Personaje / 15 de enero de 2022

“Sueño con cantar en Colombia”, dice ‘La diosa de la cumbia’ con 40 años de carrera

Margarita interpretando ‘La Pollera Colora’ en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, ante miles de espectadores, cuando cumplió 30 años de vida artística.

Zoraida Noriega

En Barranquilla, Margarita Vargas, su nombre de pila, pasó su niñez y juventud, hasta que hace 35 años se radicó en el país azteca, donde alcanzó la fama. “En México la cumbia colombiana se mantiene por mí”, confiesa.

El refrán de origen bíblico “nadie es profeta en su tierra”, bien podría aplicarse a Margarita Vargas Gaviria, más conocida internacionalmente como ‘La Diosa de la Cumbia’.

Nació en Medellín, pero dice que se siente más barranquillera porque en la capital del Atlántico pasó su niñez y juventud. Quiso ser monja “porque la vida espiritual, amar a Dios sobre todas las cosas, me llamaban mucho la atención;  pero después de que me dieron el primer beso ¡se me olvidó todo! Y la música me haló”, confiesa entre risas.   

Desde hace un mes se estrena como abuela, y conserva no solo su acento costeño, sino la tradición de hacer en su casa platos típicos de esa región colombiana.

La vida le pintaba otro camino cuando llegó a México hace 35 años. Al comienzo, no fue fácil conquistar con su bella voz al público de ese país, donde antes nada más se escuchaba la llamada cumbia mexicana, un género adaptado y fusionado de las raíces de la cumbia colombiana. “Creo que la cumbia colombiana se mantiene por mí”, explica con convicción, pues ese ritmo folclórico del Caribe colombiano ha sido el principal referente en su carrera musical de 40 años.

“Pasé por situaciones dificilísimas para lograr un reconocimiento, pero Dios quiso que yo estuviera allí”.  

Con el maestro Armando Manzanero con quien grabó un tema del compositor mexicano.

Desde hace un año se nacionalizó en México porque quería que fuera por elección, y no porque la obligara el hecho de que allí estuviera radicada por tanto tiempo. Con su orquesta, compuesta por 32 personas, entre músicos, coristas y bailarines de diferentes nacionalidades, ha recorrido el país azteca de extremo a extremo, sin dejar de contar de donde vienen sus raíces, especialmente la cumbia.  No ha perdido su acento costeño (aunque a veces suelta una que otra expresión chilanga) y mucho menos su swing cuando se mueve en el escenario.

No en vano afirma que “mi gran sueño es cantar en Colombia, ofrecer un gran concierto. Añoro Barranquilla, que siempre está metida en mi corazón;  volver a estar con mi familia, encontrarme con mi gente y ¡comerme una arepa de huevo!”.

EL MEJOR RECONOCIMIENTO: LOS APLAUSOS

Nació en el hogar de Félix Vargas y Marina Gaviria. Su padre fue el fundador de Radio Príncipe, que hoy es Radio Tiempo, pero también dirigió las emisoras Atlántico y Olímpica, luego de su paso como ejecutivo por la cadena radial RCN. Murió muy joven y en la plenitud de su trabajo.

Acompañada de sus hijos Jonny y María Fernanda.

De manera que Margarita no recogía del suelo su gusto por la música. Todo el tiempo escuchándola en dichas emisoras fue despertando en ella el deseo de ser artista.

Siendo apenas una adolescente, en las reuniones familiares y de amigos veían en ella su talento y hermosa voz, que aprovechó para grabar jingles radiales y televisivos en los estudios de Discos Fuentes lo que le permitió  abrir puertas para cantar en eventos locales en Medellín. Allí conoció al productor musical Víctor Nanni, quien le propuso grabar varios temas con la Sonora Dinamita.

La ilusión de darse a conocer como cantante por fin empezaba a dar frutos. En esas idas y venidas de Medellín a Barranquilla, ciudad en la que creció  y estudió bachillerato, la novel artista recibió una invitación para residir en México, donde la agrupación colombiana había comenzado a echar raíces. Ser vocalista oficial, fue la propuesta. Y así fueron pasando seis años, hasta que tomó la decisión de abrir tolda aparte.

