Que se aprende más escuchando que hablando, que el respeto y la educación abren más puertas que el dinero, que una sonrisa te hace más atractivo que cualquier prenda de ropa, que la actitud nos define y nos acerca o nos aleja de los demás, que el amor se siente, no se elige. Me enseñó que me quedo con la sonrisa de los seres que amo, con las charlas de mis amigos sinceros, con la gente que me ama, me quedo con quien me hace un lugar en su vida, con quien cuando me extraña me llama, me quedo con eso, porque me hace feliz.
El otro día me decía un familiar que sería muy rico olvidar, y le conteste: si algún día perdieras la memoria, ¿correrías el riesgo de cometer los mismos errores una y otra vez? A veces por eso, aunque duela, es mejor recordar. Porque eso nos mantiene frescas las lecciones aprendidas.
En ocasiones vamos por la vida luchando ser mejor de lo que se es, pero se nos olvida lo importante. Es mejor descubrir la verdad de quién se es. En ocasiones se nos acerca gente que quiere proyectar en uno sus propias tormentas, nos desestabilizan, nos hacen perder tiempo, nos llevan a tierras fangosas. Por eso les digo, no se desgasten peleando con quienes están en guerras con ellos mismos. No siempre podemos elegir la música que nos toca, pero sí podemos elegir como la bailamos.
Tenemos que ser conscientes que existen personas a las que nunca les caerás bien porque tu espíritu irrita sus demonios. Nadie da nada gratis, nunca se han preguntado ¿por qué el ratón muere en la trampa? Porque nunca se preguntó que el queso era gratis, y esto se aplica mucho en la política actual, en falsas amistades.
Hoy recuerdo la idea de triunfo o fracaso, y estoy totalmente convencido que el éxito y el fracaso no dependen del reconocimiento que encuentres en el mundo. Eres exitoso en la vida si sabes caminar con alegría, incluso a través del infierno. La gente cree que el éxito está en los volúmenes de dinero que fluyen por tu vida. En ocasiones he observado la alegría de muchos pobres con solo mirar el mar y a muchos ricos deprimirse en las mieles de la riqueza. Se consideran inteligentes por el número de palabras que saben pronunciar, y en ocasiones me atrevería a decir que más inteligente es aquel que no dice nada para no lastimar. Hay dos cosas que te definen: tu actitud cuando no tienes nada y tu humildad cuando lo tienes todo.
Qué rico me siento cuando rio a carcajadas, cuando lloro sin sentir vergüenza, según Charles Bukawski: ”la tristeza es causada por la inteligencia; cuanto más entiendes ciertas cosas, más desearías no comprenderlas”. Por eso no busquemos más pelos al gato.
En ocasiones descartamos personas, porque sencillamente no nos caen bien, y resulta que nos dan sorpresas; tal vez no sea justo, pero entiende que hay gente destinada a encontrarse en la última página del libro… Así que nunca dejes de leer.
No se nos puede olvidar que dentro de cada uno de nosotros hay una batalla entre dos lobos. Uno es malvado. Es la ira, la envidia, el resentimiento, la inferioridad, las mentiras, y el ego. El otro es benévolo. ¿Es la dicha, la paz, el amor, la esperanza, la humildad, la bondad, la empatía, la verdad, y ustedes queridos lectores saben que lobo quieren tener? Y yo les respondo: “el que alimentes”.
En ocasiones dolió soltar, dolió llorar, dolió perdonar, dolió olvidar, pero merecía la paz que tengo ahora.
La vida me enseñó que todos los días tengo algo que aprender, algo que olvidar y mucho que agradecer.
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