Cuando escucho la música del cantante griego Artemio Ventouris Roussos, nacido en Alejandría, Egipto, en junio de 1946. (hijo de padre griego y madre egipcia) me remonta inmediatamente a mi juventud. Qué tristeza que haya muerto tan joven, a los 68 años; nos privó de su melodiosa voz con un estilo muy particular, tenía un estilo único y una tonalidad de voz especial. Seguramente muchos recordamos Forever and Ever. My Friend de Wind, entre otros fue un total éxito en 1976 y Reflection,entre 1970 y 1980. Fui de la generación que tuvo la dicha de escuchar y deleitarse con este cantante que inició con un grupo de rock progresivo Aphrodites’s Child. Quién no recuerda Good Bye y Quand je t’aime.

Hay una canción especial de este cantante ‘Adiós mi amor Adiós’, balada conmovedora sobre el dolor de separarse de alguien que amas profundamente.

Fue humilde trompetista de bar y formando parte de grupos como We five et the ídols.

Siempre se recordará su voz al servicio del amor; publicó cerca de 30 álbumes a lo largo de su carrera con canciones en griego, francés, alemán, inglés y español. El último lo realiza en 2009 cuando el músico tenía 63 años. Siempre deseaba regresar a Grecia y retirarse de los escenarios.

Su última aparición la hizo en silla de rueda desde donde recibió la insignia de Caballero de la Legión de Honor de manos del embajador Frances.& Tuvo dos hijos con dos esposas: Emily y Cyril.

Otra canción encantadora llena de matidez se llama ‘Morir al lado de mi amor’ (1978), que la compuso el músico Frances Alec Costandinos junto con el teclista griego Evangelus Papathanassiou,conocido como Vangelis. Esta hermosa canción fue grabada en 7 idiomas.

Estas letras se las dedico a Demis. Hace 9 años se fue de este mundo, pero nos dejó un legado, su música, con ese estilo romántico, emblemático, que vendió más de 60 millones de discos en todo el mundo. Era un tenor, que cantaba géneros como Pop, rock progresivo y variety.

Cada vez que lo escucho me remonto y pienso cómo estos cantantes se han ido esfumando y han sido remplazados por una música sin voz, sin estilo. Solo gritos.

Esa voz de Demis, cautivadora, aterciopelada, romántica, que llegaba y tocaba sensibilidades, se la llevó el maldito cáncer; pero le dedico estas palabras y ojalá su música siempre retumbe en las emisoras.