El uso de la patineta eléctrica requiere de sumo sumo cuidado para evitar accidentes.
La utilización de este artefacto para movilizarse es cada vez se más frecuente en Barranquilla, donde pasó de tener un uso recreativo a ser un medio de transporte tanto para estudiantes como para empleados.
Julio César Anaya es ingeniero Catastral y Geodesta quetrabaja en la subsecretaría de Prevención y Atención de Desastres de la Gobernación del Atlántico apoyando las labores de conocimiento, reducción del riesgo y manejo de desastres en el departamento. Y todos los días llega a trabajar en su patineta eléctrica desde su residencia ubicada en el barrio Ciudad Jardín, al norte de la ciudad.
Como él, cada vez son más las personas que optan por este artefacto como medio de transporte, lo cual es una tendencia en todo el mundo, especialmente entre los jóvenes.
“Antes me movilizaba en mi carro, pero la oferta de parqueaderos cerca a la Gobernación es costosa. Además el incremento en los precios de la gasolina me llevó a tener en cuenta otras formas para movilizarme, considerando que mis trayectos son cortos», asegura el joven profesional al hablar de su experiencia con la patineta.
«Probé con Transmetro y me servía, sin embargo la frecuencia de buses era baja. Me demoraba mucho en sólo tomar un bus, pensé en la bicicleta, pero el clima no ayuda mucho y no quería llegar sudando a mi sitio de trabajo, por eso decidí adquirir la patineta”, prosiguió Julio César.
Y es que adquirir una patineta eléctrica es muy fácil, pues su venta no tiene restricción alguna; solo se requiere estar dispuesto a ser prudente en su uso, como lo afirma Julio César. Se pueden adquirir en tiendas oficiales existentes en la ciudad o mediante canales virtuales como el sistema de Mercado Libre o las redes sociales.
“Con la patineta me demoro pocos 15 minutos por trayecto, no gasto en gasolina ni en parqueadero, es fácil de guardar, si me quedo sin carga o si tengo algún inconveniente, como pinchazos u otros, simplemente la desarmo y tomo un transporte convencional como el Transmetro. En general, moverme es más fácil, además, veo esta opción de transporte como un aporte para reducir mi huella de carbono”, sostiene Julio César.
Las patinetas eléctricas, si bien se ha masificado uso como medio de transporte, aún sigue siendo una alternativa de recreación, y ello se ve con bastante auge frente al Gran Malecón del Río, que hoy día es el vehículo ideal para recorrer sus casi cinco kilómetros.
Justamente frente a este reconocido sitio turístico de la capital del Atlántico, cada día decenas de personas llegan para hacer su recorrido a bordo de una patineta, las cuales pueden adquirirse en alquiler y hacer el paseo de manera cómoda y segura.
Juan Camilo Aguilera y su hermano Sebastián iniciaron un emprendimiento que consiste en alquilar las patinetas para que las personas que lo deseen recorran el malecón y puedan disfrutar el paisaje mientras se divierten a bordo de estas máquinas.
Juan Camilo explica que estas patinetas resisten un peso máximo de 100 kilogramos, por lo que es posible que una de ellas pueda ser ocupada por un adulto de contextura delgada y un niño pequeño.
Estas patinetas, conservan su carga dependiendo el peso que lleven sobre ellas, pues entre más kilogramos soporten, mayor el trabajo del motor que las impulsa.
Indica este emprendedor que cada aparato tarda en promedio cuatro horas para cargarse completamente si la carga está en cero, y que quien solicite su alquiler tiene la oportunidad de hacerse a uno de los tres planes que ellos ofrecen: 30, 45 y 60 minutos para recorrer el malecón, los cuales cuestan 20 mil, 25 mil y 30 mil pesos, respectivamente.
“Las personas que desean alquilar una, deben firmar una especie de contrato, nosotros le hacemos una pequeña inducción y si notamos que la persona no está apta para sostenerse en la patineta desistimos de entregársela, porque primero que todo está la seguridad del usuario, de los demás usuarios dela vía y la garantía del aparato”.
