Moda / 7 de noviembre de 2020

Jill Biden, el polo opuesto de Melania Trump en estilo

El perfil y el estilo de la Primera Primera Dama de EEUU, Jill Biden son totalmente distintos a los de su antecesora Melania Trump. (Getty Images)

Miredvista.co

Sin dejar de ser elegante, la nueva Primera Dama de Estados Unidos se caracteriza por su sobriedad y sencillez en el vestir, a diferencia de su antecesora.

Melania y su esposo Donald Trump en uno de los actos oficiales,

Sin duda, la inminente llegada a la Casa Blanca de Jill Biden como Primera Dama de EEUU marcará la diferencia en cuanto a estilo. Es el polo opuesto de su antecesora, Melania Trump, en todos los sentidos.  

En lo único en que ambas coinciden es que fueron modelos en su momento. Jill posó brevemente para campañas publicitarias. Gracias a ese breve paso conoció a su esposo, Joe Biden, siendo senador, viudo y hoy ahora eventual Presidente de los Estados Unidos, quien quedó impresionado al verla en una valla y se puso en contacto con ella, que estaba a punto de divorciarse.

 Melania, de origen esloveno, en cambio comenzó desde los 16 años a trajinar por las pasarelas hasta convertirse en una top-model, ilustrando portadas de las más prestigiosas revistas de moda, y hasta llegó a posar desnuda en una publicación. Precisamente, conoció a Donald Trump en una fiesta de moda en Nueva York en 1998. Aunque primero se negó a salir con él, la pareja finalmente comenzó a verse y se comprometió en 2004. Al año siguiente se casaron.

Pero sigamos con lo de las apariencias de cada una de estas mujeres, en lo que muy seguramente influye la diferencia de edad entre Jill (nacida hace 69 años en New Jersey) y Melania (50). Es importante anotar que la moda es una tendencia impuesta y efímera, pero el estilo es algo propio, personal y es estable.

Jill Biden a su llegada a Tennessee, para lo cual lució un vestido floral a tono con su cubrebocas. (Chip Somodevilla/Getty Images)
En una gala con los demócratas.

La esposa de Trump se distinguió no solo por ser una mujer enigmática y reservada, sino como una de las más elegantes del país. Durante los 4 años de gobierno se le vio bien puesta, siempre luciendo ropa de marca y de última moda, nunca se bajó de los tacones de tacón puntilla, aunque no dejó de ser criticada por sus errores de protocolo en cuanto al vestuario y por su obsesión de los retoques estéticos.

La nueva Primera Dama, que trabaja como profesora de inglés desde 2009 y quien desde ya despierta enorme expectación en distintos sectores, incluyendo el de la moda, no se estrena en estas lides políticas, por lo tanto, no es ninguna desconocida para los estadounidenses. Porque cuando Obama ganó las elecciones y su vicepresidente era Joe Biden,  Jill se convirtió en la primera “segunda dama” y siguió dictando clases en la Universidad de Virginia del Norte.   

Tiene dos maestrías y un doctorado, ha escrito libros infantiles y es la fundadora de la Biden Breast Health Initiative, que trabaja para concienciar a niñas que cursan secundaria sobre la importancia del diagnóstico precoz en el cáncer de mama. 

La señora Biden tiene un estupendo clóset con un estilo muy marcado, tirando a sobrio y sencillo pero con detalles de coquetería. No usa tacones puntillas y prefiere dejar su cabellera rubia al azar del viento.

Los esposos Biden llegando a Burlington, Iowa. en plena campaña (AP /Charlie Neibergall)

Vanessa Friedman, directora de moda en The New York Times ha dicho que Jill Biden no es un trofeo para tener en una vitrina, en clara alusión a Melania Trump. “Ella nunca usará la moda como un escudo ni se ‘bañará’ en glamour ni se vestirá con muchas firmas europeas”.

Tal como se ha visto en las fotos y apariciones públicas, queda claro que le gustan los vestidos un poco ajustados y huye de los volúmenes en las faldas y mangas, para tener una silueta muy controlada. Le gustan casi todos los colores, especialmente los oscuros y suele llevar tejidos lisos.

Melania con dos looks distintos. Nunca repitió vestido.

Como buena estadounidense siente preferencia por las creaciones de diseñadores y firmas norteamericanas como Vera Wang y Ralph Lauren, pero también europeos. El vestido de flores de Dolce&Gabanna, que lució en el último debate presidencial llamó poderosamente la atención, tanto como el rojo que llevó en el baile para festejar el triunfo de Barack Obama, un diseño de la libanesa Reem Acra.

En la Casa Blanca, en la que no solo Melania Trump, sino todas las primeras damas se tuvieron que acostumbrar al escrutinio mundial que generan sus apariciones públicas, todo indica que el turno es para la inminente nueva inquilina y siempre sonriente Jill Biden, cuya imagen y estilo estará bajo los reflectores de la prensa en cada aparición. (Adaptación de agencias internacionales y videos)

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