Los teepees milticolores son ideales para compartir una celebración en familia.
¿Quién dijo que la apariencia de las niñas es un asunto menor, y que no importa? Pues nada de eso, hoy tal vez ellas son las mejores informadas de qué es lo que se usa y de cómo y dónde usarlo y las que hablan de tendencias con suma naturalidad.
Pero mientras para una mujer adulta hacerse las uñas, peinarse, hacerse un masaje en el cuerpo o una mascarilla facial es por lo general el medio para alcanzar un fin –las adultas nos arreglamos para disfrutar después en una fiesta, una reunión de amigos, o un plan social, en el caso de las niñas ¡arreglarse es en sí mismo el fin!
Para ellas es un deleite estar entre amigas y les da lo mismo compartir con ellas en el salón, el spa o en la piyamada. A l fin y al cabo, cualquier cosa puede ser un motivo para reír, soñar, jugar y hacer realidad sus fantasías infantiles.
En Barranquilla, Beautyland Spa ofrece desde hace 8 años su servicio de sala de belleza y spa infantil, bajo la dirección de la diseñadora y decoradora gráfica Deissy Gómez Aragón, quien comanda un equipo de expertas en la atención y el cuidado infantil.
Deissy cuenta que en el último año, por la pandemia, como todo el mundo tuvo que adaptarse a la situación y transformar sus servicios. “Un amigo me propuso empaquetar mis servicios. Y en lo que pensé fue en empacarlos. Pero, ¿cómo empaco peinados? ¿cómo empaco servicios?”
Así surgió la ‘Beautyland box’, una cajita que contiene todo lo que se necesita para que esa experiencia se disfrute en casa y que sirve incluso para sorprender a nuestras niñas en el día de su cumpleaños, por ejemplo.
“Ha sido una innovación fantástica”, dice Deissy. La cajita contiene varios kits: de manicure, de peinado, de spa, e incluyen accesorios e implementos como la bata de seda, chocolate para derretir y hacer la mascarilla, un palito de naranja, separador de uñas, brillo, glitter color rosa, una pelotita efervescente para masajear manos, un antifaz, una balaca, y de forma lúdica recrean el pepino para los ojos y una boca pintada, entre otra sorpresas.
Una persona clave en Beautyland es María Camila Jerez, de 9 años, la hija mayor de Deissy y Alberto Jérez (la menor tiene apenas 19 meses), quien es el motorcito que ayuda a mover las redes sociales del negocio de su mamá, participa en los videos y da ideas innovadoras. “Yo la escucho mucho, porque ella es súper activa, muy pilosa. Es mi inspiración”, apunta.
En esta pandemia, Beautyland se inscribió en el programa Quilla Innova y, entre 416 empresas innovadoras que participaron, fue seleccionada entre las 12 primeras. “Fue una experiencia excelente, en la que nos capacitaron y nos ayudaron a llevar nuestro servicio a la nueva realidad”, apuntó.
En este tercer pico de la pandemia surgieron necesidades diferentes en los hogares. Buscando como recrear y de celebrar de otra forma los cumpleaños de sus hijos, en muchos hogares comenzaron a armarse piyamadas en las que participaron también los adultos que viven en la casa. Es decir, no hay invitados, a duras penas las personas más cercanas.
Para esta ocasión la oferta del salón y spa se amplió a la organización de forma muy creativa de ese encuentro familiar. Para que las mamis no se preocupan por nada, Beautyland monta la piyamada con el motivo que se desee: de sirena, tik-tok, unicornio, de princesa, de oro rosa (para las más grandes), o de fútbol o camuflados para los niños.
En un espacio de la casa se montan una tienda teepee (tipi), es decir, una carpa indígena, con sus colchonetas, sus mesitas tipo desayuno, cojines, globos y accesorios acordes para que los chicos vivan al máximo su fantasía infantil.
Si bien no manejan nada de pastelería, si se les solicita torta, ellos la llevan, acorde con el motivo. Además, llevan el kit de spa para que la experiencia de Beautyland sea plena.
Finalmente Deissy dice que en todos estos momentos, ella y su equipo aprovechan para hablarles a las niñas de higiene, cuidado y de la necesidad de valorarse y respetar su cuerpo.