En  el primer cuatrienio de su esposo Donald Trump, como presidente de los EEUU, la ex modelo eslovena prefirió mantener un bajo perfil y trabajar casi en silencio en el proyecto ‘Ser mejor’, centrado en el bienestar infantil y en el que continuará trabajando. Sigue siendo elegante, discreta y enigmática.

Melania Knauss, nació hace 55 años en Novo Mesto, Yugoslavia (hoy Eslovenia). En 2016, cuando su esposo Donald Trump ganó como presidente, se convirtió  en la segunda primera dama extranjera en la historia de Estados Unidos, y la única primera dama naturalizada como americana.

Creció en un ambiente sencillo, modesto. Su madre, Amalija, quien trabajaba como modista en una fábrica textil, le despertó la pasión temprana por la moda, el interés por el diseño. Por eso, la disciplina y aspiración de Melania, siendo apenas una adolescente, la llevaron a una vida más allá de las fronteras de su país.

Se convirtió en modelo a los 16 años, sin imaginarse que con su natural belleza y paso firme en las pasarelas la llevarían algún día a exhibir prendas de los más grandes diseñadores y marcas.  Su vida dio un vuelco total cuando en 1998  conoció a Donald Trump, uno de los empresarios más famosos de la época,  en una fiesta en Nueva York. Aunque Trump no se había separado de Marla Maples (su segunda esposa), el flechazo entre la joven modelo y el magnate fue instantáneo.

Quien esto escribe tuvo la oportunidad de conocer y entrevistar a la ex modelo Marla Maples, cuando fue conductora del certamen Miss Universo 1996 en Las Vegas, concurso que compró  después Trump en 2015. Con Marla tuvo una hija: Tiffany.

Volviendo a Melania, cuando esta decidió radicarse en Nueva York, su carrera como modelo despegó. Su estilo europeo llamó la atención de agencias y revistas de prestigio apareciendo en portadas de revista como Vogue, Bazzar y Vanity Fair, por mencionar algunas.  Al mismo tiempo, su relación con el hoy presidente de Estados Unidos llamó también la atención de los medios debido a su gran diferencia de edad y el contraste en sus personalidades.

Siete años después de iniciar su relación se casaron en Palm Beach (Florida) y en 2006 anunciaron la llegada de Barron, único hijo de la pareja y quien tiene hoy 18 años.  De sus anteriores matrimonios suman 4 hijos más: Ivanka, de 42 años, Donald Jr. de 46, Eric, de 40 y Tiffany, de 30.

Ya con hijo a bordo, la exmodelo eslovena  por un tiempo tuvo que dar un paso al costado de las pasarelas, y en 2016 se convirtió en primera dama. En ese período de 4 años no dejó de ser la mujer elegante y con estilo que, a diferencia de otras figuras públicas, prefirió mantener un bajo perfil. Su presencia controlada en los medios de comunicación y apariciones públicas le permitieron construir una imagen enigmática, poco asequible.

Con todo y eso, no faltaron las críticas y el revuelo mediático que produjeron las fotografías en las que posó sin ropa a finales de los años noventa y comienzos de los 2000 durante su época como modelo. A raíz de la campaña de Trump a la presidencia en 2016 esas fotografías que fueron publicadas en una revista francesa para hombres (ya desaparecida), fueron usadas en ese entonces para criticar al republicano. 

SU LIBRO

En el libro sobre sus memorias, que lanzó recientemente, Melania muestra su faceta más humana y personal. Reflexiona sobre su infancia en Eslovenia, los momentos cruciales que la llevaron al mundo de la costura en Nueva York y Europa y su experiencia como madre.

También comparte episodios de su vida en la Casa Blanca, su papel como primera dama nacida fuera de los Estados Unidos, un rol «que asumió con honor y dedicación».

Ella define su obra define como una “historia apasionante” de una mujer que ha “superado la adversidad y labrado su propio camino”.

La historia de Melania Trump es de resiliencia e independencia, y muestra su fuerza y su compromiso inquebrantable con su verdadero 

«Limitar el derecho de las mujeres a elegir o no. Interrumpir un embarazo no deseado equivale a negarle el derecho a controlar su cuerpo», defendió en una entrevista publicada por ‘The Guardian’. En un comunicado, que sirvió como carta de presentación de su libro, se reafirmó sobre el aborto: «He llevado esta creencia conmigo durante toda mi vida adulta. ¿Qué hace con su propio cuerpo? El derecho fundamental de la mujer a la libertad personal, a su propia vida, le da el derecho de interrumpir su embarazo si así lo desea».

EN SILENCIO

Ni en la primera, ni en esta segunda etapa de la campaña electoral de su esposo, Melania hizo apariciones poco frecuentes. Aunque muchos la calificaron de ‘maniqui’ porque está pendiente a la moda, ella se dedicó al proyecto ‘Be best’ (Ser mejor) que tiene como fin educar a los niños sobre los problemas que afrontan hoy: como el abuso de opioides y el acoso en internet.

La iniciativa impulsa diversos programas que van desde ayudar para bebés expuestos a esos medicamentos para tratar el dolor a acciones para proteger a los pequeños en las redes.

PRESUME DE SU FIGURA

La esposa del presidente siempre acierta al momento de escoger sus looks. Es lucidora, como dirían los expertos, porque todo le queda bien. Eso sí, su escultural figura, que mantiene, su estatura y su belleza, hacen que lo que se pone llame la atención. Siempre viste ropa de las más prestigiosas marcas.

Muy pocas veces ha sido vista con trajes holgados, regularmente ajustados en su mayoría. Los tacones tacón puntilla son sus preferidos al igual que llevar su melena suelta.

En una visita que hizo al Reino Unido (durante el primer cuatrenio Trump) la gente recuerda que se robó todas las miradas y flashes. No quiso pasar desapercibida. Llevó un vestido de la firma Dior dejando huella en la moda con unos de sus mejores ‘outfits’, haciendo un guiño a una clara inspiración del estilo británico.

Según algunos medios, Melania presume de su figura, la cual mantiene con una buena dieta y ejercicios. Por ejemplo, desayuna con un bol de avena rico en fibra, o un batido verde rico en nutrientes. En el transcurso del día come muchas frutas, sobre todo las que son ricas en antioxidantes, toma mucha agua, mientras que uno de sus platos favoritos es el pollo al parmesano.