Chela López vino desde Argentina a pasar la temporada de diciembre junto a su familia. El jueves se fue de compras al Centro.
Poco a poco los almacenes y las ventas callejeras se están tiñendo de rojo y verde, los colores de la esperanza por un 2022 mejor que en el 2021 por efectos de la pandemia.
Rudy Rocha, veterano vendedor de los alrededores de la Plaza de San Nicolás, tiene la esperanza de que este final de año sea totalmente diferente al del 2020, cuando la pandemia de Covid-19 obligó a toda la humanidad a encerrarse.
El jueves le probaba luces LED a una pareja de esposos que se acercó a su puesto ubicado a un costado de la emblemática Iglesia cuya construcción empezó en 1.637.
A ese sector tradicional de la vieja Barranquilla llegó de la mano de su tío Ángel Torres quien le enseñó el oficio.
“Tengo más de 40 años en esta plaza, vendemos ollas, calderos y otros artículos para el hogar”, asegura, Rocha, casado con Sandra Barrios, unión de la que nacieron cinco hijos a quienes crió con el producto de las ventas diarias en la vía pública, hoy formalizadas por la administración distrital que adelanta un ambicioso programa de recuperación del espacio público en el Centro de la ciudad.
Este año ofrece árboles de Navidad, mallas, cojines y gorros de Papá Noel, entre muchos otros, pero como él mismo cuenta, en enero cambia por disfraces y sombreros vueltiaos por la temporada de Carnaval.
A su puesto llegan dos hermanas, Shirley y Vianys Hernández, quienes buscaban cojines para decorarlos.
«Acá en el Centro hemos visto variedad y precios para todos los bolsillos», coinciden.
Afirman que del 2022 esperan mucha salud para todos, después de dos años difíciles.
Lo mismo opina Chela López, barranquillera con más de dos décadas de residencia en Argentina, de donde llegó a disfrutar del fin de año con su familia.
«Lo primero que hago es bajar al Centro, me encanta recorrer sus calles porque recuerdo mi infancia caminando de la mano de mis papás», comentó, mientras escogía flores rojas y doradas para decorar la casa materna,
Mejor panorama
Según la experiencia que le han dado los años, Rudy asegura que noviembre empezó bien movido. «Con el favor de Dios nos tiene que ir bien porque la pandemia nos dejó sin ahorros».
En ese mismo sector de la ciudad, Almacén El Campesino, Rita Suárez, una de las empleadas, arregla las flores navideñas, que según ella, son las más solicitadas por estos días.
«“Aquí ofrecemos artículos para el hogar durante todo el año, pero en diciembre ofrecemos además todo para decorar en Navidad así como juguetería, que se mueve después de la Noche de Velitas. Tienen que venir», añade.
Aunque reconoce que los meses anteriores fueron difíciles, en este noviembre ha sido muy movido en materia de ventas.
En cambio, Gloria Marciglia, copropietaria de Almacén Franco, otro de los más tradicionales del comercio local, piensa que las ventas han mermado un poco en esta temporada con relación al año pasado.
Ella lo atribuye a la difícil situación económica post pandemia que dejó a miles de personas sin empleo y sin ahorros.
Para esta comerciante, casada con don Daniel Franco, quien fundó el establecimiento en 1958, las ventas van a repuntar con el comienzo del Carnaval. «Es que aquí le dan prioridad a la fiesta que a diciembre, sobre todo después de un año de receso», asegura.
Por eso en las vitrinas se pueden observar gorros, cojines y otros artículos propios de esta temporada con vestidos infantiles de cumbiamberos, como quien dice, listos para el Carnaval 2022.
Sin embargo, a su almacén acuden a diario cientos de compradores que buscan en esta temporada los artículos que allí se exhiben. Como un Papá Noel del tamaño de una persona toca safoxón para darle la bienvenida a quienes ingresan.
En otro punto del Centro, el tradicional Paseo Bolívar, la gente camina de prisa, casi al ritmo de la brisa decembrina, en busca de los descuentos que el comercio ofrece a mitad de noviembre.
Es el caso de la pareja conformada por el soledeño Juan Esteban Villafañe y la barranquillera Marcela Martínez que buscaban los adornos para el árbol de Navidad, toda una tradición en familia,
“Esperemos en el nombre de Dios que el 2022 sea próspero para todos”, dicen, mientras observan mallas y bolas.
Al igual que la mayoría de barranquilleros, esta pareja de comerciantes solo desea que el panorama mejore con el nuevo año.
Lo mismo piensa Carmen Rodríguez, jefe de personal del almacén El Gigante del Hogar, que por estos días se viste de rojo, plateado, verde y dorado, los colores de la temporada.
“El movimiento de ventas ha sido excelente, quizás porque el año pasado había mucha tristeza por la muerte de seres queridos, por eso pienso que este año la gente ha madrugado a comprar lo de Navidad”, añade.
De acuerdo con su reporte, el árbol de Navidad es lo que más compran sus clientes, por lo que ha empezado a agotarse este artículo.
“Aquí llegan y se emocionan cuando ven luces, bolitas de navidad, adornos, en fin, hay de todo”, dice la empleada de este almacén con 18 años de tradición en el comercio local.