Personaje / 23 de julio de 2022

Dimitri de Yugoeslavia: el príncipe joyero

El príncipe Dimitri de Yugoeslavia concedió una entrevista exclusiva para MiREDvista en su casa en Nueva York.

Luis Alfonso Borrego

Primo de los reyes de España, Inglaterra o Bélgica, el nieto del último rey de Italia se ha dedicado al diseño de alhajas destacándose como uno de los mejores de Nueva York.

Como un neoyorquino más, el nieto del último rey de Italia, Umberto II, vive desde hace más de treinta años en la Gran Manzana en un exclusivo sector de Manhattan en donde con frecuencia recibe la visita de sus primos reales de Grecia o personalidades sociales de esta urbe como su gran amiga la diseñadora venezolana Carolina Herrera.

Una de sus grandes amigas es la diseñadora Carolina Herrera.

En este apartamento de tres habitaciones y decorado con fotografías de sus antepasados ilustres y objetos decorativos que en algún momento hicieron parte del mobiliario de palacios que hicieron parte de su familia.

Candelabros, espejos y hasta utensilios de tocador con los escudos de la familia Saboya entre otras se encuentran distribuidos en una sala con vista a los rascacielos de la metrópoli.

De un momento a otro y puntual para nuestra cita sale su alteza real mientras disculpándose en perfecto castellano, me indica que estaba esperando una llamada de Paris de su madre la princesa María Pía de Saboya quien es por su segundo matrimonio también princesa de Borbón Parma y mientras me lo comentaba, sonó su celular cambiando de inmediato a hablar en italiano. Luego de 5 minutos aproximadamente, este hombre alto y delgado de 63 años y mirada profunda con sus ojos azules, se sentó a hablarme de su madre como si fuera una persona de a pie. Una princesa que nació como hija, nieta, bisnieta de reyes y emparentada con 11 casas reales europeas y que en primeras nupcias se casó con un príncipe Yugoeslavo que conoció en el famoso crucero Agamenón, donde la reina Federica de Grecia quiso emparejar a miembros de las casas reales europeas logrando el objetivo con los progenitores de nuestro entrevistado.

SU FASCINACIÓN POR LAS JOYAS

Empezamos la charla tocando el tema de hasta qué punto los “royals” son celebridades, y su expresión facial fue como si hubiera dicho un sacrilegio “las casas reales no son celebridades, son instituciones para el servicio del pueblo”.

Con una de las piedras preciosas de su joyería.

“Desde que nacemos sabemos que tenemos una misión muy particular y es que a través de nuestro trabajo estamos ayudando a la unidad patriótica” no obstante le objeté por lo que ocurría con sus parientes Harry y Meghan, duques de Sussex, y fue enfático en su respuesta: “él es muy diferente a su hermano con quien hablo con frecuencia y le dijo que se esperara un poco… William sabe lo que es su sentido del deber y Harry quiso ser una celebridad… hasta se casó con una”.

Con Sofía de España.

Aprovechando la oportunidad que me daba al hablar de un tema tan controversial, le pregunté por la famosa entrevista que la ex actriz dio a Oprah Winfrey hablando de capítulos de racismo mientras vivió en Londres, a lo que contestó:  “una total mentira, yo hablé con mis primos y me dijeron que todo era falso”. Y dándose cuenta que estaba hablando de mas, me pidió cambiar el tema y aprovecho preguntarle qué se hace cuando se reúnen varias casas reales.

“Somos una gran familia. Se ríe mucho. Las bodas o bautizos son grandes ocasiones para compartir y tratamos de encontrarnos”.

A la pregunta ¿cuál es su pariente más divertido? y sin pensarlo mucho dijo: “El rey Juan Carlos sin duda alguna… es muy ocurrente y su hijo Felipe es igual..”

Intento sacarle más intimidades familiares ahora que menciona a la casa real española y le digo qué pudo haber sido su tío del rey emérito español pues fue novio en su juventud de María Gabriela de Saboya hermana de su madre, y me dijo que ya lo era porque la reina Sofía también era su tía por ser el nieto de la princesa Olga de Grecia.

En el bautizo de una de las hijas del rey Felipe.

