La maestra en artes plásticas Élida Barrios, profesora del Colegio Francisco de Paula Santander de Galapa, habla de la necesidad de apoyar el talento de los jóvenes de este departamento.

Un niño o un joven que recibe formación en arte no vuelve a ser el mismo. De eso está convencida la maestra en artes plásticas Élida Barrios, quien en los últimos 20 años ha ejercido abnegadamente como profesora de educación artística en Barranquilla y Atlántico.

Y sobran las razones para que afirme esto, pues ha sido testigo de cómo cambian sus estudiantes cuando se les brinda la oportunidad de explorar ese talento artístico que sobra en nuestra región, y en especial en nuestros municipios. De ello dan cuenta sus experiencias en colegios de Barranquilla, Suan y Galapa, donde ha ejercido como profesora de educación artística.

“La formación artística en la etapa escolar es magnífica para el joven, pues le permite desarrollar la observación y el pensamiento creativo y se vuelve más centrado”, explica la docente egresada de la Universidad del Atlántico, con maestría en Educación con énfasis en cognición de la Universidad del Norte.

Actualmente ella es docente en el Colegio Francisco de Paula Santander de Galapa, donde enseña dibujo, que junto a la clase de pintura hace parte de la modalidad electiva de Diseño gráfico que ven los estudiantes de 10º. y 11º.

En su curso, los chicos utilizan técnica seca, es decir, trabajan solo con lápices de colores, papel y lápiz grafito y trabajan en gran formato.

La meta inicial del curso es que los estudiantes aprendan el canon de medida para dar las proporciones debidas a la  figura, buscando el realismo y evitando que la obra quede defectuosa.

“El dibujo ayuda a ser más exigentes en las medidas y los detalles, lo que los lleva a buscar la perfección”, explica.

En este sentido, dice que los avances de los estudiantes “son impresionantes”. “En nuestros municipios hay jóvenes muy talentosos que lo dejan a uno anonadado con las obras que desarrollan, especialmente con las que exponen al final del año”, dice la profesora.

Confiesa que le alegra mucho cuando los estudiantes dicen que entrar a su clase es como “estar a un lugar mágico”. “Es que los talleres son nada silenciosos; aquí se viene a jugar, a reír, a cantar, pero todo dentro del respeto, y en medio de todas esas expresiones algunos cuentan sus tristezas y penurias y les gusta que los escuche”.

La profesora Barrios, que también enseña en el taller de pintura del programa de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Simón Bolívar, recuerda que en los siete años que también estuvo como docente en la Institución Educativa Adolfo León Bolívar de Suan, al sur del Atlántico, dos de sus estudiantes ganaron el primer lugar en un concurso internacional de arte organizado por Unilever 2009 y 2010, lo que les dio la oportunidad de viajar un año a Houston, EEUU, y al siguiente a Londres. Posteriormente ganó a nivel departamental un concurso de murales.

“Mi clamor es que se le dé importancia a los avances que tienen ellos en arte. En algunos casos a duras penas llegan con una libreta y un lápiz, pero le ponen tantas ganas y es tanto el talento innato de nuestros jóvenes, que al poco tiempo están volando. Por eso lo que uno espera es que se les abran espacios, que se les impulse, pues el arte hace parte de las inteligencias múltiples del ser humano”, dice al final.