Family Affair, que reunió a modelos mayores y hombres, es una colección inspirada en el estilo de una nueva generación de jóvenes.
Mientras Europa se enfrenta a la segunda ola de la pandemia de Covid-19, Dolce & Gabbana, presentó su colección Family Afaire (Encuentro familiar) que se dividió en tres actos, tres películas que se estrenaron la semana pasada: la de alta joyería, alta costura y la masculina de Alta Sartoria.
El escenario no podía ser el mejor. Fue en Labus, un suntuoso palacio del siglo XIX en Corso Venezia de propiedad de los dueños de la marca italiana: Domenico Dolce y Stefano Gabbana.
Es la primera vez que la firma muestra su más reciente trabajo en la web, cumpliendo así con las normas de distanciamiento y bioseguridad de la pandemia.
En este trabajo las piezas buscan reflejar un aire espontáneo de libertad, aleccionando su reconocido proceso artesanal italiano con la mezcla de ricas telas y bordados, junto con elementos estilo streetwear.
Los detalles en los terminados, hechos a manos, son una característica clave en Family Affair, pues son justamente estos los que marcan la fusión entre la alta moda y la nueva visión del diseño. Prendas pintadas a mano, telas realizadas con hilo de oro de 24kt, telas brillantes de colores llamativos, son tan solo algunos de los ingredientes claves.
En uno de los pisos del palacio, en una enorme sala de estar iluminada por lámparas de araña y grandes espejos, seis mujeres charlan y ríen sobre unos sofás de terciopelo rojo. Con largos vestidos negros de encaje o de seda, envueltas en abrigos bordados o forrados, y adornadas con joyas preciosas en coronas y diademas que sostienen sus cabellos blancos o plateados, parecen directamente sacadas de la famosa escena del baile de la película El Gatopardo de Luchino Visconti.