Personaje / 20 de febrero de 2021

Mono Casas, gurú del arte y asesor de imagen

El Mono Casas y su esposa Marea en pleno montaje de una de las exposiciones que suelen presentar en Maison, que funciona en Bogotá.

Miredvista.co

El barranquillero dirige Maison, donde la cultura y el diseño de modas tienen sus espacios.

Si hay una persona en Colombia que puede hablar con propiedad sobre estilo y arte, ese es José Ignacio Casas, más conocido como Mono Casas. Sus conocimientos no son por casualidad, su capacidad creativa en el diseño se le fue despertando desde muy joven y en su propia casa del barrio El Prado, una hermosa mansión con hermosos antejardines,  rodeada de frondosos árboles, zonas verdes y amplios bulevares que en la década de los 40 ya mostraba el crecimiento urbano con que hoy cuenta Barranquilla.

Con sus perras Sienna y Felice, en plena cuarentena.

Su mamá María Ema Mendoza de Casas, fundadora del Club de Jardinería, fue una mujer elegante que hacía arreglos florales espectaculares y una excepcional gourmet, dicen quienes la conocieron. Otra que lo influenció con su refinado gusto y amor por lo estético, fue su abuela Ema. Con razón Mono Casas dice orgulloso: “fui afortunado en el hogar en que nací”.

Y como hablar de arte es hablar también de moda, porque según él ambas actividades están ligadas, llevado por sus sentidos y percepción del mundo, Casas se fue a EEUU para estudiar diseño gráfico y administración de Empresas. A su regresó a Colombia montó entonces y con éxito Monosac, una marca de carteras y accesorios diseñados por él. Aunque hoy el negocio hace parte del pasado, junto con Marea, su esposa y coequipera,  creó en Bogotá la empresa Maison, un espacio cultural del que dice: “hacemos todo lo que nos provoca sin que nadie nos diga nada”. 

CAMBIOS DE LOOKS

En esos  ires y venires  por el mundo, viajando, asistiendo a exposiciones,  investigando, diseñando y haciendo trabajos artesanales, su visión y lo estético de su ADN llevaron también a Mono Casas convertirse en uno de los asesores de imagen más reconocidos del país. Como tal, lo hizo con muchas de las presentadoras de la televisión colombiana que muy poco sabían de estilo y no se atrevían a cambiar de look para que se vieran mejor ante las cámaras y pudieran despegar sus carreras.

Así celebró sus 60 cumpleaños, el año pasado.

Como es una persona de retos,  en 2011se le midió a la propuesta que le hizo Caracol Tv: asesorar a los concursantes del exitoso reality Yo me llamo para que fueran el doble exacto del personaje que imitan.  Ya van siete temporadas y la cadena sigue pendiente para el próximo.

“No es un trabajo fácil. Mi misión es proponer el vestuario, peluca, accesorios y estar muy pendiente de lo que hace el equipo de maquilladores para que la transformación del imitador sorprenda gratamente, teniendo en cuenta, eso sí, las exigencias previas del jurado”.

“Recuerdo a una concursante muy linda, que tuve que convertirla en fea para que caracterizara al personaje que imitaba. De esa transformación a lo que era su belleza natural, no quedaba nada. Todos, incluyéndola a ella, quedaron asombrados”.

“NO NOS PODEMOS QUEDAR”   

“La pandemia nos cambió a todos el estilo de vida, pero nosotros no hemos dejado que  nos venza. Hay que seguir adelante, porque uno no se puede quedar con los brazos cruzados”, dice Casas, quien asegura que “este tiempo ha sido una oportunidad buena para pensar, editar, definir lo que quiere hacer uno de ahora en adelante y evaluar lo que se hizo en el pasado”.

“Yo digo que si de esta experiencia una persona no la utilizó para pensar, revaluar y diseñar una nueva estrategia, perdió el tiempo. Yo creo que es una oportunidad maravillosa. Por lo menos, yo sí la he aprovechado”.

Desde hace 4 años, montó Maison, que según él es una visión independiente de la cultura contemporánea. Es una casona, situada en Chapinero alto (Bogotá) que remodeló junto con su esposa, convirtiéndola en un espacio en la que tienen cabida, el arte, la moda y gastronomía.

“Si no viene tanta gente por la pandemia, no pasa nada. Porque seguimos trabajando. Tenemos una agenda cultural muy chévere con unos artistas que exponen sus obras”, dice con algo de resignación.

Allí también realiza una venta anual de ropa vintage que tiene mucha aceptación. No es vender así porque sí, este espacio tiene de curadora a la antioqueña Gloria Saldarriaga, considerada una de las mujeres más elegantes de Colombia.

Como admirador de la belleza femenina y de la moda, se mantiene informado en todo lo relacionado con tendencias. Piensa que tanto el hombre como la mujer, en su forma de vestir, deben ser coherentes con el clima, con su figura y con la situación, por eso no está de acuerdo que los hombres se dejen crecer la barba y el cabello en estos tiempos de pandemia. “Eso es descuido. “Todo tiene un código y uno debe someterse a ello”, dijo por último Mono Casas, sin antes destacar que “la mujer barranquillera siempre ha marcado la pauta en la moda”.

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