Moutai es la bebida alcohólica y se ha usado para ceremonias especiales con jefes de Estado. Foto: Moutai.
El baijiu Moutai, la bebida nacional de China, es también conocida como “agua de fuego”.
Un aguardiente elaborado a partir de sorgo rojo cultivado exclusivamente en la ciudad de Moutai y con una tradición de más de 2.000 años, es la sensación en ventas en China, su país de origen.
El “agua de fuego”, como se le conoce, tiene un 53% de alcohol.
El éxito de los últimos años, provocó además que el año pasado las acciones de su fabricante, Kweichow Moutai (del que hace parte el Estado), tuvieran un repunte del 70% en la Bolsa de Valores de Shanghái en 2020.
La empresa está ubicada en la provincia de Guizhou.
La única bebida alcohólica presentada como regalo oficial por las embajadas chinas en países extranjeros, se ha usado también en muchas ocasiones oficiales con jefes de estado extranjeros.
En uno de los históricos encuentros, el del entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, con el primer ministro Zhou Enlai en 1972, el brindis fue con baijiu Moutai.
La producción del licor superior de China, como fue declarado en 1951, hasta la entrega final tarda cinco años a lo largo de los cuales pasa por lo menos de 30 procesos y 165 procedimientos diferentes.
Moutai se cultiva manualmente siguiendo el calendario lunar, mientras que el arte de la producción se transmite de generación en generación. Cada ciclo de producción dura un año.
Como solo el brandy de la ciudad de Cognac puede etiquetarse como coñac, lo mismo ocurre con Moutai, que solo se puede producir en la ciudad de Moutai, dice su fabricante.
“Cualquier intento de replicar este baijiu único en otro lugar ha fracasado. ¡El medio ambiente y los métodos ancestrales han creado un producto irremplazable!”, añade.
En cuanto a precios y accesibilidad, si bien al principio se consideraba que solo la bebían las élites, el fabricante se ha preocupado por sacar al mercado toda una gama de productos que incluso empezó a tener una alta demanda entre los más jóvenes.
Una botella se puede conseguir en el mercado al equivalente a 209 dólares, pero en ediciones especiales para coleccionistas que no la consumen sino que la desean conservar, se ha pagado más de 44.000 dólares en la célebre casa de subastas Christie’s.