En los primeros años de vida, jugar es lo más importante que puede haber para un niño. No es una tontería, ni una pérdida de tiempo, ni solo una distracción, ni mucho menos el recurso del adulto para aquietarlo. Se trata de un derecho consagrado en el artículo 31 de la Convención de los Derechos del Niño que les garantiza la capacidad, la libertad y la habilidad para que ellos exploren el entorno que los rodea —estímulos y fascinaciones incluidos—.
Al juego, y con este los juguetes, hay que tomárselos muy en serio, las actividades y objetos lúdicos son fundamentales para fomentar el desarrollo físico e intelectual de los niños, promueven su creatividad y los prepara para vivir en sociedad.
Por eso, no es de extrañar que por estos días ande vuelto un lío el Niño Dios, que según nuestra tradición católica es el que trae los regalos que los chiquillos le pidieron en una carta que seguramente reposa en el árbol hace varios días, con el fin de que ese mítico personaje navideño les traiga el regalo anhelado al amanecer del 25 de diciembre, cuando se conmemora el nacimiento del Niño Dios en un pesebre de Belén.
En la práctica son los papás los que no saben qué hacer. Están en una disyuntiva: o complacen a sus hijos, muchos de los cuales desde muy pequeños están pidiendo juguetes tecnológicos (tablets, consolas, celulares y demás) por la fiebre de los juegos virtuales; recurren a los juegos de contenido pedagógicos (legos, instrumentos musicales, libros de colorear), o sencillamente opta por los tradicionales (carritos, trompos, cuerdas, balones). ¿Qué hacer?
Para ayudarles en esa difícil tarea en la que al final la meta de todos los cultos es que los más chicos de la casa queden felices con su regalo, MiREDVista presenta unas clasificaciones y orientaciones para facilitarles la decisión.
SEGÚN SU FUNCIÓN
De forma clásica se ha clasificado el juego según las diferentes habilidades que estimula. Si los papás lo tienen claro, podrán regalar juguetes que los divierten al tiempo que potencian diferentes áreas cerebrales.
Juego manipulativo o motor fino: Se da cuando el niño intenta coger cosas con las manos e interactúa con ellas: bloques de apilar y piezas de encajar, por ejemplo. Sirven para potenciar la destreza de las manos.
Juego físico o motor grueso: Aparece cuando el niño es capaz de caminar y estimula las habilidades motoras de todo el cuerpo y la coordinación. Por ejemplo, pelotas, triciclos, brinca-brinca.
Juego simbólico o referencial: Le permiten al niño interpretar roles sociales, simular situaciones de la vida real y estimular su imaginación: chocoritos, muñecos, carritos, setr de médicos, maestros, bomberos o de tomar café.
Juego artístico: Potencian la creatividad y la imaginación del niño, como la plastilina, las pinturas, los instrumentos musicales o los disfraces.
Juego conceptual o lingüístico: El niño realiza una serie de procesos mentales destinados a resolver enigmas o solucionar problemas, como en los juegos de mesa o de cartas, por ejemplo.
¿TECNOLÓGICOS O TRADICIONALES?
No nos digamos mentira: la tecnología es el regalo favorito para la gran mayoría de los niños hoy, incluso aquella que es en realidad herramienta de trabajo y de comunicación, como computadores, tabletas y celulares. Ni hablar de las consolas de videojuego, en las que invierten horas y horas, lo que causa preocupación, inquietud y malestar a sus papás.
Por ello la prevención ante este tipo de ‘juguetes’; sin embargo, es importante saber que la tecnología estimula las habilidades cognitivas del niño, su atención y su capacidad de visualizar muchos elementos a la misma vez, y mejora el sistema psicomotriz fino.
No obstante, en Colombia el ICBF recomienda que las consolas de videojuegos, tanto estáticas como portátiles, “no deben permitirse a los niños antes de los 6 años”. Así, según la OMS y el MinTIC, se evitan problemas de sedentarismo, sobrepeso y ciberdependencia asociados con la adicción a los videojuegos. La clave, en todo caso, es la vigilancia y el control por parte de los padres o adultos responsables.
Sin embargo, los juguetes tradicionales como las pelotas, los peluches, las muñecas o las cocinitas siguen estando en los primeros lugares de las peticiones de las cartas al Niño Dios. Son recomendables porque facilitan la interacción entre los chicos y su familia, aumentan la posibilidad de que conozcan a otras personas y socialicen, reciben estímulos para hablar y aprenden palabras nuevas, mejoran las habilidades motoras de los niños, aprenden juegos nuevos continuamente y hacen volar su imaginación y creatividad, aprenden del entorno a través del contacto directo y de experiencias reales
SEGÚN LA EDAD DEL NIÑO
Otra forma de elegir el regalo de Navidad ideal para un niño, es teniendo en cuenta la edad y las necesidades del menor. En los primeros 12 meses, cuando están descubriendo el mundo, el juguete debe ser no tóxico, con texturas agradables y con materiales resistentes. Sonajeros, peluches con sonido o mordedores y móviles de cuna.
1 y 2 años: Cuando empiezan a gatear, caminar y correr están aprendiendo a manipular las cosas y están adquiriendo coordinación. Así que los mejores juguetes son aquellos que les permiten desarrollar estas habilidades, como apilables y encajables, juguetes de arrastre, mesas de actividades, libros.
De 2 a 3 años: Los niños son capaces de seguir instrucciones, imitar sonidos y expresar una variedad de emociones. Mantienen el equilibrio, saltan y juega, y los estimulación intelectual. Los recomendables son los juegos de construcción, juguetes para pintar y dibujar, juguetes asociados a quehaceres domésticos, instrumentos musicales y juguetes de movilidad.
De 3 a 4 años: A esta edad logran atrapar una pelota por encima del hombro, dibujar figuras más definidas, conocen algunas reglas básicas de gramática, recuerdan partes de una historia y trabajan en equipo. Los mejores juguetes son rompecabezascon máximo 25 piezas, juguetes de destreza física, plastilina, disfraces, pinturas no tóxicas y juguetes de movilidad.
De 4 a 5 años: En esta etapa los niños son una tromba, llenos de energía, mandones, combativos y a veces incontrolables. Les gusta actuar, bailar o cantar, dibujar a personas con cuerpo, escribir algunas letras y quiere ser como sus amigos e intenta agradarles. Lo ideal son los juegos educativos, muñecos o marionetas, cuentos interactivos y juguetes que lo motiven a cantar o bailar.
De 5 a 6 años: Son niños con grandes habilidades lingüísticas, motrices e intelectuales. Los mejores artículos en esta etapa son los juguetes para salir, juegos para socializar, juegos de mesa con letras y números.
De 6 a 12 años: En esta etapa los juguetes les ayudan a los niños a potenciar su creatividad y su forma de socializar con los demás. Para ellos lo más recomendable es comprar juguetes relacionados con la ciencia o la robótica, juegos de mesa, y balones de fútbol.