Si alguien quiere enterarse de cómo estamos de mal, recurrir a las redes sociales se ha convertido en la mejor radiografía posible, donde descarnadamente se pueden observan sentimientos como el odio, la rabia, la envidia y las grandes faltas de educación, respeto, tolerancia y cordura de una población que ha encontrado en ellas, las redes, el desahogo a lo peor del ser humano.
Las ofensas nacidas muchas veces de la ceguera producto del odio o la polarización política, la falta de análisis de un texto o situación y los acosos más burdos son ya comunes en unas redes que fueron abiertas para acercar el mundo, para dar información prontamente, para encontrar amigos, o para divertirse sin estar frente a frente.
Lo lamentable es que el mal uso del lenguaje y de las redes no es exclusivo de los jóvenes, o de nuestros amigos. Personajes de la vida pública, políticos reconocidos, actores de “prestigio” y personajes de todos los niveles sociales han demostrado sus malos instintos en redes con comentarios salidos de tono que generan, muchas veces, una reacción en cadena.
Twitter e Instagram parecen ser las redes preferidas por los usuarios para ofender, maltratar, desinformar, y son precisamente estas redes las más utilizadas por los jóvenes de entre los 16 y los 30 años de edad. En la otra esquina, de las menos ofensivas, está Youtube, pero aún esta, que es básica, visual, ya está envenenada.
Hay tantas palabras soeces, tanto maltrato, tanto irrespeto que algunos han llamado a las redes como la escoria del siglo XXI. Cosa que no debería sorprendernos si recordamos que Facebook, que sigue siendo la red que tiene más número de usuarios, fue creada por un estudiante de Harvad, “para disponer de un lugar virtual donde compartir opiniones sobre las personas menos atractivas de la universidad”, y aunque los usuarios de ella están hoy en el rango de población mayor de 30 años, el mal uso de la red y su lenguaje agresivo, vulgar, amenazante está casi a la par de Instagram, considerada la red de los jóvenes.
El mal uso de las redes que tanto nos preocupa y que está ocasionando daños en la salud mental de muchos ha comenzado a regularse con algunas sanciones que colocan sanciones a sus usuarios, pero la mejor solución está en las propias manos de los usuarios. Bloquear, dejar seguir o no leer a personas tóxicas es la mejor solución.