Fachada del centro cultural La Cueva.
El icónico sitio de encuentro del Grupo de Barranquilla padece, como otros emblemas culturales de la ciudad, los embates del olvido y la indiferencia.
En 2004 el entonces Ministerio de Cultura declaró a La Cueva como Bien Público Nacional considerando que el sitio tiene un valor histórico e intangible. Y ello se ha sustentado en que allí concurrían artistas e intelectuales de la talla de nuestro recordado Nobel de Literatura Gabriel García Márquez y sus amigos Alejandro Obregón, Álvaro Cepeda Samudio, Germán Vargas, Alfonso Fuenmayor, entre otros, a quienes el mundo de las artes y la intelectualidad recuerda como el ‘Grupo de Barranquilla’.
A partir de ese momento La Cueva toma una fuerza no solo nacional sino internacional, convirtiéndose en uno de los sitios obligados a incluirse en la ruta cultural y turística de la ciudad.
Aunque el mismo era reconocido como un bar, su sentido histórico y lo que representó posteriormente para las artes lo enarbolaron como un centro de la cultura y gran referente de la intelectualidad en la ciudad de Barranquilla.
Pero el renombre de La Cueva no nació con ella, el mismo obedece al impulso que le diera el desaparecido periodista, escritor y gestor cultural Heriberto Fiorillo, quien se negaba a que esa casa de encuentros de intelectuales se quedara solo en el recuerdo de una tienda de barrio más, que con el tiempo podría haber desaparecido para levantar allí otro negocio, un edificio de oficinas o apartamentos, o un taller de reparaciones.
Fiorillo, se encontraba en el exterior, trabajó en varias ciudades durante varios años, pero su amor por Barranquilla y sus deseos de hacer grandes cosas por ella lo hicieron regresar. Una de esas cosas era recuperar ese sitio de encuentros y darle el realce que él consideraba se merecía la casona ubicada en la Avenida 20 de Julio con 59.
De acuerdo con relatos de personas cercanas al desaparecido periodista, él se dio a la tarea de ubicar a otros amantes de la cultura con quienes emprendió una lucha para evitar la muerte del emblemático lugar.
Entonces le imprime al sitio ese sentido cultural con que ha sido reconocida desde entonces y hasta la fecha, dándole el carácter de museo pues en el mismo hay una verdadera galería de arte que alberga obras de autores como Obregón, Alfonso Melo, Nereo López, Juan Antonio Roda y Gonzalo Fuenmayor, por mencionar algunos.
Además allí se encuentra la ‘Biblioteca Fuenmayor’ con obras que pertenecieron a José Félix y su hijo Alfonso Fuenmayor. Adicional a ello hay algunas muestras artísticas de Heriberto Fiorillo.
Después de todo este acontecer cultural y artístico que ha tenido al Restaurante-bar La Cueva, en la ciudad se han escuchado voces de preocupación por una crisis económica y el supuesto inminente cierre de dicho sitio.
La Cueva pertenece a la fundación del mismo nombre, y es manejada por una junta directiva que tras la salida de Fiorillo de su dirección, delega el manejo de la misma a la comunicadora Carolina Ethel Martínez, quien estuvo algún tiempo en el cargo, hasta que asume ese rol el reconocido poeta y gestor cultural Miguel Iriarte, quien fue director en propiedad hasta hace unos días.
ESPECULACIONES
Iriarte asegura que el tema del supuesto cierre es una especulación, que evidentemente hay una crisis, pero que la misma obedece a la situación en general por la que pasa el sector cultural de la ciudad, que ha afectado diferentes espacios como el Parque Cultural del Caribe, la escuela de Bellas Artes, el Teatro Amira de la Rosa, el Museo Romántico y la CLENA, entre otros.
Iriarte explica que su preocupación era mantener la dignidad cultural y sostenerla en el rol de gestar una oferta de eventos como los que se dieron durante el tiempo que estuvo en el cargo que asumió en enero de 2023. Él había presentado la renuncia seis meses atrás, pero hecha efectiva hace dos, según nos comentara.
