Sonia Gedeón
Columnista / 17 de octubre de 2020

Conversar, un regalo para el alma

Conversar, conversar, conversar, una bien habida costumbre que hemos ido cambiando por chatear, chatear y chatear, sin darnos cuenta que esa conectividad que nos hace dependientes de un aparato y tiende a controlarnos la vida, en verdad nos encasilla en un modelo de comunicación que nos priva del entusiasmo de escucharnos las voces, de la carcajada espontánea o del llanto corrido si es del caso, sin tener que recurrir a emoticones para transmitir nuestras emociones.

Ahora más que nunca, después de tantos meses de confinamiento, el reto de retomar la agenda social y poder interactuar con más frecuencia con familiares y amigos, sin descuidar el distanciamiento necesario, es una ganancia para la salud mental y física de quienes como sociedad estamos acostumbrados a blindarnos contra patologías como la depresión, gracias a contar con personas amigas que escuchen y compartan alegrías y pesares. 

Está comprobado que las relaciones sociales frecuentes y habituales son un antídoto para la depresión, así como comer chocolates o tener un amigo en quien confiar; en algunas circunstancias son mucho más efectivas que la ingesta de antidepresivos, libros de auto ayuda o la visita a un especialista. Los amigos son una muy buena medicina para el alma, cuando de verdad el afecto se antepone como poder de prevención y por qué no de sanación en una temprana fase.

Como miembros de una sociedad, en el mes de la salud mental la invitación es a iniciar un apostolado individual en nuestro círculo social. Todos sin excepción necesitamos compañía, unos en mayores dosis que otros, también sabemos quiénes son más proclives a tener cambios en sus estados de ánimo y pasan con facilidad de la euforia a la desazón, sin causa aparente.  

 Identifiquemos a aquellos familiares y amigos que necesitan compañía y quien los escuche de viva voz. No importa si es una persona mayor. Por lo regular conversan delicioso y tienen historias enriquecedoras con solo darles un poco de cuerda, también puede ser compartir una lectura o cualquiera otra afición en común o lo más sencillo del mundo, una llamada para saludar y saber cómo está y por ahí enganchar en una grata conversación que sabes que le ilumina el día a esa persona que pasa horas sin tener con quién conversar.

La música es otro hilo conductor que es un gran aliciente para el alma y con la cual se pueden llenar muchos vacíos y ausencias, por aquello que recordar es vivir y siempre hay un motivo para escuchar música y viajar en el tiempo. Con una serenata virtual también hay oportunidades para llevar alegría a los corazones tristes.

No quiero concluir esta columna, sin mencionar la fundación Imagina Care, inspirada en un sobrino, tenista excelso que partió a temprana edad de este mundo con solo 27 años, Magín Chedid

En palabras de su madre, Vivian Eljaiek, algunos dejan recuerdos, otros dejan huella… y su huella estará presente en todas esas personas que necesitan acceso a un tratamiento y/o rehabilitación física y mental de calidad, y por sus condiciones económicas no puedan acceder a ella.

Imagina Care en Cartagena busca mejorar la calidad de vida de las personas mediante un servicio confiable, seguro y diferenciado, y su objetivo es prevenir, diagnosticar, tratar y rehabilitar los trastornos mentales, y velar por el bienestar y correcto funcionamiento integral del ser humano.

Las patologías a tratar son: ansiedad generalizada, trastorno de pánico, TOC – trastorno obsesivo compulsivo, trastorno depresivo mayor, trastorno bipolar, trastorno por atracones, bulimia y anorexia nerviosa, trastornos de personalidad, síndrome de Burout, ansiedad por enfermedad, trastornos psicosomáticos, síndrome de fatiga crónica, estrés crónico, trastorno de estrés postraumático, y ansiedad generalizada, con la convicción de que con una detección temprana se evitan las crisis y la hospitalización.

Conversar y abrir el corazón a otros y para otros es la mejor herramienta para protegernos y proteger a nuestros seres queridos sin importar la edad, contra muchas patologías asociadas a la salud mental en tiempos de Covid.

Tengamos siempre presente que conversando puedes ayudar a las personas a detectar síntomas que requieran sin demora un acercamiento con un especialista, para prevenir o iniciar tratamiento antes de que los síntomas empeoren y deterioren la calidad de vida de ese amigo o familiar. Manos a la obra.

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