En el Departamento hay planes para todos los gustos: sol, playa, ecoturismo, cultura y gastronomía, entre otros, que ofrecen destinos como Puerto Colombia, Tubará, Juan de Acosta, Usiacurí y Baranoa.
Si usted está pensando en un plan distinto al Carnaval para estos días de descanso, o incluso para la Semana Santa que se avecina, estas recomendaciones de Gobernación del Atlántico le interesan. Este departamento ofrece múltiples opciones turísticas con actividades que van desde el turismo de sol y playa, pasando por el ecoturismo, y los planes que privilegian la cultura y la gastronomía, entre otros atractivos, que además tienen el plus de ser económicos y de que se pueden disfrutar en familia. Tome nota:
SOL Y PLAYA
Para disfrutar del mar y su gastronomía, los visitantes pueden iniciar su recorrido por las playas de Puerto Colombia, el sitio ideal donde confluye la brisa, el sol, el mar y la comida típica que lo hacen el lugar por excelencia para locales y foráneos. Allí se encuentran las playas urbanas de Miramar y Pradomar, ubicadas a tan solo 20 minutos de Barranquilla.
Con 14 kilómetros de playa, en Tubará se encuentra la mayor extensión para el turismo de recreación, que ha venido creciendo de manera dinámica y que tiene una oferta de cabañas vacacionales que se complementa con la oferta hotelera de corte internacional y el turismo recreodeportivo y cultural. Se destacan las playas de Palmarito, Mendoza, Puerto Caimán, Caño Dulce y Puerto Velero. Esta última se ha convertido en un moderno y sofisticado destino turístico, que brinda a los bañistas no solo la belleza natural de su paisaje, sino además comodidad, orden y espacio ideal para desarrollar diferentes deportes náuticos frente al Mar Caribe.
Y en el municipio de Juan de Acosta, a 35 kilómetros de la capital del Atlántico, están las playas de Santa Verónica, perfectas para relajarse con un oleaje tentador y las palmeras al pie del mar que invitan a quedarse en familia. En la zona se encuentra una oferta de más de 20 restaurantes, donde se puede disfrutar de la mejor gastronomía de mar y platos típicos de la región.
ECOTURISMO
Para conectarse con la naturaleza, los sitios ideales en el Atlántico son los municipios de Usiacurí y Tubará. En Usiacurí, se pueden realizar recorridos para avistamiento de aves en la reserva de Luriza, espacio que hace parte del Pacto por el Turismo y en el que se trabajará en la mejora de senderos y torres de avistamiento de la mano del turismo comunitario.
En la ruta de senderos de Tubará podemos llegar al petroglifo Piedra Pintada y el chorro de San Luis, donde además del encuentro con la naturaleza se pueden conocer los procesos de preservación de la cultura Mokaná, fomentando de esta manera el desarrollo económico de las comunidades aledañas a nuestras riquezas naturales.
En Baranoa, en el acceso al corregimiento de Pital de Megua, se encuentra activo actualmente el cultivo de girasoles que maravilla a todo aquel que lo visita por la belleza de sus flores y el colorido de los campos. Se puede visitar de lunes a domingo de 8:00 am a 5:00 pm, con un costo de ingreso de 10 mil pesos por persona y con una variada oferta gastronómica de la zona y actividades para niños.
CULTURA
Si lo que quiere es un plan que conjugue la cultura e historia, en Usiacurí hay varias opciones. Este es un municipio conocido por sus artesanías a base de palma de iraca, las cuales le han permitido posicionarse a nivel regional y nacional por su calidad, colorido, creatividad y amplia variedad como: bolsos, sombreros, aretes, collares, pulseras y cinturones, individuales de mesa, floreros, bandejas, entre otros. Esta oferta se puede encontrar en los stands de artesanías ubicados en la Plaza de la Convivencia, al frente de la Casa Museo Julio Flórez, y en el Centro Artesanal Corina Urueta, ubicado en la entrada al municipio.
Y no puede faltar la ruta del color ‘Usiacurí es Más’, una estrategia de transformación social desarrollada por la Gobernación del Atlántico de la mano con la Fundación Pintuco y la Alcaldía de Usiacurí, que incluye el recorrido por 10 murales y el macromural en techos más grande de Colombia que se puede apreciar desde la iglesia Santo Domingo de Guzmán y desde el recientemente inaugurado Mirador.