Los motivos de los ronquidos son varios y conocerlos es fundamental para combatirlos y dejarlos atrás.
Como bien es sabido, los ronquidos se producen cuando existe una obstrucción en la parte posterior de la boca y la nariz que impide el paso de aire.
Mientras la persona duerme, las vías respiratorias se relajan, pero en algunas, por varias causas como el sobrepeso, la musculatura se relaja hasta tal punto que la parte posterior de la garganta roza con la entrada de la tráquea, por eso el tejido vibra al pasar el aire y se produce el ronquido que tanto molesta a quien comparte su cama o habitación.
Hay ronquidos tan perturbadores en una persona, ya sea hombre o mujer, que han provocado peleas y hasta divorcios entre las parejas.
Respirar por la boca favorece los ronquidos y al hacerlo, el aire entra a la faringe más frío (una de las funciones de la nariz es calentarlo), por eso la boca se reseca con facilidad.
Aunque hoy en día existen dispositivos, dilatadores y hasta almohadas antironquidos, unos viejos remedios podrían ayudar a que evitar ese ruido: es el uso de la cebolla por sus propiedades descongestionantes. Para aprovechar sus beneficios, basta con cortarla por la mitad, espolvorear sal por encima y dejarla en la mesita, muy cerca de ti, durante toda la noche.
El otro remedio casero es el eucalipto. Para utilizarlo bastará con hacer infusiones y beberlas por la noche, antes de ir a dormir. De igual forma, se pueden hacer vaporizaciones con las hojas y de esta forma se abrirán las vías respiratorias.
Como el exceso de mucosidad puede producir ronquidos, entonces beber líquidos, especialmente calientes, puede diluirla y además contribuir a ejercitar los músculos de la garganta.
También se pueden hacer ejercicios fáciles. Mover la lengua, por ejemplo. Saca la lengua tan lejos como puedas y llévala arriba, abajo, a derecha y a izquierda durante un minuto. Toca la punta de la lengua con los incisivos, manteniéndola plana mientras haces fuerza con la parte trasera de la misma hasta bajarla lo máximo posible. Mantenla así unos 5 segundos y repite 10 veces. Con la boca abierta, presiona la parte delantera del paladar con la punta de la lengua. Sin dejar de presionar, deslízala hacia atrás hasta llegar a la zona blanda. Repite unas 20 veces.
Cantar es otro sencillo ejercicio para aumentar el tono muscular de la garganta. También te puede servir pronunciar la palabra “unga” en distintos tonos durante unos 18 minutos.
Si no, tocar un instrumento de viento como la flauta también es posible que ayude a fortalecer los músculos de tu garganta.