Tres de las propuestas de la colección ‘Un paseo por Barranquilla’ de la diseñadora María Piedad Mercado. El lanzamiento, realizado esta semana con ocasión al mes de las madres, tuvo como escenario uno de los salones del Hotel Majestic antes de su cierre.
María Piedad Mercado, en los 20 años de su marca, rinde homenaje a la ciudad que la vio crecer como diseñadora.
Dicen que 20 años no es nada, pero para la diseñadora María Piedad Mercado ese número simboliza un gran sueño hecho realidad y representa la construcción de una marca hecha a pulso, con mucho talento, trabajo y gran dedicación.
MPM, por las iniciales de su nombre, es una marca reconocida en el Caribe colombiano y con muchos planes de expansión, aunque la pandemia ha frenado algunos de estos nuevos proyectos.
“Desde que empecé con MPM he vivido muchos momentos difíciles. De esta también salimos”, dice con un gran optimismo y con la certeza de quien ha construido una gran empresa a pesar de los obstáculos.
María Piedad sabe que Barranquilla le ha dado todo y por es su nueva colección la rinde un homenaje a la ciudad que la vio crecer como diseñadora. La colección, que presentó el miércoles de esta semana en un desfile virtual a través de sus redes sociales, no solo habla de algunos lugares emblemáticos de la ciudad, sino también del momento en que la moda llegó al país a través del puerto.
“Nos inspiramos –dice- en un cuadro de Joaquín Sorolla en que se ven dos mujeres en el mar y es como si fueran llegando a Barranquilla en barco. La ropa que traen, los volúmenes de las marcas y todo el ambiente, nos dio el primer trazo de esta colección”.
María Piedad y su partner, la también diseñadora Elia Abuchaibe trabajaron en esta colección, bautizada Un paseo por Barranquilla, como símbolo de todo esto que ha sido su marca y su historia. “Tenemos muchas piezas icónicas de la marca. Esas prendas que siempre se han vendido bien y que son parte innegable de lo que es MPM y de nuestra historia”, cuenta María Piedad. Un paseo por Barranquilla es una colección más que todo de faldas y vestidos porque se remontan a la mujer del siglo XIX que retrató el pintor representante del impresionismo español.
“Tenemos mangas con mucho volumen, cinturas marcadas, faldas con vuelo y algunos volantes. Así se veían las mujeres inmigrantes cuando llegaron al puerto. Iban vestidas así”.
Además de algunos shorts y pantalones, este trabajo está hecho de lino, algodón cien por ciento y algunas telas viscosas y está pensada para el clima de primavera-verano. Los tonos base son el blanco, el verde en varias tonalidades, el azul suave e índigo, con algunas técnicas de batik en su estampación.
“Es una colección de básicos con muchos detalles de diseño. Es momento de regresar a eso, de sentirse cómodo con lo que se usa y de buscar ser más minimalistas en nuestra propuesta. También sacamos mochilas y alpargatas de tela que complementan los looks”, dice. Las prendas están disponibles en la página web de la marca y en las tiendas.