La inducción comienza por preguntarle a la persona si sabe conducir bicicleta porque el tema es de mantener el equilibrio y controlar la velocidad de la patineta, la cual puede alcanzar una velocidad de entre 25 y 30 kilómetros por hora.
Los grupos que más adquieren el servicio son, en primer lugar padres con un niño pequeño, luego siguen adolescentes y por último niños de 12 años en adelante. Estos últimos deben ir con el padre o un adulto que se haga responsable de la seguridad del menor y, por su puesto, de firmar el contrato de alquiler.
A quienes adquieren la patineta se les facilita un casco protector si la persona lo desea. Sin embargo los Aguilera ponen como condición que todos los menores de edad porten el casco para poder alquilarles el artefacto.
Aseguran los hermanos Aguilera, que cada persona es responsable de controlar el tiempo de uso de la patineta, y como los aparatos cuentan con GPS, es fácil ubicarlas en caso de que se salgan del perímetro permitido,
Todas las patinetas no tienen las mismas capacidades, y en ello varía el costo de adquisición en el mercado, los modelos pueden ser diferentes en cuanto a capacidad, velocidad máxima que pueden alcanzar y tamaños, pues hay para adultos y para niños.
Los días de mayor acogida para el alquiler de las patinetas son de miércoles a domingo, explican los hermanos Aguilera que ellos ingresan con una de las patinetas a recorrer el malecón y proponen a las personas asistentes su servicio. Sin embargo los días sábados y domingos, las patinetas se alquilan sin que ellos salgan a proponerlas.
“Nosotros le recomendamos a las personas que si van a usar la patineta para uso diario, es decir para ir al colegio, la universidad o la oficina, que sean muy cuidadosos, que no traten de probar la velocidad máxima, porque en caso de un contratiempo no va a poder controlarla, además un hueco en la vía puede ocasionar daños en el motor, que por lo general va en la parte delantera, pero además que usen casco, y si es del caso rodilleras y coderas. Y si es de noche usar chalecos reflectivos”, apunta Juan Camilo.
En el caso de Julio, él dice usar siempre casco, gafas y guantes. Además su patineta tiene espejo retrovisor, luces direccionales y pito. Y manifiesta que durante el tiempo que lleva usando este modo de transporte nunca ha recibido llamado de atención o recomendación por parte de algún agente regulador de tránsito en la ciudad.
“Tengo claro que debo respetar las señales de tránsito, que la velocidad máxima permitida en la ciudad es de 40 kilómetros por hora, eso según el artículo 12, parágrafo 1 de la Ley 2251 de 2022 y sobre todo ir con precaución con el fin de no incomodar a los otros usuarios de la vía”, puntualiza Julio, quien recomienda, además de usar todos los elementos de seguridad, tener en cuenta que es un equipo eléctrico por lo que no deberíamos usarlo bajo la lluvia respetar los límites de velocidad, normas de tránsito, y en lo posible adquirir un seguro todo riesgo.
Lo que dice la secretaría de Tránsito
A propósito del tema, la Secretaría de Tránsito y seguridad vial de Barranquilla dijo, desde su oficina de comunicaciones, dijo que “el tránsito en particular y la movilidad en general siempre están expuestos a retos y exigencias que los obligan a mantenerse en mejora constante, esto a nivel mundial y obviamente aplica a nivel local”.
“El desarrollo, la dinámica económica, la inversión y el crecimiento que ha experimentado Barranquilla en los últimos años se ven reflejados en una mayor exigencia a la oferta vial y de transporte público existentes”.
“Todo lo anterior ha llevado que se prioricen en la ciudad proyectos de movilidad sostenible como el aumento de la red de ciclo-infraestructura que pasó de 34 Km en el año 2020 a más de 63 Km, así mismo, se ha iniciado el proyecto de integración del sistema de transporte público colectivo SIBUS, el cual hará más fácil y eficiente la movilidad en este modo de transporte y fortalecerá la movilidad sostenible”.