Empresariales / 17 de octubre de 2020

Ana María Badel y su estrategia para vender a Barranquilla

Ana María Babel con sus hijas Juana y Sofía.

Miredvista.co

La directora ejecutiva de Probarranquilla habla de las razones por las cuales el diario británico Financial Times incluyó a la capital del Atlántico en el Top 10 de las ciudades con mejor estrategia para atraer inversión extranjera.

Ana María Badel dirige Probarranquilla desde hace siete años.

A Ana María Badel se le notan la emoción y el orgullo cuando habla de los atributos tangibles e intangibles, así como de los hitos que hacen de Barranquilla una ciudad atractiva para la inversión extranjera.

Y cómo no entenderla, si desde hace siete años está al frente de la agencia de promoción de inversiones de Barranquilla y el Atlántico, Probarranquilla, cuya estrategia acaba de ser exaltada por el diario Financial Times, uno de los más importantes del mundo.

Según el centro de inteligencia de este prestigioso diario británico, Barranquilla es una de las diez ciudades con mejor estrategia para  atraer inversión extranjera, la única en Latinoamérica en lograrlo.

“Este es un gran reconocimiento a Barranquilla, porque en realidad es eso: no se puede validar una estrategia de promoción de ciudad, sin que esa ciudad haya sido validada también, y esto es producto de un conjunto de cosas: el capital humano, la calidad de vida, los espacios para invertir, en fin”, asegura esta esa abogada barranquillera.

¿Y en qué consiste la estrategia? Pues sencillamente en contarle a  inversionistas de otros países los que son los atributos de esta ciudad. “Lo primero son las condiciones que se nos dieron de forma natural por la ubicación geográfica de la ciudad junto al Mar Caribe y al Río Magdalena. Por eso es que es importante mejorar en un 100% la navegabilidad de nuestro río”, precisó.

Lo otro, agrega, son los atributos intangibles: “ser punto de encuentro de culturas, de sabores, de ideas… la llegada de inmigrantes ha sido un elemento dinamizador clave para la ciudad”, dice.

Y a lo anterior suma los hitos alcanzados al tener la primera zona franca del país, el primer hotel cinco estrellas (El Prado), ser cuna de la aviación, de la radiodifusión, del primer puerto, de la navegación por el río y de la actividad ferroviaria, entre otros adelantos que le valieron el apelativo de Puerta de Oro de Colombia.

“Un aspecto importante es el talento de los barranquilleros raizales que se potenció de la mano del aporte de los inmigrantes. Es fundamental el hecho de tener aquí la universidad más importante del Caribe y una de las de mayor calidad en el país, además de las otras universidades de la región que también se posicionan muy bien. Igualmente el hecho de tener la segunda ciudad del país con más alto nivel de bilingüismo, detrás de Bogotá”, apunta.

Le añade la oferta de espacios para instalarse, como bodegas, oficinas y parques industriales; la conectividad fluvial, marítima, área y de telecomunicaciones, pues por Barranquilla ingresan a Colombia varios de los cables submarinos que conectan a Colombia.

Y lo otro es la calidad de vida y su mejora ostensible en los últimos años, con un modelo de salud y de educación que ha sido reconocido y con espacios públicos abiertos al ciudadano, lo que se proyecta en mejores indicadores económicos y sociales: menor desempleo, más inversión pública per cápita y el grado de inversión otorgado a la ciudad.

Por eso su emoción y orgullo como barranquillera y como directora de Probarranquilla. “La verdad es que esta ha sido una experiencia única, porque mi trabajo en la agencia ha coincidido con una etapa de transformación, de evolución y progreso de mi ciudad. A eso súmale que estoy enamorada de Barranquilla y que estoy convencida de su potencial como ciudad”, asegura.

Tras egresar de la Universidad del Norte en 1998, se vinculó a una firma de abogados y luego a la división legal de la Empresa Nacional Minera, Minercol. Vivió seis años en Argentina, donde se especializó en asesoría jurídica para administración de empresas; además, se casó –hoy está separada– y nació su hija mayor, Juana, de 13 años. La menor, Sofía, de 10, es barranquillera.

En 2009 regresó a Barranquilla y al año se vinculó como asesora de la Gerencia de Proyectos Especiales de la Alcaldía. En 2011 llegó a Probarranquilla como coordinadora de promoción de inversiones y al año asumió la dirección ejecutiva.

Amante del yoga, de comer bien (cero alimentos procesados) y de la cocina en general, esta joven ejecutiva cuenta que en su estancia en Argentina estudió para ser chef, y aunque no pudo terminar, no descarta seguir ahondando en los secretos de la cocina. “Toda la vida he amado la cocina. Curiosamente, al llegar a Probarranquilla dejé de cocinar, pero ahora en la pandemia volví a conectarme”, cuenta finalmente.

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