Vanessa Restrepo Hoyos
Columnista / 17 de julio de 2021

Hablar con la mirada

Desde que vivimos con el tapabocas puesto para salir a la calle, parecemos vernos todos iguales. A veces ni llegamos a reconocer a amigos o a conocidos con los que de pronto nos topamos al ir al supermercado o a los almacenes.

Sin embargo, si vemos sus ojos y más aún, si nos detenemos a analizar su mirada, fácilmente sabremos si es alguien que nos es familiar y así decidir si lo saludamos o lo ignoramos, jajaja… es broma, pero es que con la excusa del tapabocas, ahora nadie nos puede culpar de ser maleducados, jajaja… también lo digo en chanza, aunque seguro muchos aprovecharán esta situación para salirse con la suya, jajaja… sigo con la burla.

Bueno, ahora sí, dejando el mal chiste a un lado, lo cierto es que, si de hablar con la mirada se trata, no hay tapabocas que valga.

Según el artículo “El lenguaje de los ojos”, publicado en  la página web, “lamenteesmaravillosa.com”, “la comunicación verbal abarca apenas una pequeña parte de lo que permanentemente estamos expresando” ya que “normalmente nuestras palabras vienen filtradas por los condicionamientos sociales o las circunstancias”.

De ahí que podamos ocultar parte de lo que pensamos, si así lo deseamos, pero de nuestras miradas sí que no nos podemos escapar.

Los ojos nos delatan sin siquiera darnos cuenta. No por nada dicen que son el espejo del alma. Su lenguaje es inconsciente. Por tanto, se podría decir que es genuino y si bien es cierto que el movimiento ocular es esencial, ¿a que no adivinan qué otra parte de los ojos juega un papel importante para revelar nuestros verdaderos sentimientos o pensamientos mientras hablamos? El grado de apertura de nuestras pupilas.

Estas se cierran y se abren involuntariamente de manera casi imperceptible, dependiendo de nuestras emociones del momento o de nuestras reacciones ante ciertos eventos.

Bajo condiciones normales de iluminación, si estamos frente a algo que nos gusta, atrae o nos brinda alegría, satisfacción y tranquilidad, se dilatan. Si en cambio, algo nos genera temor, molestia o descontento, además de entrecerrar los ojos, las pupilas se contraen.

¿Y cómo creen que se moverían nuestros ojos si queremos decir una mentirita piadosa u ocultar alguna información? El sociólogo  y exagente del FBI, Mark Bouton, quien interrogó por más de 30 años a todo tipo de criminales, explica en su libro, “How to Spot Lies Like the FBI: Protect your money, heart, and sanity using proven tips” (Cómo detectar mentiras como el FBI: protege tu dinero, corazón y salud mental utilizando consejos probados), que el cerrar los ojos por más de un segundo es un mecanismo de defensa y que el parpadeo rápido es una señal de que alguien está estresado o mintiendo.

Asimismo, afirma que “si una persona es diestra, mirará para arriba y a la izquierda cuando dice la verdad. En caso contrario, lo hará a la derecha”. Los especialistas en la programación neurolingüística (PNL) han llegado a la misma conclusión.

¡Wow! ¿Quién iba a imaginar que poseemos un polígrafo natural e incontrolable en nuestros ojos que nos puede dejar muy mal parados si se nos da por mentir, incluso con tapabocas puesto?

Sin embargo, tres estudios diferentes liderados por Caroline Watt de la  Universidad de Edimburgo junto con expertos de la Universidad de Hertfordshire y publicados en 2012 por la revista digital, Public Library of Science ONE (PLoS ONE), demostraron que no hay relación entre los movimientos oculares y la mentira.

“Un gran porcentaje del público cree que ciertos movimientos oculares señalan la mentira y esta idea es enseñada  incluso en los cursos de formación  organizacional”, expresó Watt. “Nuestra investigación no arrojó ninguna evidencia de esto y por consiguiente, se sugiere abandonar esta forma de detectar el engaño”.

Pero el modelador Richard Bandler y el lingüista John Grinder, creadores de la PNL se mantienen firmes en sus teorías basadas en años de estudios sobre los hábitos de comunicación. Según los especialistas, si queremos recordar algo, miraremos hacia arriba y a la izquierda; si queremos idear algo, hacia arriba y a la derecha; cuando queremos solucionar un problema, nuestra mirada irá hacia abajo y a la izquierda y si estamos tristes, la bajaremos hacia la derecha.

Por otro lado encontré, que una mirada brillante expresa fuertes emociones de amor y que una mirada hacia abajo, denota un proceso de introspección.

Sea verdadero o falso, no descarto del todo esta pequeña muestra de interpretaciones sobre el lenguaje de los ojos. Al final, siempre se ha dicho que una mirada habla más que mil palabras.

Así que si aún creen que por el hecho de llevar tapabocas, pueden librarse de que lo reconozcan o de evadir respuestas, piénselo dos veces.

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