En otro de sus aplaudidos conciertos.

A partir de 1990 Margarita inició una carrera en solitario que la ha llevado a grabar más de 27 álbumes entre discos inéditos, de concepto y recopilaciones. Aunque también interpreta boleros, baladas y salsa, en su repertorio predomina la cumbia, ese aire tan representativo de Colombia. De ahí que sea reconocida como ‘La Diosa de la cumbia’.

Como tal, se ha paseado por los más importantes escenarios de todo México y ha recibido incontables distinciones internacionales por su trayectoria. Una de ellas, quizá el que más le ha llegado al corazón, como dice, fue la declaratoria de hermandad entre Manizales y Puebla, que logró el embajador de ese entonces de Colombia en México. Ha sido lo más cerquita que he tenido de mi país, pero también recibí el Grado de Caballero en Bogotá, una condecoración que el gobierno de Colombia otorga a sus ciudadanos ilustres para exaltar la labor musical en el extranjero, en mi caso, en beneficio del folclor”

Sin embargo, entre la cantidad de reconocimientos, para ella el mejor es el aplauso del público: “es un regalo invaluable y una forma de demostrar que todavía te quieren, te admiran. Y que yo siempre hablo de Colombia. Tanto, que en mi opening interpreto Canto a Colombia , de Juan Luis Guerra, que ensamblo con una canción alusiva a México. Creo que la cumbia colombiana se mantiene en el país azteca por mí”.

En su extenso repertorio figuran éxitos tan costeños como Yo me llamo cumbia, La Piragua, La Luna de Barranquilla, La pollera colorá, Colombia tierra querida, Quiero amanecer, Caprichito, Salsipuedes, Carmen de Bolívar  y Las pilanderas, entre muchos otros.

Uno de los acontecimientos de su carrera es haber participado en el proyecto ‘Las Mujeres de Manzanero’, álbum que fue lanzado en 2009 y en el que interpretó una de las composiciones del desaparecido cantautor Armando Manzanero, y en el que también formaron parte estrellas de la talla de Tania Libertad, Rocío Banquells y Arianna, entre otras.

Unas semanas antes de que Manzanero falleciera, la cantante colombo-mexicana contó que había grabado un bolero con él que le había escrito a su esposa, pero ese tema no ha salido a relucir todavía, sigue guardado.

COMO PEZ EN EL AGUA

Margarita vive en el Distrito Federal (DF), donde adquirió un estudio de grabación, oficina y cuenta con su transporte de su propiedad para el traslado de su equipo a las presentaciones. También una casa en Mérida (península de Yucatán) que le sirve de escape para descansar y disfrutar la naturaleza. “Tiene una amplia construcción que me hace recordar esas casas patrimoniales de Barranquilla con sus amplias terrazas y altos techos. Soy feliz disfrutando el panorama”.    

Debido a que su agenda artística es muy apretada, entonces su ciclo se le invirtió. Por eso se considera una persona noctámbula, duerme de día y no de noche. Se desvela leyendo y estudiando metafísica.

Escribió el libro El lugar donde habitan tus sueños, una autobiografía, en la que se refiere a sus inicios y su vida en Barranquilla. Y está escribiendo otro, que aún no tiene título.

Sus hijos Jonny y María Fernanda trabajan con ella. Como “lo que se hereda no se hurta”, el varón heredó la vena musical: canta y compone. Ya ha realizado presentaciones con su famosa mamá en varios escenarios, lo que la llena de orgullo pues ve en su hijo un gran futuro, ya que él quiere abrir su camino sin la sombra maternal. 

Tal como ocurrió en el mundo, la pandemia también afectó a ‘La Diosa de la Cumbia’ y su equipo. Apenas se reanudaron las actividades artísticas la agenda comenzó a moverse. El 2021 lo cerró con varios conciertos, y ahora se alista para el Carnaval en México a celebrarse del 24 de febrero al 1º de marzo, pero antes Margarita anunció que vendrá a Barranquilla para visitar su familia y poder darse el gusto gastronómico que tanto añora.

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