Los dientes se amarillean con el paso del tiempo. La razón es que debajo del esmalte hay una sustancia marrón pálida llamada dentina, que puede hacerse más visible cuando el esmalte se adelgaza, algo que suele ser común en personas de cierta edad.

Tener los dientes blancos es un sueño que todos tenemos, pero muchos piensan que para ello debemos someternos a costosos tratamientos dentales. Hay productos blanqueadores que en alguna u otra medida erosionan el esmalte dental. Por eso, emplear esos blanqueadores, ya sean caseros como los productos comerciales, hay que tener precaución.

Existen numerosos trucos fáciles que utilizan ingredientes naturales muy eficaces para evitar que sigan cambiando su color natural. Uno de ellos es la pasta de bicarbonato con jengibre que solo podrá utilizarse dos veces por semana.

Solo necesitas mezclar 3 cucharaditas de bicarbonato de sodio, ¼ de cucharadita de jengibre en polvo y 3 gotas de aceite esencial de menta. Guarda la mezcla en un recipiente bien cerrado y lejos de la exposición a la luz. Cuando vayas a utilizarla, moja el cepillo de dientes en primer lugar, coloca la pasta habitual y, por último, añade esta mezcla. Cepilla bien y enjuaga después con agua.

Otro de los trucos es con la cáscara de plátano porque es rica en potasio, magnesio, manganeso y otros minerales que pueden ayudarnos a tener los dientes blancos. La mejor forma de hacerlo es cepillarte y usar hilo dental para eliminar los restos que hayan quedado entre los dientes. Después, pela un plátano maduro para frotar un pedazo. Transcurrido este tiempo, enjuágate y puedes volver a hacerlo antes de irte a dormir. Todos estos trucos caseros te ayudarán a conseguir una sonrisa perfecta en cuestión de pocas semanas.