El accesorio que antes era exclusivo como complemento del vestuario femenino, ahora pasó a hacer parte del guardarropa masculino.

Coco Chanel, la diseñadora de alta costura francesa, casi nunca dejó de usar collares de perlas. Eran como su talismán, según la historia. Ese legado de suerte se convirtió en el ícono de la firma de moda que ella creó con su nombre y hasta hoy sigue el uso de ese accesorio como símbolo de sofisticación y elegancia en el vestir femenino. Muchas mujeres famosas, entre ellas la reina Isabell II, la vicepresidenta Kamala Harris, las vemos adornando sus cuellos con perlas.  

En la medida que pasa el tiempo, los hombres cada vez se acercan más al vestuario femenino, han ido cambiando su apariencia. Sin ningún complejo usan lentejuelas, pantalones de colores, pañoletas, prendedores, faldas pantalones y aretes, entre otros detalles. Ahora lo que ponen en voga sale de la joyería del sexo opuesto: el collar de perlas.  

En las últimas temporadas, más que todo los artistas urbanos, han venido imponiendo ese complemento en el su armario que ya muchas estrellas del cine han seguido. Cada vez los hombres son más audaces y rompen reglas tan básicas como dejar a un lado el uso de la corbata que antes era el accesorio indispensable para decorar el cuello.

En las alfombras rojas recientes pudimos ver varias estrellas masculinas con collares de perlas como Timothée Chalaet, Harry Styles, Joe Jonas y Shawn Mendes, por mencionar algunos. También en otros eventos relevantes han aparecido siguiendo esa moda a cantantes latinos como J Balvin, Maluma y los hermanos Ricky y Mau Montaner.

Ha sido tal el boom, que grandes marcas de la joyería han incluido en sus nuevas colecciones distintos diseños para que el sexo opuesto los lleve ya sea para un look casual, debajo del cuello de la camisa, o simplemente por encima de esta prenda.  Obviamente que no faltarán opciones de perlas de fantasía en el mercado.

No se vaya a sorprender si ve a un hombre luciendo un collar de perlas. Llegó el momento de dejar atrás el prejuicio de que este accesorio hoy no es de uso exclusivo femenino.