¿Pero cómo termina este personaje que nació en París, creció en un palacio al lado del mítico Versailles y se educó en los más prestigiosos internados suizos en Nueva York? “Siempre tuve fascinación por las joyas. Desde pequeño veía a mi madre, tías y abuelas con sus tiaras y collares, prendedores. Me quedaba embelesado viendo sus piedras de colores y diseños clásicos. Muchos de ellos creación de mis abuelos que también les apasionaba el diseño de joyas. Por esta pasión estudié gemología, y Sothebys la famosa casa de subastas, me contrató para certificar muchas de sus piezas y lo que fue un proyecto limitado en el tiempo se convirtió en más de dos décadas… y ahí nació mi iniciativa de crear mi propia línea de joyas casi que por accidente al ayudar a un primo a arreglar una de sus mancornas que se la había dañado en una boda en Londres”.

En nuestra conversación bilingüe recordó cómo empezó su camino como uno los diseñadores de joyas más importantes del mundo.

SUS COMIENZOS

En uno de sus primos reales (cuyo nombre se reserva) perdió unos de los broches que aseguraban las mancornas de su camisa y en cuestión de minutos con la habilidad de un experto artesano, el príncipe Dimitri no solo corrigió el defecto de la antigua prenda del pariente sino que diseñó una nueva pieza para él mismo generando la admiración y aplauso de él y otros familiares que en ese evento le insistieron que explotara su don y habilidad para las joyas empezando por estas piezas masculinas.  

Tiempo después fue diversificando en collares, anillos, pulseras, broches y hasta diademas que se convirtieron en un hit de ventas no solo en exclusivas tiendas de Estados Unidos y Europa, teniendo pedidos exclusivos de muchas de las testas coronadas del antiguo continente. Al confirmar, gracias a su red social, cuyos comentarios son en su mayoría de los príncipes herederos de los Helenos, Pavlos y Marie Chantal con quien tiene una relación muy cercana y es padrino de uno de sus hijos, sí eran ellos algunos de sus clientes.

“Mis clientes de piezas especiales se mantienen en la confidencialidad” no obstante si reveló que una de sus joyas más perseguidas aparte de Lazy Ring (anillo perezoso) son también las mancornas tutti-frutti hecha con 8 piedras preciosas y fueron diseñadas como regalo de bodas para el actual rey de España, en aquel entonces príncipe Felipe de Asturias, y debo confesar que caí rendido ante la belleza de tal accesorio y no me resistí a comprarlos sacándolos del estuche de muestra que el noble trajo de su estudio e impactaron mi vista junto con otros hechos con diamantes de una de las tiaras de bisabuela la reina María José de Italia nacida princesa de Bélgica”.

DE INNEGABLE SANGRE AZUL

Hoy en día no solo su nombre está en las listas de invitados a eventos de la alta sociedad neoyorquina, sino que su fama como diseñador de joyas quedó impresa en un libro donde habla de sus orígenes familiares y su pasión por las joyas. En ‘Érase una vez los Diamantes’, habla de cómo por cada uno de sus cuatro costados, Dimitri de Yugoslavia tiene sangre azul sino también los vínculos y cercanía para pasar vacaciones con reyes como los de España, príncipes como los de Grecia o los duques de Kent.

A pesar de que con sus pasaportes británico y belga tiene tratamiento de alteza real y sus títulos en Europa, al hacerse ciudadano de los Estados Unidos, le tocó renunciar a dichos reconocimientos.  “No pasa nada… acá soy simplemente Dimitri y no me disgusta. Me da mayores libertades pero en Europa saco el pasaporte que más me conviene a la hora de llegar”, apunta entre risas.

El papa Juan Pablo II bendijo un rosario que le entregó Dimitri durante una audiencia.

Sobre un chat de familia en whatsapp comenta: “no propiamente, pero sí hablo con frecuencia con la Reina Sofía de España y su esposo el rey Juan Carlos a quien sin ningún filtro defendió de “la canallada que le están haciendo en el país cuya transición llevo a la democracia” haciendo referencia a la cacería de brujas sufre el monarca que lo llevó a auto exiliarse en los Emiratos Árabes.

Para Dimitri su joya más preciada es un rosario de caoba. Ese artículo religioso es un regalo de un santo: “en 1983 mi familia tuvo una audiencia privada con Juan Pablo II pues luego de la muerte de mi abuelo, se le entregó en herencia el santo sudario de Turín que estuvo en posición de mi familia desde el siglo XV y por deseo expreso del último rey de Italia, luego de su muerte debía ser entregado al Sumo Pontífice, quien nos dio una bendición especial y este rosario que guardo como una las posiciones más valiosas que tengo” concluyó el aristócrata mientras nos hacía un tour por su cómoda vivienda que dista mucho de ser los palacios donde creció, pero con el mismo contenido histórico que sigue viviendo a través de sus recuerdos y sus joyas.

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