Grupo de cumbiamberos de la colonia barranquillera residente en Estados Unidos, que desplegó el colorido de los disfraces y la alegría en uno de los desfiles hispanos de Nueva York.
Las fiestas de Momo también se viven y se gozan en muchos rincones del mundo, por cuenta de quienes se instalan en otras latitudes por motivos laborales o por estudio.
A mediados de la década de los 70 e inicio de los 80, cientos de barranquilleros emigraron a otros países en busca de un mejor futuro para sí y sus familias dada la difícil situación económica y laboral que afrontaban muchos coterráneos en ese entonces.
La lejanía de su tierra, familias y amigos llenaba de nostalgia y tristeza a los emigrantes, sobre todo en fechas especiales como las festividades decembrinas y el carnaval, lo que aceleraba las ganas de volver pero sin poder.
Ese acontecer de compatriotas y paisanos nuestros en lejanas tierras inspiraron al músico barranquillero Antonio del Villar a componer la pieza musical ‘Emigrante latino’ inmortalizada en la voz de Juan Piña, que describe con nostalgia lo que viven nuestros hermanos latinos cuando se ven obligados a emigrar a otras naciones.
Sin embargo, con el pasar de los años los nacionales en el exterior comenzaron a organizarse en colonias de residentes que les dio la posibilidad no solo de hacerse compañía y apoyarse sino de organizar las celebraciones de acontecimientos que les generaban tristeza por estar lejos.
Es así que las colonias de barranquilleros en países como Estados Unidos, España, Panamá, México y Venezuela, entre otros, comenzaron a organizar fiestas de carnaval y eventos similares a los que se realizan en su natal Barranquilla durante los meses de enero y febrero.
Justamente por estos días cuando varias ciudades del mundo celebran sus carnavales, barranquillero residentes en diferentes países se ponen a tono con la temporada que vivimos quienes nos quedamos en nuestro suelo, y organizan el carnaval al mejor estilo de Barranquilla.
Nelly Escobar vive en Patterson, New Jersey, desde hace varios años, y junto con un grupo de amigos participa en la organización de fiestas carnavaleras, una de ellas está programada para el 9 de febrero.
Esta organización del Carnaval en Patterson está liderada por Jaime Díaz y su esposa Yadira Díaz quienes llevan 42 años viviendo en esa ciudad, y 26 años organizando la fiesta a la que han denominado ‘Vente como quieras’, al mejor estilo de los nombres de las casetas de barrios que hicieron historia en los años 70 y 80 en Barranquilla.
Por su parte los barranquilleros en la capital estadounidense, se han organizado de tal manera que tienen toda una logística para hacer presencia en las actividades de la comunidad hispana en la que presentan todas las manifestaciones que hacen el Carnaval de Barranquilla.
Quien lidera esta organización en la ciudad de Washington es Lily Castillo quien tiene bandas musicales, equipos de sonido y hasta un tráiler como los que ruedan en la Vía 40 durante la batalla de flores, elementos con los cuales participan en cada desfile de la hispanidad y otros, en los que ella y su organización hacen presencia con grupos de danzas como cumbia, mapalé y garabato entre otros.
En Miami Ramón Mosquera es uno de los más entusiastas carnavaleros que cada año se goza las fiestas como si estuviera en su natal Barranquilla, tan es así que en el año 2017 fue Rey Momo de la colonia colombiana en esa ciudad de los Estados Unidos, y durante la celebración un grupo de barranquilleros, integrantes de la comparsa La Chiva Periodística, viajó hasta esa ciudad para acompañarlo.
En Ciudad de México Ulises Rico y su hermano Levis Rico lideraron hace años la organización del Carnaval de Barranquilla en esa capital, pero antes, inquietos por llevar el folclor del país a los habitantes de dicha ciudad, se dieron a la tarea de ubicar a los colombianos de varias regiones del país residentes allí, y con profesores e investigadores montaron grupos que representan el folclor de dichas regiones.
En un comienzo lograron llevar el Carnaval de barranquilla a las calles en desfiles en vía pública, lo que desapreció con el tiempo por impases relacionadas con permisos, licencias y altos costos de impuestos.
En Pamplona, España, Manuel Barranco quien lleva más de 20 años viviendo allí donde trabaja en un restaurante- bar, dice que aunque no hay una organización como tal, cuando se reúnen barranquilleros y colombianos de la región Caribe, la música de Carnaval no puede faltar, y de manera espontánea se arma la rumba carnavalera, hasta el punto que en ocasiones salen polleras, capuchones y hasta caretas de marimonda que hacen de la velada una verdadera noche de carnaval.
Lo cierto es que los barranquilleros en el mundo por muy lejos que estén no olvidan su tierra, su familia, amigos su música y menos sus raíces, y el carnaval hace parte de esas raíces que no se pueden arrancar nunca del ser.
Y es que si Barranquilla y su Carnaval tienen fama a nivel mundial, es demás de la fiesta en sí como patrimonio de la humanidad, lo es por su gente regada por todo el planeta que con su alegría, espontaneidad, calor humano y carisma contagian a todo el mundo.
En las mismas ciudades interioranas de Colombia, comenzando por la fría Bogotá, las cientos de familias barranquilleras que allí han llegado, llevan todo su calor a los vecindarios a los que hoy pertenecen y la música y manifestaciones propias del carnaval hacen presencia cada año y cada fiesta de la que ellos hacen parte.