El chef Federico Trujillo y el cantante Maluma con uno de los platillos que elaboró especialmente para el artista.
En el avión privado del reguetonero paisa ha recorrido hasta ahora más de 42 países cocinándole y a muchas estrellas invitadas a los viajes. A propósito del Día Internacional del Chef, que se celebra el 30 de octubre, su cocinero personal cuenta aquí detalles de su experiencia.
Muy pocos conocen tan de cerca el inicio y proceso musical de Maluma y han tenido, junto a él, la fortuna de recorrer el mundo como el reconocido chef Federico Trujillo.
En sus inicios en la gastronomía fue socio de una cadena de restaurantes con uno de los tíos del intérprete paisa, por eso conoce al cantante desde niño. Pero ninguno se imaginó que ese chico de 10 años no solo se convertiría tiempo después en uno de los artistas colombianos más cotizados y mucho menos que Federico fuera escogido como su cocinero personal.
En los 24 años que lleva de trabajar en la culinaria, ha sido dirigido banquetes y galas de importantes personalidades de la política y el entretenimiento, y ha sido invitado a programas televisivos como Cómete Colombia, Tierra de sabores y Andares de mi tierra, entre otros, todos transmitidos en el exitoso Canal Gourmet, mostrando recetas propias y sobre todo, exaltando la cocina de nuestro país que considera «valiosa y tiene demasiados sabores, técnicas y a la vez ingredientes increíbles para trabajar».
Precisamente, el toque y sabor de la comida colombiana es el que nunca falta en el menú que le sirve tanto a Maluma cuando está a miles de metros de altura en su avión privado en cumplimento de sus giras, como a sus familiares y personalidades invitadas que Trujillo no se atreve mencionar, pero que ha tenido la fortuna de conocer a muchas estrellas así no lo dejen, por respeto, que se tome fotos con ellos.
Dice que el reguetonero (desde el miércoles está en Miami tras descansar unos días en Jaimaica), tiene un exigente paladar. “Le gusta comer bien, pero se cuida. Le encanta la comida tradicional, pero también los vegetales y es poco amante del dulce”.
“¿Que si en los viajes no falta la arepa paisa? ¡Ha ido hasta Rusia!. En Bulgaria, Checoeslovaquia o dónde esté, yo lo he sorprendido con una arepa paisa y hasta con un tinto. Se vuelve loco”, apunta con una carcajada.
En su equipaje, además de las arepas, lleva paquetes de lentejas, fríjoles, cominos y muchos otros condimentos.
Dice que en los hoteles normalmente se mete en la cocina para indicar lo que le gusta y qué debe comer el intérprete de Felices los cuatro, porque come tres veces al día. Antes de cada concierto, opta por alimentos ligeros que le permiten desenvolverse mejor en el escenario.
Trujillo ya ha estado en 42 países, si no es más, según confiesa, sin contar las ciudades. Y siempre con el delantal puesto que para él “es como mi segunda piel”.
“Preparar platos en la cocina de un avión ha sido ¡uno de los retos más grandes de mi vida! Porque si yo no tuviera la capacidad y el conocimiento para resolver yo no hubiera estado tanto tiempo cocinándole a Maluma. Ahí está la recursividad. Trabajar con lo que uno tiene y el espacio con que cuenta. El espacio de una cocina en un avión privado no tiene más de metro y medio. Como es tan reducido, uno debe tener muy claro que solo dispone de un hornito y un microondas. Y ahí tienes que resolver todo para darle comida no solo al artista, sino a la demás gente, que a veces ocupa las 16 sillas que es la capacidad de la aeronave”.
COCINERO DE ALTO VUELO
“Todos los momentos tienen sus retos y dificultades, pero cuando uno es recursivo y tiene la capacidad para resolver, sale adelante. A estas alturas uno no debe equivocarse en lo que hace”, dice refiriéndose a que no ha pasado por malos ratos mientras cocina los alimentos, como por ejemplo, que uno se le quemó, le faltó cocción u otro le quedó salado, etc.
Explica que en cuanto a los productos que utiliza para el menú, es un trabajo que hace en el hotel donde se hospedan, antes de emprender el nuevo viaje. “Yo entro a la cocina y elaboro la preparación de algunos, pero lo que es el terminado de carnes, salsas y demás, lo hago en el avión”.
Dependiendo del viaje, a los selectos pasajeros se les ofrece desayuno, almuerzo y cena. Estos últimos incluye entrada, plato fuerte y postre. A los pilotos les cocina otra clase de platos.
AYUDA A EMPRENDEDORES
A raíz de la pandemia, la cancelación temporal de los espectáculos y en vista de que el sector de la gastronomía ha sido uno de los más afectados, este “paisaleño”, como dice él entre risas (porque nació en Medellín y creció en Cali) empezó a cocinar dos proyectos con su socia Alejandra Ángel, experta en negocios y desarrollo empresarial.
“He estado enfocado en los emprendedores para ayudarlos; que estando en sus casas aprovechen su talento para convertir una empresa con los productos básicos del hogar”.
“Lo más importante es aprovechar nuestro conocimiento y experiencia para poder desarrollar esos proyectos desde mi casa en Cali. Uno de ellos es Gastrologics, @gastro.logic que es una plataforma de educación en la que todas las personas que sueñan con tener un restaurante puedan aprender hacerlo, a través de grandes cocineros que he conocido alrededor del mundo en los viajes con Maluma. Lo que hacemos es poner al servicio de la comunidad lo que sabemos. Y el otro es Restaurant’s M.D una empresa de consultoría gastronómica”.
Sobre la cocina del Caribe colombiano Federico se declaró gran admirador por su versatilidad. “Me encanta, por ejemplo, la boronía; el mote de queso y todas las versiones de la carimañola”, dijo por último el experto que por su arte y excelente desempeño en la culinaria ha recibido múltiples galardones.