La barranquillera Renata Márquez López junto a su esposo Charles Descamps y sus hijos Matteo y Lucía. en el Valle del Duoro, Portugal.
Renata Márquez López tiene más de 15 años con el prestigioso grupo francés Yves Rocher, que le asignó hace seis meses la dirección general de la compañía en Portugal.
Lograr reconocimiento profesional en un país que no es el tuyo, con una cultura con poca semejanza a la propia, requiere además de talento y una formación sólida, creer en uno mismo, saber vender sus fortalezas y no tenerle miedo a ningún reto por muy difícil que sea.
Esta es la premisa que ha aplicado en el desarrollo de su vida la ejecutiva barranquillera Renata Alejandra Márquez López, quien desde hace seis meses se estrena en Portugal como directora general de la prestigiosa marca de cosmésticos Yves Rocher, con sede principal en Francia.
Graduada en Comercio Internacional en la Universidad Santo Tomás de Bucaramanga, con especialización en Logística Internacional, confiesa que para abrirse campo laboral fuera del país de origen hay que demostrar “de qué se está hecho”, como se dice coloquialmente.
“Darle la oportunidad aquí a un extranjero por encima de un nacional no es cosa fácil, para conseguirla prima la meritocracia por encima de cualquiera otra consideración. En eso una tiene que diferenciar sus cualidades de las de los locales, y demostrar qué puede aportar a la compañía”, asegura la ejecutiva de raíces guajiras por línea paterna y santandereanas por el lado materno, que cursó el bachillerato en el colegio Cerromar de Riohacha.
A los 16 años, en cuanto recibió el diploma de secundaria decidió estudiar francés en Lyon, la segunda ciudad más importante de Francia. De ahí siguió a Brighton, Inglaterra, para perfeccionar el manejo del inglés. Luego regresó a Colombia para seguir estudios universitarios en Bucaramanga.
Su ciclo formativo ya en el plano laboral lo inició en Barranquilla, en la seccional de Acopi Atlántico, y luego en el hotel Barranquilla Plaza.
El siguiente paso dentro de las metas de Renata Márquez fue estudiar una Maestría en nuevas tecnologías y administración. Lo logró en la Universidad París II o Assas, un verdadero reto teniendo en cuenta que era la única extranjera en el programa.
Ese nivel de exigencia la llevó a perfeccionar el idioma francés para poder ser evaluada al mismo nivel del resto de estudiantes. El éxito no se hizo esperar y graduó con honores tras lograr las máximas calificaciones.
Ya para ese entonces sostenía una sólida relación sentimental con el francés Charles Descamps, responsable financiero de la Autoridad de Mercados Financieros (AMF) de París, un ente que se asemeja en funciones a la Superintendencia Bancaria en Colombia.
En 2008 se casaron bajo la fe católica, y por petición del novio la ceremonia tuvo lugar en un castillo francés medieval en las afueras de París.
Pero para no olvidar sus raíces y sentimientos colombianos, costeños más exactamente, Renata y su familia le dieron a la celebración el toque colombiano: incluyeron “hora loca” carnavalera, con música y disfraces de esa fiesta, entrega de artesanías de suvenires, gastronomía, dulces, y decoración con elementos propios de nuestra tierra como máscaras carnestoléndicas, sombreros vueltiaos y wayuu, que sorprendieron gratamente a los invitados europeos.
En su nuevo papel de mujer casada a nuestra compatriota la vida continúo sonriéndole, pues calificó por sus logros académicos para iniciar prácticas profesionales en la mundialmente prestigiosa casa de cosméticos L’Oréal.
Como prueba de fuego le dieron la responsabilidad de los lanzamientos en el mercado francés de los productos de la marca Lancôme, una de las filiales de la multinacional.
En esas funciones Renata afianzó su fortaleza en el mundo empresarial de los cosméticos, y todo el universo del marketing y la comunicación.
Ocho meses después se dio el ingreso por meritocracia al poderoso emporio francés Yves Rocher, en donde ha cimentado una carrera sólida.
Con el francés Charles Descamps está casada desde hace 12 años. Él adora viajar a Colombia, dice Renata.
El debut lo obtuvo con la asignación de los mercados de Venezuela y México, que manejaba desde París con visitas periódicas a estos países.
En esa etapa desechó una oferta de la no menos famosa casa Louis Vuitton de Francia, pues su jefe en Yves Rocher, Max Saporta, director de mercados internacionales, le solicitó que aceptara el cargo de responsable de marketing y comunicación de la zona BRICs, en ese entonces conformada por Rusia, Ucrania, Marruecos, Tailandia y Hong Kong.
Su paso vertiginoso y ascendente en la compañía continúo enseguida con una nueva asignación: responsable comercial de los mercados latinos, que comprenden Colombia, Chile, Guatemala, El Salvador, Honduras y Paraguay.
En el primer año logró un despliegue de ventas del 33%, cifra nunca antes vista en la compañía para este conjunto de países.
Estos resultados le valieron un nuevo reconocimiento y ascenso: directora general de la marca Yves Rocher en Portugal, cargo que asumió en septiembre pasado en medio de la pandemia del temible Sars-Cov.19.
Dos meses antes de llegar al país luso inició estudios del idioma portugués, y junto a Charles comenzaron la búsqueda frenética de casa y colegios para sus hijos Matteo y Lucía.
En Porto, ciudad de Portugal centro de sus operaciones, Renata maneja un grupo de 62 empleados y siete directores de diferentes áreas, con los que se propone darle un vuelco a este filial.
De Porto afirma que le encanta su gente, la arquitectura, la cultura y volver a vivir frente al mar.
Por el trabajo de Charles y los vínculos estrechos con Francia viajan con frecuencia a ese país, y en los días de descanso se dedican a pasear por toda Europa.
Con su familia colombiana mantiene permanente contacto, padres y hermanos la visitan con cierta frecuencia, y ella muchas veces se da la escapadita a nuestro país, cuando las obligaciones lo permiten.
“Afianzamos los diálogos familiares por WhatsApp y video llamadas, pero cada vez que nos encontramos aprovechamos al máximo esos encuentros”, recuerda.
Renata, hija de los abogados Hennys Márquez González y Esperanza López Vargas, dice que a pesar de que hace casi dos décadas reside en Europa, no olvida el olor, la comida, la alegría de sus paisanos y los colores vivos de Colombia.
Por eso no ve el momento en que retorne la normalidad para recorrer la Alta Guajira, el Gran Malecón en Barranquilla y disfrutar de un buen paseo por Cartagena, Santa Marta y San Andrés.