La barranquillera Rocío Beckshi, que reside en Miami, se ha dado el lujo de arreglar a modelos, figuras de la socialité y miembros de la realeza.
“Vivo como las gitanas, recorriendo toda Europa” dice la barranquillera, radicada en Miami, que está en las grandes ligas en el mundo de la estética. La boda del príncipe Harry, miembros de las familias Kennedy, Clinton y Trump, y una larga lista de celebridades del cine, modelaje y Tv hacen parte de su admirable historial.
Su nombre es Rocío Alvarado, pero desde que se casó con un irlandés-polaco adoptó el apellido Beckshi. Y así es ampliamente conocida en Estados Unidos y Europa, donde unos pocos profesionales en el maquillaje y peinado tienen el privilegio de trabajar junto a celebridades internacionales como sí lo ha logrado esta barranquillera.
Por la manos de Rocío han pasado no solo reconocidos artistas y modelos, para quienes ha creado looks para cine, televisión, portadas de revistas, grandes galas y fashion shows, sino personajes de la realeza.
Lleva 35 años viviendo en el exterior, viajando por el mundo, y aunque se le sale el splanglish de vez en cuando, sus dichos costeños siguen tan latentes como su gusto por la gastronomía y la música caribeña.
Sus inicios en el mundo de la belleza fue en la peluquería de Gina Ferrands, uno de los primeros y más completos centros de belleza que tuvo Barranquilla. Tiempo después se fue a España para aumentar sus conocimientos y luego brincó a París para estudiar en el famoso Instituto Carita, que desde que la fundaron dos hermanas españolas allá en 1945 se convirtió en un lugar único y de élite, porque lo frecuentaban la duquesa de Windsor, la princesa Carolina de Mónaco y reconocidas actrices, que acudían para hacerse maquillajes y todo tipo de tratamientos faciales.
De ahí, Rocío viajó a Londres para aprender en la escuela de L’Oreal los ‘secretos’ del color y lo que marcaba tendencia en los 80 en cuanto a peinados. Con esa compañía terminó viajando por todas partes del mundo. “Cada vez que mi visa estaba a punto de vencerse me iba a otro país a estudiar”, dice entre risas. Por eso su pasaporte ha tenido que cambiarlo varias veces porque no le quedaba espacio para ningún sello.
VIAJANDO POR EL MUNDO
Reside en Miami, donde montó su propio salón de belleza que tuvo que cerrar por la llegada de la pandemia, y actualmente trabaja en el sofisticado centro de estética Ugo Di Roma (fundado por un famosos italiano que murió de Covid) que hoy manejan unos franceses, siendo ella la única latina.
En Ugo Di Roma, que se ha mantenido a la cabeza de la moda y la innovación, la colombiana tuvo la oportunidad de trabajarle a celebridades y figuras públicas de alto perfil.
Rocío fue alcanzó notoriedad por su talento y profesionalismo como make-up artist y stylist, trabajando en Ocean Drive (una mansión detrás de la casa de Versace) al lado de Oribe Canales, conocido como ‘El peluquero de las estrellas’ porque fue el estilista preferido de modelos como Naomi Campbell, Cindy Crawford y artistas de la talla de Sophia Loren, Jennifer López y Lady Gaga, entre otras.
Dice que es muy cercada a la familia Kennedy, sobre todo con Eunice, hermana del ex presidente John F. Keneddy, y la hija de ésta, María Owings Shriver, casada con el actor y ex gobernador Arnold Schwarzenegger. “Son personas muy especiales, a Arnold le he cortado el cabello varias veces, lo mismo que a Brad Pitt y George Clooney, cuando fue en un tiempo mi vecino en Miami”.
Las hijas de Donald Trump, Hilary Clinton, a varias estrellas que han asistido para los Oscar en cuya lista está JLo y Salma Hayek, lo mismo que a modelos de los fashion show de Versace, Roberto Cavalli, Chanel y otros grandes de la costura, han sido maquilladas por la profesional.
