para los niños en algunos países, aunque en realidad son cantidades pequeñas. La alimentación contribuye solo en un 10%–20% a sus reservas en adultos y, muy probablemente, este porcentaje es aún menor en niños.

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