Juan Alejandro Tapia
Columnista / 13 de mayo de 2023

Borracheras 

Miles de barranquilleros salen cada día a ejercitarse en los parques remodelados por la Alcaldía, en un programa que ya cumple doce años. Familias marginadas, muchas de ellas migrantes, llevan a sus hijos pequeños a divertirse en los mismos espacios que utilizan las élites. Es un ejemplo de urbanismo igualitario: entornos amigables con el medio ambiente, de acceso no discriminatorio, promueven el deporte y la mezcla de clases. O resumido: construye un parque y la comunidad circundante saldrá a respirar aire puro y recrearse, establece una política de parques y la ciudad entera caminará por el mismo sendero. Pero, autoriza el funcionamiento en cada esquina de un bar, una licorería, una discoteca o un estadero, permite que las tiendas vendan cerveza al antojo de sus propietarios, y tendrás a un gran porcentaje de ciudadanos alcoholizados, que no conoce o no encuentra otra manera de pasar el rato.

Detrás del escándalo por el comportamiento del futbolista Luis ‘el Chino’ Sandoval, quien llegó enguayabado a una práctica del Junior y fue desvinculado por la institución, y sus compañeros Wálmer Pacheco, José Ortiz, Omar Albornoz y César Haydar, a quienes les abrieron un proceso disciplinario por actos de similar calibre, puede verse el rastro de los entornos desfavorables para el desarrollo de la juventud. La huella social de vender y consumir licor en cada esquina.

Para los atlanticenses Sandoval, Pacheco y Haydar el fútbol ha sido una tabla de salvación, aunque en el caso del ‘Chino’ su accionar casi patológico amenace con dejarlo sin carrera a los 23 años de edad. Sus historias se repiten a diario con jóvenes de todas las profesiones o actividades sin importar la escala social, solo que el hecho de que jueguen en Junior lo vuelve noticia de primera plana. Es la consecuencia de vivir en una ciudad y un departamento sin oferta alterna, en donde los vacíos culturales y recreativos han sido llenados por el licor, la estridencia y el mal gusto en todas sus facetas. Hay muchos que escapan de lo que parece un destino marcado, en el mismo plantel de Junior pueden hallarse jugadores nativos que jamás han estado envueltos en escándalos, pero ¿cuántos en oficinas, bancos, almacenes o construcciones pierden su trabajo después de una noche de tragos, como ocurrió con Sandoval, sin que la sociedad se haga un examen de conciencia?

Según un estudio desarrollado en 2021 por la Corporación Nuevos Rumbos y la Fundación Bavaria, que vinculó a unos 11.500 estudiantes de bachillerato hasta los 17 años, en Colombia los menores de edad empiezan a consumir alcohol a los 13 años. El 60 % de los encuestados afirmó que es fácil acceder al licor y el 70 %  lo toma en presencia de sus padres. Un análisis de la plataforma Rappi identificó que Barranquillla es, después de Bogotá y Medellín, la ciudad donde hay más pedidos a domicilio de cerveza. El promedio de gasto es de $48 mil por solicitud. 

Un meme corre por las redes sociales desde que trascendieron a la opinión pública los actos de indisciplina y la falta de compromiso de los cinco jugadores de Junior. Como siempre con estas manifestaciones gráficas de ingenio, más allá de risas y burlas hay un mensaje oculto. En la imagen aparece un ‘Chino’ Sandoval en plena pubertad, con peinado de héroe de animé, junto al goleador Dayro Moreno en alguno de los dos semestres que estuvo en Junior entre 2012 y 2013. La fotografía, sin alterar, fue tomada en los camerinos del estadio Metropolitano y le han agregado una frase que refleja como pocas la incidencia de los entornos desfavorables en la niñez o la adolescencia: «Cuando sea grande quiero ser como mi maestro».

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