La persona a la que se le ha hecho un diagnóstico de depresión necesita tratamiento médico. dice el doctor Sánchez.
A propósito del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el 10 de septiembre, el médico cubano Freddy Sánchez explica que la depresión es una de las conductas que llevan a las personas a quitarse la vida. La OMS y expertos en el tema han tomado cartas en un asunto que cada vez genera más preocupación en el mundo entero, especialmente en lo que afecta a la gente más joven.
Los casos de suicidio en el mundo asociados a eventos como la depresión y otros trastornos mentales han cobrado tal importancia que tanto la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio como la Organización Mundial de la Salud, se han dado a la tarea de promover conciencia, a nivel global, sobre la prevención de casos de suicidio
En tal sentido desde hace 20 años se conmemora cada 10 de septiembre el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Ello debido, justamente, a la cantidad de este tipo de eventos que se registra cada día en todo el planeta.
Estadísticas sobre estudios de estos organismos, dan cuenta de que cada año en el mundo se quitan la vida casi un millón de personas. Es algo similar a decir que cada 40 segundos ocurre un suicidio. Paralelo a ello, por cada caso de suicidio se estima que hay 20 intentos.
El fenómeno preocupa tanto a los organismos de salud, que han hecho llamados a los gobiernos para que presten mayor atención a la salud mental de las personas, pues el mismo es un evento que afecta de manera global a las familias, a las comunidades y a los países.
“La depresión es una enfermedad muy común, más común de lo que imaginas. Yo personalmente la sufro desde hace muchísimos años. He tenido que lidiar con estos factores genéticos y químicos desde hace mucho tiempo atrás. Pasé de ser una persona extremadamente introvertida en la infancia, el colegio y la universidad, a tener que enfrentar la aceptación, el rechazo, el odio y la presión social y laboral”.
Lo anterior corresponde a uno de los apartes de la carta que el cantautor colombiano Juanes publicó recientemente en sus redes sociales, en la que confiesa lo que ha representado para él la batalla contra este trastorno mental que cada día se hace más frecuente, especialmente entre la población juvenil.
La confesión del artista tuvo tanto revuelo que ocupó la atención de medios relacionados con el espectáculo y entretenimiento, que requirieron el respaldo de profesionales en el tema para orientar a la población.
Justamente, de acuerdo con especialistas en este tipo de trastornos, esta es una de las conductas que llevan a las personas al suicidio. Pero tal como lo dijera el artista paisa en su carta: «Nunca es tarde para entender que la salud mental es algo indispensable para todos».
Sin lugar a dudas la depresión va en aumento. Es la enfermedad de mayor carga global en el mundo entero, según explica el médico psiquiatra cubano Freddy Sánchez, director de la especialización en psiquiatría de la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla.
Pero además es la enfermedad de mayor carga de invalidez, y es la patología más frecuente en mujeres entre los 15 y 50 años de edad. Un episodio nuevo condena más al individuo a padecer otro más.
“Un sujeto que ha tenido un episodio de depresión ya tiene un 30 por ciento más de posibilidades de tener un segundo, que aquel que nunca lo ha tenido. Y si tiene un segundo, la posibilidad de un tercero es del 85 por ciento, pero si tiene un tercero está condenado a tener una depresión recurrente”, afirma el médico psiquiatra, pero dice además que los síntomas se quitan con tratamiento.
Argumenta que el incremento de casos de depresión en las personas obedece a varios factores relacionados con el estilo de vida de cada quien. Pero no es que las personas se depriman por tener un mal estilo de vida, enfatiza en que la depresión es una enfermedad de múltiples causas y eminentemente genética con antecedentes familiares que se van heredando.
Al explicar los estilos de vida que inciden en estados depresivos los relaciona con el consumo de sustancias psicoactivas, los abusos a temprana edad, la pobreza extrema o la falta de atención de la persona que padece el trastorno mental, por parte de sus padres.
Para el doctor Sánchez cuando las personas pasan por un cuadro depresivo es posible notarlo, pues estas pierden el interés por cosas que habitualmente le producen placer como ir al cine, leer, ir a fiestas, practicar deporte etc.
Otros síntomas pueden ser el insomnio e hipersomnio, que son desordenes del sueño relacionados con dormir poco o demasiado. Desórdenes alimenticios como anorexia, mal genio e irritación, especialmente en personas adolescentes, y pesimismo generalizado que se traduce en problemas para concentrase o memorizar. Y el caso más extremo es cuando la persona experimenta ideas suicidas.
Las personas que viven alrededor de alguien en estado de depresión juegan un papel importante en su recuperación, y en ese caso los especialistas recomiendan hacerles acompañamiento y convencerlas de que es necesario que visiten a un médico psiquiatra que son los encargados de tratar estas patologías.
Explica el psiquiatra Sánchez que a la persona a la que se le ha hecho un diagnóstico de depresión necesita tratamiento médico. Y es necesario que quienes están al lado de estas, entiendan que ellos están atrapados en una circunstancia de la que no pueden salir, entender que es alguien enfermo que necesita curarse con tratamiento orientado por un especialista.
“Es un error y una tontería decirle a una persona deprimida que ponga de su parte, que él puede salir de eso, que salga a distraerse, etc. Al decirle a una persona que ella misma es su psiquiatra, ella va a entender que lo que le queda es el suicidio. Entonces hay que hablar con esa persona, escucharla, hablar del tema de suicidio si es que ya tiene esas ideas, y eso ya lo va a hacer sentirse diferente”.
El doctor Sánchez asegura que es necesario que haya voluntad para que desde instancias gubernamentales se atienda el problema de la depresión y enfermedades mentales desde una política estatal.
“Todos, absolutamente todos, cargamos una cruz, una pena personal, un dolor o una frustración, independientemente de nuestra clase social, religión o profesión. De hecho, el éxito profesional no garantiza la felicidad, tampoco el dinero. Pasamos toda una vida pensando que seremos felices cuando tengamos esto, que seremos felices cuando tengamos aquello, pero cuando llega ese o aquello, tampoco somos felices”, agrega la carta del Juanes.