“Lo del cierre es una especulación, pero es inevitable mirarla en la desafortunada situación del contexto general de la Cultura en la ciudad. Y cualquiera hace esa asociación. Pero no existe la decisión ni la voluntad de un cierre”.
El comunicador Gilberto Marenco, allegado a la Fundación La Cueva, a Fiorillo y a Iriarte, manifestó que una de las causas de la crisis por la que atraviesa el importante sitio obedece a varias cosas, y la más importante de ellas es la falta de interés y empatía por el tema cultural, tanto de parte de la ciudadanía como de las mismas autoridades.
“La Cueva era un sitio de reuniones para tomar con amigos, una especie de cantina. Pero en el concepto de hacer eso atractivo, Heriberto crea toda una parafernalia, y en esa búsqueda se alía con otras personas como la Fundación Promigas”.
Afirma que la crisis no es un problema de La Cueva sino de ciudad, porque aquí no se cree en planes de largo plazo, y que por eso el comercio no patrocina proyectos culturales, pues no ven un retorno efectivo a su inversión, y eso se evidencia en los contratiempos por los que, a veces pasan los realizadores de algunos eventos.
“Pero además es que aquí hay una indiferencia por parte de las autoridades del Distrito y el Departamento frente al tema de la cultura. Aquí no hay políticas de cultura claras, y en ese escenario es imposible que sitios como La Cueva se sostengan”.
Sobre el estado de crisis de La Cuerva que se ha dado a conocer a la opinión pública, el periodista, escritor y docente Jaime De la Hoz dijo lamentarse y urgió una intervención pronta de las autoridades de la Cultura en Barranquilla.
“Es lamentable que un sitio tan emblemático como La Cueva, cuyo nombre y existencia están ligados a nuestro nobel Gabriel García Márquez, y otros intelectuales del Caribe, esté en crisis. Es un golpe para la cultura del Caribe, se requieren reclamos y la participación de entes culturales para que esto no se repita en otros sitios que también están peligrando. Estamos en una profunda crisis cultural”, dijo De la Hoz.
La Cueva ha sido sede del renombrado ‘Carnaval Internacional de las Artes’, que ha reunido, en días previos al Carnaval de Barranquilla, a reconocidos exponentes del arte de la palabra, la comedia, la música, el teatro y el cine, entre otras manifestaciones artísticas de Colombia y el mundo entero.
SIN RECURSOS
Siendo el máximo evento de reafirmación de su misión cultural, es imposible dejarlo de hacer. Sin embargo Miguel Iriarte afirma que las dos últimas versiones fueron las más austeras de la historia, sin que perdiera su calidad e importancia, debido a la misma crisis que se originó tras la declaratoria de pandemia y cierre de sitios abiertos a público.
“El bar y el restaurante no están propuestos como un negocio particularmente rentable porque este es un espacio concebido como museo. Lo otro es una operación que ha dado rendimientos, pero son absorbidos por el manejo de la fundación”, explica el poeta.
Miguel Iriarte asegura que el monto de recursos económicos necesarios para el adecuado funcionamiento de La Cueva no es inalcanzable, pero desafortunadamente no lo hay. Y ello obedece a que muchos empresarios, y el mismo sector oficial, redujeron sus aportes o simplemente dejaron de girarlos, justamente por situaciones derivadas de la declaratoria de pandemia.
La cueva ha sido un sitio de encuentro para exposiciones de artes, conciertos musicales, salones de baile, lanzamiento de libros, encuentro de poetas, entre otros destacados eventos culturales. En su nombre se fundó el ‘Premio Nacional de Cuentos La Cueva’.
El veterano cronista Rafael Sarmiento Coley afirmó que es una lástima que llegare a suceder un cierre de La Cueva, y que todo es un reflejo de lo que está pasando en la ciudad en el ámbito cultural.
“Sería una partida de defunción que se suma a todo lo que significa cultura en Barranquilla, eso es una lástima, y sería impensable que eso pueda suceder habiendo tanto empresario con sensibilidad aquí. No nos podemos dar ese lujo”, sustentó Sarmiento.