Empresariales / 3 de julio de 2021

Panderitos Tía Mayo, las delicias de una matrona de Bolívar

Las delicias que hacía la Tía Mayo inspiradas en la empresa que lleva su nombre.

Miredvista.co

La fábrica, con sede en Cartagena,  produce además diabolines y rosquitas. Ahora se preparan para exportar, dice su creadora María Claudia Maciá.

Cuatro de las operarias de la marca Tía Mayo.

Lo que empezó en diciembre de 2002 como regalo a familiares y amigos terminó convertido en un próspero negocio familiar dedicado a la fabricación de productos típicos de la Costa a base de almidón de yuca, leche, huevos, queso y azúcar.

Panderitos Tía Mayo, como así se llama la empresa creada por la tecnóloga en turismo cartagenera María Claudia Maciá,  nació inspirada por las delicias que María Teresa Maciá Santoya le preparaba a sus sobrinos y a quienes llegaban de visita a la casa en el barrio Manga en la capital de Bolívar.

Tía Mayo, como así la llamaban por cariño, fue una respetada  matrona de Turbaco a la que le encantaba  hornear panderitos con una receta creada por ella, muy elogiada por sus allegados .

María Claudia vio que los amigos que ese diciembre recibieron las anchetas con estos dulces típicos de la Costa, quedaron tan fascinados, que empezaron a pedirle para sus familias.

La empresa nació con una inversión de 100 mil pesos para comprar los ingredientes y así empezar a producir por encargo.

“Inicialmente producíamos 5 libras de almidón de yuca hasta que llegaron a 30 por día. Y así íbamos creciendo”, recuerda hoy María Claudia, quien destaca el apoyo de su esposo Mariano Vimos,  ingeniero naval con especialización en electrónica, para poner en marcha el emprendimiento.

Recuerda que arrancaron los domingos en la cocina de su casa, luego ampliaron a los sábados hasta que debieron contratar a las tres primeras operarias para producir toda la semana.

“Cuando llegábamos por las noches de nuestras jornadas laborales,  nos encargábamos de empacar los productos”, dice con enorme orgullo.

Con el paso de los meses la producción iba creciendo, por lo que tuvieron que buscar 10 empleadas, la mayoría madres cabeza de familia, para atender la demanda de los dulces.

La comercialización en firme empezó en el 2003 bajo la marca Tía Mayo, en honor a la señora María Teresa Maciá, quien falleció ese mismo año.

A la línea de producción le agregaron los diabolines y las rosquitas, también muy típicos de la Costa, a los que les dieron nuevo estatus con empaque y permiso del Invima, entre otros factores.

En el 2007, la empresa cambio de nombre a VIMMAC Ltda, con la cual se le dio un mayor impulso al producto y se está empezando a penetrar mercados más exigentes.

Dieciocho años después distribuyen no solo en Cartagena, sino en Barranquilla, Santa Marta, Medellín y Bogotá en donde comercializan a través del grupo Éxito, Olímpica, Megatiendas, Único, así como en tiendas y  aeropuertos.

La empresa, de la que también es socio Osvaldo Martelo, tiene como gerente a Mónica Duque, quien tiene su sede en Cartagena.

María Claudia dice que pese a la pandemia, lograron mantener las ventas y con ello los diez empleos que generan, pero además, tienen proveedores a los que les compran los ingredientes para la elaboración de los productos.

Acaban de adquirir nuevos equipos, y entre los proyectos a corto plazo se preparan para rediseñar la marca y empezar a exportar.

Todos los productos son artesanales. Para el caso de los diabolines, libres de gluten, y las rosquitas, a base de almidón de yuca.

“Mantenemos nuestros procesos de producción de forma artesanal y naturales para resaltar los productos tradicionales de Colombia, y en especial de nuestra Costa. Ahí está nuestro secreto”, asegura.

Presentación de los productos en tiendas de grandes superficies.

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