Este país con tanta gente inteligente, trabajadora, emprendedora, culta, con paisajes hermosos, playas, cordilleras, llanuras, desiertos, con selvas que son oxigeno del planeta e historias de independencia, es Colombia. Es una mezcla de culturas tras la conquista: indígenas americanos, europeos-españoles en su gran mayoría y africanos como resultado, surgieron los mestizos, los mulatos y los zambos (en otras palabras si hablamos de mestizaje). COLOMBIA es una prueba de este encuentro de etnias diferentes y con las llegadas de alemanes, franceses, Italianos, se formaron nuevos genotipos.
Pero tristemente la falta de educación, los rompimientos familiares, el alcohol, la droga y los deseos de un enrriquecimiento rápido, han oscurecido la belleza de nuestro país. Si a esto le sumamos la corrupcion, las ideologías políticas mal canalizadas, sectarismo, oposiciones con odios, donde el pueblo es lo de menos, donde aún no se puede transitar por las calles llenas de huecos, donde hay una población con hambre, donde la niñez está olvidada, los ladrones están al acecho, donde los mendigos caen en cada semáforo, y lo peor, miles de niños sin educación trabajando para el sostén de la familia, se oscurece tanta belleza de nuestro país.
Nuestros mares sucios, no hay respeto por el turista, la canasta familiar cada día más cara, la inflación no da tregua y el dólar subiendo, no es que sea culpa de este Gobierno, esto viene de tiempo atrás, desde que nací veo cómo mi país se destruye poco a poco sin compasión.
Acabamos con nuestras riquezas, ya nadie habla del café, el ganado.
¿Qué nos pasa a los colombianos? ¿Qué pasó en nuestro ADN que nos olvidamos de nuestro país, de nuestra idiosincrasia y de nuestro pueblo? Ahora solo vales por tu cuenta bancaria, el ser culto, educado, no sirve de nada si eres pobre.
La música se ha desnaturalizado, solo priman letras con vulgaridad, sin ningún mensaje, no hay poesía en el canto, es mejor un reggaeton que una ópera, es mejor un chiste en la red que leer un libro, ya no existe la poesía, se nos olvidó ser caballeros, no importa si una dama va de pie en un bus, nadie dice gracias, por favor, el “importaculisno”prima; qué tristeza de país. En ocasiones me pregunto por qué nací aquí, donde lo material prima sobre espiritual, donde la sociedad está descarrilada cayendo en un abismo sin fin.
Cuando regresé de Suiza y observé esa cultura, ese respeto por los demás, donde prima el bien común sobre el personal, sentí tristeza ajena por mi país. Pero además, sentí rabia, furia, incomprensión. Me pregunto ¿somos el resultado de nuestra raza, de nuestros ADN? ¿Qué nos pasa?