Otra de sus clientas asiduas fue la cantante cubana Celia Cruz. «Me llevaba una maleta con todas sus pelucas para que se las arreglara. Yo le teñí una de rosado que usó bastante en sus actuaciones». En la lista también está Chayanne, su esposa y su hija Isadora, que hoy es una gran cantante.
Ante tantas celebridades que han pasado por sus manos, reconoce que fue a través de Oribe Canales que la contrataron para arreglar a algunas mujeres de la realeza en el castillo de Windsor.
“Me dijeron nada más que se trataba de una boda, pero para mi sorpresa, era la del príncipe Harry y Meghan. Es que había mucho protocolo y demasiado hermetismo. En muchos de los lugares que he ido a trabajar no le permiten a uno llevar el celular, nos hacen firmar un documento de confidencialidad para que no se filtre nada”, asegura Rocío, quien por eso, muy pocas fotos tiene de esas personalidades.
“En Windsor maquillé a tres de las socialites invitadas. El 17 de junio de este año regresa a Londres contratada para otra boda”.
EN LAS PORTADAS
Beckshi también estuvo vinculada a la empresa de cosméticos Elizabeth Arden en Nueva York, y fue la encargada del styling en el cabello y maquillaje de las modelos que posaron para el libro de la diseñadora barranquillera Silvia Tcherassi, quien aún la frecuenta en el centro de belleza.
Su obra de arte igualmente ha sido publicada en las portadas de importantes revistas internacionales como Vogue, Vanity Fair, Elle y Rolling Stones. Porque ha trabajado con fotógrafos de amplia trayectoria como el escocés Albert Watson, famoso por sus campañas publicitarias para Chanel y Prada, algunos de sus numerosos clientes.
Bruce Weber, otro profesional del lente y director de cine estadounidense, para quien han posado las modelos maquilladas por la colombiana.
SU AGITADA VIDA
Rocío es madre de tres varones (Liam de 28 años, Nicolás de 23 y Jean Paul de 16. Tiene 3 perros que consciente tanto como a sus hijos. Es una mujer alegre, dinámica, se ríe de todo y es tan descomplicada que, contrario a su profesión y a lo que muchos piensan, nunca se maquilla.
Cuando dialogamos con ella estaba haciendo unos patacones y un sancocho de gallina “porque tenía antojo”. Dice que uno de los platos que más añora es el arroz de chipi-chipi.
En su casa guarda las medallas que ha ganado en campeonatos mundiales.
Antes de la pandemia estuvo en Colombia visitando a su mamá en Bogotá, pero no tuvo chance de llegar a Barranquilla por sus múltiples compromisos, aunque estuvo a punto de hacerlo el 15 de marzo de este año, cuando se enteró de la sorpresiva muerte de su amiga y colega Gina Ferrands, quien fue la persona que la impulsó para que se fuera a España a estudiar estilismo.
Viajó al exterior cuando tenía 16 años, regresó por un tiempo a Barranquilla y se devolvió para Estados Unidos, en busca de nuevos horizontes.
Recordó que fue la primera en maquillar a Sofía Vergara (cuando apenas su carrera despegaba con el comercial de Pepsi en una de las playas de Santa Marta) para la portada de una revista colombiana. “Con Sofía me he visto muchas veces, sobre todo cuando llega a descansar a la casa que tiene en Palm Beach”.
Por otro lado contó que siendo muy joven fue hasta reina del municipio de Galapa, (Atlántico), donde vivían sus padres. Bailó para la cumbiamba La Candela Viva; desde entonces no ha vuelto al Carnaval.
Por su trabajo, ya se acostumbró a estar de avión en avión, y algunas veces conduciendo su automóvil. El 2 de mayo viaja a Nueva York para un fashion show en Park Avenue, donde acude la gente de sociedad; luego va a otro de Chanel en París, y en junio sigue a Londres el 17 de junio.