Más que un publicista popular es un verdadero artista con un talento heredado de su padre.
Una pared en blanco, diferentes tarros con pinturas multicolores, un pedazo lápiz de mina negra, brochas y pinceles de variadas referencias, cinta de enmascarar y el talento y experiencia que dan los años de trabajo, son los elementos necesarios y suficientes para crear un bello mural o aviso y la satisfacción del cliente que deja un buen acabado.
Todo eso hace parte de la vida y el trabajo de Efraín Taylor, el artista urbano que tiene la propiedad de pintar de colores los ambientes de tiendas y negocios de diversión en la ciudad de Barranquilla.
«Cómo mi papá se dedicaba al arte de dibujar murales y avisos, yo me iba con él y aprendí de manera empírica, al igual que él. La experiencia me ha dado el conocimiento que tengo, es a lo que me dedico y me da para vivir y sostener a mi familia».
Cuando Efraín es contactado por un interesado en que le decore su local, el solo le pregunta el motivo que quiere, ya sea un paisaje, un mosaico estilo tropical, o los elementos propios del negocio como en el caso de los sitios de juego en los que predominan las piezas de los mismos.
De inmediato se dispone a buscar su pedazo de lápiz para hacer los trazos sobre la pared completamente en blanco y posteriormente selecciona las brochas, pinceles y tarros de pinturas y estampar su idea.
TODO UN ARTISTA
Pero Efraín no es un publicista popular más de cuantos abundan en la ciudad, pues es dueño de un talento para el arte de la pintura al óleo, lienzo y carboncillo, que aprendió de manera empírica viendo y ayudando a trabajar a su padre Roberto quien se dedicaba al mismo oficio.
Dice que sus primero pasos en el arte de la pintura lo hizo en acuarela, también dibuja sobre cerámica. Y ha incursionado en el dibujo sobre las telas decorativas de los pick up. Todo ello en seguimiento al talento que también tenía su padre Roberto. De sus seis hijos solo uno tiene inquietudes por ese arte.
Recuerda que durante un tiempo estuvo viviendo en Caracas, Maracaibo y otras ciudades de Venezuela ejerciendo el oficio de publicita popular, y en ese lapso unos arquitectos y diseñadores españoles que eran decoradores de centros comerciales lo contactaron para que trabajara con ellos haciendo dibujos en la modalidad de vectores.
“Ellos me habían visto trabajando y habían visto mis dibujos, me ubicaron y me llevaron a trabajar con ellos. Recuerdo que fueron más de 2 mil metros cuadrados los que trabajamos. Eso fue en 1983”, recuerda Efraín.
Gracias a su trabajo en el vecino país tuvo la oportunidad de conocer personajes de la farándula como Miguel Ángel Landa, Frankie Ruiz y Franklin Virgüez, entre otros, quienes se sentían atraídos por su trabajo. También conocieron su trabajo reconocidos futbolistas, periodistas y políticos, estos en épocas de campañas políticas.
“Soy muy responsable y entregado a mi trabajo, puedo pasar un día o medio día haciendo un dibujo, y puedo decir con orgullo que nunca ha tenido que deshacer un trabajo porque a algún cliente no le haya gustado. Todos mis trabajos han recibido visto bueno de los interesados”, afirma Efraín.
Dice que no tiene idea de cuántos dibujos, retratos y murales ha hecho, pero está agradecido con Dios por haberle dado este don y que aún al paso de los años siga vigente.
Asegura este artista que los clientes que ha tenido le llegan porque ven un trabajo en algún sitio y solicitan su contacto, y cada vez que tiene la oportunidad de darle su tarjeta a alguien lo hace.
Manifiesta tener muchas expectativas con la llegada de fin de año, época en la que, por general, los trabajos abundan y sería la oportunidad de reponerse de la mala racha que le dejó el pasado mes septiembre.
De los 60 años que tiene Efraín se ha dedicado a este oficio durante 50, asegura que no recuerda cuando tomó una brocha por primera vez, pero sí que aprender se le hizo fácil y en corto tiempo. Por eso resalta y agradece a su padre que lo impulsó y le heredó esa sensibilidad y delicadeza para el trabajo, adquiridas en la práctica. Recuerda que su padre también era decorador de carrozas tanto para las fiestas de Cartagena como las de Barranquilla.
SU ORIGEN
Efraín es barranquillero y siempre resalta orgulloso su ascendencia, pues su abuelo, Roberto Taylor era de nacionalidad inglesa.
Roberto Taylor, el abuelo de Efraín, era navegante, en una de las tantas travesías llegó a la ciudad de Cartagena y haciéndole honor a la tradición de los marineros encontró un amor en ese puerto. De su relación con doña Elizabeth Zabaleta nació su hijo Roberto Junior, el padre de Efraín.
En la década de los 50 el padre de Efraín, quien se dedicaba al oficio de conductor de remolcador, y su esposa Mercedes Atencio se radicaron en Barranquilla donde nacieron sus hijos.
