Es afrochilena, es compositora e intrpreta diversos géneros musicales que van del jazz, ópera y zamba.
Es afrochilena, cantante, compositora y activista. Hija de una brasilera migrante en Chile. Desde pequeña soñó ser cantante hasta que lo hizo realidad, y vaya de qué manera tan singular.
Resulta que nació con una condición que le ha generado una interesante metamorfosis a nivel personal, pues tuvo que ocultar por varios años sus pelos en el rostro.
Tras varias consultas médicas, Cruz dijo que la primera vez se depiló con cera, porque sentía que sus compañeros del colegio la miraban con burla, no solo por su piel morena, sino más que todo por los notorios vellos de su cara. Y así comenzó por varios años, mirándose al espejo todos los días para detener y hacer desaparecer los pelos de una vez por todas.
Uno de los diagnósticos que le dieron fue que sufría de hirsutismo, que es el crecimiento excesivo de vello en mujeres.
“Durante seis meses me sometí a un tratamiento en el que me metían una aguja diminuta en cada poro para quemar la raíz y luego sacar el pelo con pinzas. Al final el láser redujo un poco el volumen, pero los pelos seguían apareciendo.”, relató.
Llegó un momento en que se aburrió, se desesperó. Y cuando llegó la pandemia, por la que tuvo que encerrarse, aprovechó ese tiempo y se dejó la barba. Aceptó que esas zonas peludas hacían parte de su look.
Hoy no se avergüenza y le importa cinco el qué dirán. Siguió adelante con su música. Compone, canta y hace performance y tiene incontables seguidores en las redes.
Además de su condición, la vida de Luta, no ha sido fácil. En su infancia fue tartamuda que sanó con la música, cantando todo el día, puliendo su voz porque insistía en ser artista.
Al comienzo, le cerraron las puertas, pero con tesón hizo que fuera reconocida como una artista distinta a las demás de su género.
Sin embargo, este 2024 fue para ella un año lleno de logros haciendo presentaciones respaldada por un equipo compuesto por 18 personas. “Donde nos contratan no todos están preparados para recibirnos, soy activista por los derechos de las mujeres raciales, peludas e migrantes”, apunta, para luego agregar: “en Chile, no hay leyes antirracistas que nos defiendan”.