Wilson García
Columnista / 3 de octubre de 2020

Y eso pa’ qué

Siempre he mantenido vivo algunos hechos y momentos de mi infancia, algunos de ellos marcan mi modo de actuar y de ser ahora. Imagino que lo mismo pasará a muchos de ustedes cuando nos remitimos a esos lugares inconscientes que determinan la esencia de lo que somos en la vida. Mi profesor Vicente Montoya, de 4to grado, antes de empezar su clase nos cantaba una canción colombiana, Los Guaduales, y luego decía: “La vida es un poner y quitar calzones… y hay que saber por qué te los pones y para qué te los quitas.” No entendí por que decía eso, hasta que a finales del bachillerato ese cuadro de infancia saltó del subconsciente cuando sentí la presión social con la pregunta: Usted qué va a ser en la vida, qué profesión va a estudiar.  Yo no tenía claro que quería estudiar, pero sí qué quería hacer, Teatro, y cuando lo expresé me dijeron, Oye y eso pa’ qué y respondí: Cuando yo lo sepa me verás.

Curiosamente, hacer teatro me fue enseñando por qué me ponía los pantalones y para qué me los quitaba en la vida. Tener el privilegio de elegir lo que uno quiere hacer en la vida es saber ponerse los pantalones, más aún en una sociedad que reprime tanto la libertad de pensamiento. Sostener un lugar desde donde poder expresarse libremente, es tener claro para qué te quitas los pantalones. Para hacer Teatro se necesitan dos; uno que lo haga y otro que lo vea, este hecho ya hace de este arte un acto meramente humano, un lugar que intercambia y desentraña los misterios de la existencia permitiéndonos reflexionarlos desde la representación misma de lo que sentimos. Mientras más me compenetraba en el arte del teatro más se iba fortaleciendo la respuesta para dársela a quien me pregunte Pa’ qué sirve lo que hago.

Lo primero que descubrí fue que el teatro es una expresión artística que traspasa fronteras lingüísticas, porque nadie ríe en chino, ni llora en árabe, ni se enoja en inglés o se enamora en ruso, simplemente se ríe, llora, se enoja o se enamora… el teatro trabaja desde el intangible de las emociones humanas para transmitir historias, es el único que puede traspasar toda barrera lingüística, física, virtual o intelectual para cumplir su mas noble objetivo… unir en un mismo lugar, en un mismo tiempo y en una misma emoción a múltiples y plurales espectadores que por un instante hacen de su cerebro su corazón.

El teatro nos hace humanos, porque conlleva un elemento ritual que celebra la vida desde la reflexión y la memoria emotiva acercándonos al sentir y vivir de los personajes y sus historias; esto es el arte de representar y su don de hacer vivir el momento en un convivio directo con su audiencia. El Teatro sirve para que nos encontremos, socialicemos y debatamos sobre los misterios de la existencia humana. Los invito a que vuelvan a vivir la experiencia del teatro lo más pronto posible, sin miedos, tengan confianza en él y vean en sus artistas los modos de percibir y recibir actos educativos, formativos y entretenidos.

Los artistas en Colombia se educan desde su experiencia y con el esfuerzo individual que les representa a cada uno, al año se están graduando un poco más de 800 personas como profesionales de las artes escénicas. Elegir las artes como profesión se hace como un acto de insubordinación al orden social, motivado por el derecho a ser educado, hecho que debería ser inherente en la constitución de un país. Optar estudiar y vivir de las artes en nuestro país es un acto revolucionario, porque mientras en otras sociedades educar y prepararse se ha adoptado como parte integral del cuidado de sus ciudadanos, en Colombia aún es un acto de supervivencia privilegiado y reservado a quienes tengan y puedan. Quienes logramos trabajar y vivir del Teatro, ejercemos el derecho al libre pensamiento y la libre expresión, y desde nuestro hacer podemos propender por el desarrollo de mejores y nuevos movimientos en medio de una era comunicacional moderna y global, que nos permite realizarnos como seres íntegros dentro del derecho universal del hombre.

Que para qué sirve hacer lo que hago… para sentir la vida, para hablar y reflexionar sobre lo que nos alegra, nos duele, nos sorprende, nos impacta; para entender los conflictos y saber debatirlos antes que combatirlos. Las artes escénicas conllevan el ejercicio y la disciplina de la interpretación como una zona de reflexión desde la cual podemos interpretarnos antes que juzgarnos.

Hago teatro desde la imperfección, desde el riesgo al fracaso, porque nada es completo en él y por que siempre me reta a empezar desde cero.

@eldelteatro Director, productor y programador de artes escénicas

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