Dolce vita / 9 de septiembre de 2023

El amor por la Selección Colombia prende la ‘fiebre amarilla’

Camisetas de todas las tallas y diversidad de accesorios, volvieron a invadir puestos callejeros y almacenes de Barranquilla con ocasión de la temporada futbolística.

Miguel Utria

Vendedores de camisetas alusivas al equipo de fútbol colombiano por estos días hacen su agosto por el furor de las Eliminatorias al Mundial 2026. Nadie se quiere quedar sin la prenda de vestir para estar a tono con los próximos partidos.

Se inició en Barranquilla una versión más de las eliminatorias al Mundial del Fútbol, que en 2026 se disputará en estadios de México, Estados Unidos y Canadá, y en la capital del Atlántico, como es habitual, se prendió la fiesta por la selección.

Carlos Cueva, uno de los vendedores de camisetas no han dado a basto atendiendo a los compradores.

De sur a norte y de oriente a occidente, los barranquilleros y visitantes visten prendas con los colores de la bandera colombiana: camisetas, gorras, cintillos, calzado, gafas, estolas y hasta ruanas, que pueden observarse en las calles, centros comerciales y establecimientos públicos, todos mostrando la simpatía por el fútbol y por la selección.

Pero quienes más celebran son, sin lugar a dudas, los vendedores de estos elementos que desde el miércoles anterior comenzaron a surtir sus locales y animar a los transeúntes a que lleguen y adquieran todo lo necesario para animar a la selección Colombia en estas justas por adquirir un cupo al mundial de fútbol.

Roberto Landeros y Carlos Cuevas son dos comerciantes del sector de la calle 72, en Barranquilla, que con todo el entusiasmo que se vive por estos días en la ciudad han surtido sus locales con las camisetas y demás prendas colombianistas, y aspiran, como en cada eliminatoria, hacer suficientes ventas y adquirir buen dinero durante esta temporada.

«La fiebre amarilla» llegó a su más alto grado en el partido entre Colombia-Venezuela celebrado en el Estadio Metropolitano.

“Esto apenas comienza, es el primer partido y la gente apenas comienza a llegar a la ciudad. Yo llevo 20 años en este negocio y las eliminatorias que me han tocado es igual, entre más se acercan los partidos llega más gente del interior del país, de otras ciudades de la costa y hasta del exterior, nosotros estamos a la expectativa, pero esto siempre se pone bueno”, afirma Landeros, quien tiene su negocio en una de las galerías que funciona en el estadio Romelio Martínez.

Devoción por el fútbol y el equipo colombiano.

Asegura el comerciante que no solo la gente viene a su local por prendas alusivas a la fiebre del fútbol, sino por otros elementos que hay en su tienda como sombreros, gorras, adornos y artesanías, que la gente lleva a manera de suvenir.

Dice que por su negocio pasa mucho visitante extranjero, especialmente parejas de esposos que aprovechan la fiesta mundialista para tomar vacaciones, pues a diario los ve pasar haciendo caminatas por el sector donde está ubicado su local.

Y justamente en el local de Roberto abundan las camisetas amarillas, que llaman la atención hasta del más desprevenido transeúnte del sector, que aun si no tienen disposición de comprar, llegan a averiguar por los precios de las prendas que allí se exhiben.

Al otro lado de la calle, en plena acera peatonal, está el puesto de ventas de Carlos Cueva, quien coincide con su colega en que faltan muchos días, más partidos, y que la gente apenas está llegando a la ciudad.

En su punto de venta hay camisetas, gorros y las llamativas vuvuzelas, de gran acogida por parte de la gente que las compra para hacerlas sonar en medio de los partidos, ya sea en el estadio o en locales de diversión donde se proyectan los partidos.

Este almacén ofrece de todo un poco, para todas las edades: prendas de vestir, zapatos y una amplia variedad de adornos de cabeza.

Carlos tiene camisetas para caballeros, damas y niños de diferentes tallas y modelos, pero además exhibe prendas de los equipos contrarios a los de Colombia, y asegura que también se venden.

El manifiesta llevar 30 años trabajando como vendedor por lo que le han tocado varias eliminatorias y sabe cómo es el comportamiento de la gente cuando se acercan esta fechas.

“Yo me dedico todo el año a las ventas de todo tipo de elementos, y por este tiempo me surtí de camisetas, cornetas y gorras de la selección, pero todavía falta mucho tiempo para que la gente llegue. Digamos que esto apenas comienza, y en cada partido, la cosa se mueve más”, asegura Carlos Cueva.

Y mientras estos comerciantes como muchos en la ciudad, mueven sus negocios al son de las eliminatorias, en otros ámbitos se siente la fiesta mundialista, desde las estaciones de radio, hasta los estaderos, y demás establecimientos comerciales visten el tricolor de nuestra bandera, los empleados en las oficinas asisten al trabajo con las camisetas de la selección, y hasta los estudiantes cuelgan sus uniformes en casa para asistir a los colegios y universidades luciendo la camiseta colombiana.

La fiebre mundialista o amarilla como se le llama por el color de la camiseta, está que arde en Barranquilla, y como lo dijeran nuestros entrevistados, esto apenas comienza.

Ya se jugó el primer partido por parte de nuestro equipo, que nos deja con la ilusión prendida de clasificar al lograr los primeros tres puntos tras ganarle al seleccionado de Venezuela 1 gol por 0. Y esa ilusión hace que esta euforia se mantenga y aumente más, con miras a lo que serán los siguientes encuentros.

Aún faltan juegos contra Chile, Uruguay y Ecuador, el segundo de los mismos en Barranquilla, y dependiendo de cómo queden las posiciones podrían ser más partidos que alarguen este sueño mundialista.

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