El emblemático escudo de Colombia.
El símbolo patrio actual, que data del siglo XX, ha estado rodeado de discusiones relacionadas con ideas de cambios en sus elementos.
Es raro que en nuestro país sea noticia o marque tendencia el tema de los símbolos patrios como ha ocurrido en las últimas semanas cuando se dialoga y discute sobre la posibilidad o necesidad de hacerle reformas al escudo nacional. Sin embargo, discusiones como ésta han existido en el pasado, pero los intentos de cambios a dicho símbolo patrio no han dado resultados.
El primer escudo de Colombia existe desde fechas posteriores (muy cercanas) a los episodios que marcaron la independencia de nuestro país, más exactamente en 1834 por iniciativa del general Francisco de Paula Santander.
Este primer emblema contenía varios elementos propios de la naciente república: el volcán Chimborazo, el salto del Tequendama, el cóndor andino, el istmo de Panamá, varias granadas abiertas, un arco, un carcaj y una flecha vertical.
En adelante siguieron variaciones en su conformación hasta llegar al presente, cuyo ratificación y últimos cambios se dieron en 1924, y su uso y exhibición fueron reglamentados en 1949.
Una de esas normas de uso del escudo dice que las banderas que deben llevar el escudo son las que usa el Presidente de la República en sus actos o intervenciones, las que se usan en las guerras y en las relaciones internacionales.
Nuestro escudo de armas, que es la representación heráldica del país está conformado por el cóndor de los Andes, el Istmo de Panamá, el gorro frígido, cuatro banderas y el cuerno de la abundancia.
«Una de las primeras sugerencias de cambio que se hizo fue la de quitar el cóndor por considerar que ya en nuestra área el animal se extinguió, y que además es un ave carroñera, según expresara una senadora de nombre Luzelena Restrepo», sostiene el profesor Jorge Bolívar, sociólogo, abogado y catedrático de la Universidad Simón Bolívar.
Expresa el profesor que el cóndor, que es propio de nuestros Andes, es símbolo de la libertad que tanto pregonamos y reclamamos, y que el hecho de que el ave esté en vía de extinción o que un día llegare a extinguirse definitivamente no es argumento para sacarlo del escudo.
ISTMO DE PANAMÁ
Pero esa idea de cambio no es la única que se ha expresado. No son pocas las voces que se han manifestado en el sentido que, llevar el Istmo de Panamá en nuestro escudo no tiene sentido alguno, porque es otro país, y por tanto no nos representa.
La parlamentaria a la que hacíamos alusión sostenía que la pérdida del Canal de Panamá fue originado por actos de corrupción, y ese era su principal argumento, según explica el profesor Bolívar, sin embargo la historia da cuenta de que dicha pérdida obedece a un descuido de tipo político y administrativo cuando se construyó el canal, decisiones en que tomaron parte Estados Unidos y el mismo Panamá.
“El encuentro de Colombia con Panamá se da porque nosotros conservamos un pedazo de ambos mares en ese centro, por tanto no hay justificación para quitar el Istmo de Panamá del escudo y cambiarlo por la islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina como se ha sugerido”, agrega el catedrático.
Sin embargo, hay quienes piensan distinto. En 2013, el senador Efraín Cepeda radicó ante la Secretaría General del Senado un proyecto de Ley para modificar el Escudo de Armas de la República de Colombia, con el fin de que en la tercera franja del escudo ya no apareciera más Panamá, y a cambio, figurara el archipiélago de San Andrés y Providencia.
«Como acto de soberanía nacional, es hora que Colombia rinda un sentido homenaje a San Andrés, Providencia y Santa Catalina, de manera que, solicitamos sea incluida en la franja inferior del Escudo de Armas, la imagen de esta parte del territorio Nacional», dijo el parlamentario, y aclaró que la intención no era desconocer nuestro pasado, ni mucho restarle importancia a la pérdida de Panamá, sino reconocer la importancia del Archipiélago y sus habitantes, que por años han reclamado mayor atención por parte del Gobierno.
¿GORRO FRIGIO O SOMBRERO VUELTIAO?
Otro de los cambios que se han sugerido durante años es quitar del escudo el gorro frigio porque tampoco representa a Colombia. Sin embargo estudiosos de la historia lo destacan como un símbolo de libertad, fraternidad y hermandad, y que si bien tiene origen en la revolución francesa, fue adoptado en su momento por los líderes de nuestro territorio por la simbología ya expresada.
Algunos de quienes argumentan dicha solicitud de cambio han sugerido que este sea reemplazado por el sombrero vueltiao de las sábanas de Córdoba y Sucre, por ser un patrimonio y símbolo cultural de la nación.
Lo cierto es que no ha sido una ni dos veces las que se han dado estas discusiones, pero hasta ahora ninguna con resultado positivo.
Los símbolos como la bandera, el escudo o el himno tienen una razón histórica, y ese valor debiéramos cultivar, estudiar, apropiar y enseñar a las nuevas generaciones, coinciden muchos académicos.
Paralelo a esta discusión suscitada en nuestro país, cabe recalcar que muchos países en el mundo conservan en sus símbolos patrios elementos que ya no existen, pero que hacen parte de su historia, y a ello se le da un valor a tal nivel que la idea de hacerle variaciones jamás se ha considerado, recalca el docente Jorge Bolívar.
“Más que cambiarle algo al escudo u otro símbolo patrio, lo que se necesita es fortalecer su uso, darles sentido y valor a lo que significa desde el punto de vista histórico”.