Padre Jaime Marenco Martínez
Columnista / 11 de septiembre de 2021

La Plaza de la Paz es de todos

Uno de los momentos más impactantes de mi juventud fue la visita de Juan Pablo II a Barranquilla, hace 35 años. El santo estuvo entre nosotros unas pocas horas y se despidió de los colombianos desde la Plaza de la Paz, la cual inauguró con su bendición.

En esta última etapa de mi peregrinación por los caminos de Colombia, como mensajero de la paz de Cristo, tengo el gozo de encontrarme en esta Plaza de la Paz, cuyo nombre aúna, hoy más que nunca, los anhelos de todos los colombianos”.(Palabras de Juan Pablo II en su visita a Colombia, El Heraldo 7 de julio de 1986)

Monseñor Víctor Tamayo me contó que años después, en Roma, el papa polaco le expresó la grata impresión que tuvo en nuestra Plaza de la Paz. “El Santo Padre quedó impresionado con la multitud vestida de blanco que lo despidió en la plaza; me dijo que fue algo esplendoroso y que allí sintió a toda Colombia vestida de blanco anhelando la paz”, recuerda con alegría nuestro querido “Tamayito”.

Así como ayer San Juan Pablo II salió impresionado de lo que vio y sintió en la Plaza de la Paz, ojalá hoy cada visitante de la plaza se deje impresionar por la magnitud de la exquisita obra arquitectónica lograda por la Gobernación del Atlántico, y que se ha convertido en símbolo de fraternidad, esperanza y progreso de la región.

La Plaza de la Paz fue un sueño que comenzó con la construcción de la Catedral Metropolitana María Reina y Auxiliadora, donde se vislumbró un espacio amplio para caminar al aire libre, que estuviera separado de grandes construcciones que obstaculizaran la visibilidad de la gran manzana, con diferentes áreas arborizadas, fuentes de agua y un gran salón, llamado hoy Cubo de Cristal. La Plaza de la Paz nos permite admirar una arquitectura contemporánea que armoniza con la vegetación y enaltece en sus hermosas fuentes el tesoro del agua. La Plaza de la Paz es un grito pacífico al respeto de la vida y al cuidado de la “casa de común” (como suele referirse al planeta tierra el papa Francisco)

Cada día, con mayor fuerza, la Plaza de la Paz se va convirtiendo en el espacio preferido de todos, no solo para visitarla y dejarse envolver por su mágico ambiente, sino también por los diversos eventos que allí se realizan. De hecho, en su Cubo de Cristal, en la Semana Santa de este año, la Arquidiócesis de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico nos unimos para emitir por Telecaribe la serie Ruta de la Fe, que nos permitió conocer cómo se vive la Semana Mayor en nuestras poblaciones atlanticenses.

Por todas estas bondades, la Arquidiócesis de Barranquilla ha mirado nuevamente hacia la Plaza de la Paz, para celebrar allí los 18 años de Catedratón el próximo domingo 26 de septiembre, de 8:00 a.m. a 6:00 p.m., con una transmisión multiplataforma desde el Cubo de Cristal a través de los canales Telecaribe y CTV Barraquilla, de varias emisoras y de las redes sociales de la Arquidiócesis de Barranquilla, las parroquias y los movimientos eclesiales. Paralelamente, en los alrededores del ‘cubo’, tendremos una jornada gastronómica y recreativa para disfrute de las familias que ese día se acerquen a la Plaza de la Paz, atendiendo todas las medidas de bioseguridad.

Solo me resta unirme al agradecimiento del arzobispo de Barranquilla, monseñor Pablo Salas, a la gobernadora Elsa Noguera, a la secretaria de cultura y patrimonio del Atlántico, Diana Acosta, y a la administradora de la plaza, Katia Herrera, quienes han abierto brazos y corazones a la gran fiesta de la solidaridad arquidiocesana, haciéndonos sentir que la Plaza de la Paz es nuestra, es de todos.

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