Sissi Contreras Sánchez, de la marca ´Corocitos store´ emprendió su proyecto de ropa infantl en plena pandemia que con las semanas se fue ampliando a toda la familia. A mediano plazo proyecta producir al 100% con materiales reciclables.
Ella dice orgullosa que nació con el ´chip´ del emprendimiento. Eso lo asegura Sissi Contreras Sánchez porque desde niña le gustaba obtener recursos para sus gastos.
De ahí que le gustaba hacer las veces de mesera en las fiestas familiares, lavar a domicilio los vehículos de su cuadra en el barrio Paraíso, y ya de adolescente, montarse en patines para repartir hojas volantes de los almacenes que la contrataban por horas.
La hija de Dora Sánchez Isaza, enfermera de profesión con Magister en Salud Familiar y docente de la Universidad Simón Bolívar, dice que aunque no logró tener una buena oportunidad de trabajar en los medios de comunicación, sí le valió la experiencia de varios años en el área comercial de sectores como la hotelería y el turismo para comenzar con su primer emprendimiento propio: un restaurante en Valledupar asociada con una de sus mejores amigas.
“Seguí el ejemplo de mi mamá que siempre me enseñó que tenía que trabajar duro para obtener una recompensa, y así lo hice”, cuenta esta comunicadora social egresada de la Universidad del Norte.
“Eso fue en el 2015, y pese a los tropiezos de principiantes, nos fue bien hasta que llegó la pandemia que nos obligó a entregar el local que teníamos alquilado y tomar rumbos diferentes”, asegura.
“Dante es nuestro milagro de vida, nació prematuro, de 31 semanas, por lo estuvo en incubadora durante dos meses. Él es nuestra motivación de cada día”, cuenta.
Junto a su esposo Fidel Barría, productor audiovisual nacido en Panamá y su hijo Dante Barría Contreras, que en ese entonces tenía 3 años, empezó a “cranear” cómo comenzar un proyecto en pleno aislamiento por la pandemia de Covid-19.
Con los recursos que le quedaron de la liquidación de la empresa se regresó a Barranquilla.
Gracias a ese ´motor´ que ya tiene cinco años a Sissi se le ocurrió vestir a su hijo con prendas cómodas de algodón para soportar la cuarentena y así evitar que todo el tiempo estuviera enpijamado.
“La primera vez le compré una camiseta para cada día de la semana. Y pensé, así deben estar los papás en plena pandemia”, añade.
Encontró un proveedor que le surtía las prendas y ella hacía los diseños y los mandaba a imprimir. Todo un hit porque sus familiares y amigos más cercanos se convirtieron en sus primeros clientes.
Así nació ´Corocitos’ el 29 de julio de 2020, el emprendimiento de ropa personalizada para bebés (@corocitos.store) que con los meses fue creciendo hasta vestir a familias completas y mujeres gestantes.
“Como todos estábamos encerrados, los papás me llamaban para pedirme la misma camiseta con el mismo diseño para cumpleaños y fechas especiales porque era como una terapia en ese momento tan difícil”.
Los Barría-Sánchez se fueron a vivir a Pradomar, y desde allí adquirieron las máquinas para diseñar, cortar e imprimir las camisetas, a los que se sumaron buzos, mamelucos y accesorios como balacas, pulseras y tapabocas.
La marca, que lleva el nombre en honor de Dante que siempre ha llamado corazón al corozo, ha participado en varias ferias de emprendedores como las que organiza la Secretaría de Desarrollo Económico de la Alcaldía de Barranquilla y los domingos, gracias al apoyo de la fundación Identidad Porteña, exhibe su colección en el Hotel Pradomar.
A mediano plazo quiere trabajar en ropa sostenible al 100% porque quiere aportar un grano de arena para ayudar a frenar el calentamiento global.
Por eso sus empaques y etiquetas son en material germinable para incentivar la siembra de árboles.
Sissi ya está trabajando además en una línea de vestidos de baño confeccionados en textiles reciclables diseñadas con botellas en Polietileno Tereftalato (PEP) para concientizar de la urgencia de salvar el Planeta.
