En Colombia, expertos en moda coinciden en opinar que la nueva vicepresidenta de EEUU tiene clase y buen gusto al vestir.

Kamala Harris, es una mujer de cautivadora sonrisa, pero con carácter, porque siempre ha tenido los pantalones bien puestos, así la definen quienes han tenido la oportunidad de estar cerca de ella desde que comenzó su carrera política por allá en 2003 cuando fue elegida fiscal del distrito de San Francisco.

En su primer discurso, apenas se conoció el triunfo de Joe Biden, Kamala lució un sastre blanco de chaqueta, pantalón y blusa de seda de la venezolana Carolina Herrera. No faltaron quienes compararon esta pinta con la que llevó Hillary Clinton cuando aceptó su candidatura en 2016, con la diferencia que el de la también demócrata era de Ralph Lauren, su diseñador favorito.

En sus apariciones públicas durante la campaña, fue usual ver a Kamala vistiendo conjuntos de ese estilo que, según los conocedores, no solamente los usa por comodidad sino como una mujer que simboliza a las mujeres trabajadoras. Es más, ya es considerada como “la reina de los trajes sastre”.

Complementa sus atuendos no con accesorios exagerados, sino con collares de perlas blancas o negras y aretes a juego, y otras veces con cadenas cortas de varias vueltas.

Para Lina Cantillo, cuya especialidad es diseñar ropa de hombres, la vicepresidenta le parece fantástica y tiene buen gusto al vestirse, “porque una mujer con un cargo tan importante maneja muy bien los vestidos sastre, una pieza única que tiene un toque masculino (si se tiene en cuenta el espacio en el que se rodea) con aire femenino. Me gusta mucho que lo combina con camisas de seda. Su maquillaje es natural, me parece que va a ser un prototipo de mujer a seguir”.

Alfredo Barraza, otro diseñador destacado en Colombia, opina que “Kamala viste acorde a su edad, sobria y elegante. Se nota que tiene clase y buen gusto. Sabe llevar lo que se pone”.

Por su parte, Franklin Ramos, asesor de imagen y experto en belleza, resalta la apariencia de Kamala. “Se ve impecable. Es una mujer guapa, clásica y limpia, que adopta el estilo sartorial masculino dándole fuerza el feminismo. Su estilo es el claro reflejo de las piezas clásicas bien construidas. Aparte de su inteligencia, su sonrisa, que hace parte de su ADN,  la hace brillar más”.

La mano derecha del presidente Joe Biden dijo en una de las tantas entrevistas televisivas que de las actrices latinas que más admira es a la mejicana Salma Hayek y siente simpatía por la esposa del príncipe Harry, Meghan Markle, quien abiertamente ha demostrado lo importante que es acabar con el racismo. Es de anotar que la mamá de la duquesa de Sussex es afroestadounidense. En los últimos meses de campaña, Kamala emergió como una voz líder en la justicia racial.

Es amante del deporte, sobre todo ejercitarse en la elíptica que practica desde muy temprano, y uno de sus platos preferidos es el pollo asado. Le encanta cocinar los domingos para su familia.

Luego de un corto noviazgo hace 6 años se casó ante un juzgado con Douglas Emhoff, un exitoso abogado judío, que tiene dos hijos de su primer matrimonio. Ellos y su sobrina Meena, hija de su hermana Maya Harris, son los ‘hijos’ de Kamala.

Así es la vicepresidenta, que está de acuerdo con los matrimonios del mismo sexo, que se describió a sí misma como una “fiscala progresista” durante su tiempo como fiscal general en California, y quien de ahora en adelante será una de las personalidades de la política más mediáticas por su rol femenino en la Casa Blanca.