Si viene directamente de las nubes, es beneficiosa para la piel y el cabello porque es libre de cloro y otros componentes químicos.

Cuando estamos en la calle y llueve, lo primero que hacemos es evitar mojarnos. Enseguida abrimos el paraguas o nos cubrimos la cara y el cabello, pero no somos conscientes de que el agua que viene de las nubes es pura y tiene propiedades naturales, lo cual es beneficioso para la piel.

Esta agua, al ser completamente natural, nos ayuda a tener la piel más tersa e hidratada.

Los expertos en la cosmética recomiendan que pasados los primeros minutos de una tormenta, una vez que ya se han limpiado y depurado las partículas atmosféricas, como el agua que cae directamente del cielo (no de los tejados o árboles) llega pura, es beneficioso para la piel y el cabello porque tiene baja concentración de sales y está libre de cloro y otros componentes químicos. Es decir, esta agua de lluvia no ha sufrido ningún tipo de contaminación.

Según afirman que es bueno que expongamos nuestra piel a la lluvia, durante unos minutos, porque así eliminamos impurezas y ayudamos (por ejemplo en el rostro) a fortalecer los músculos faciales.

Podemos usar el agua de lluvia recogida para lavarnos la cara al despertar y a antes de irnos a dormir. Sus propiedades ayudan a que, cuando nos lavemos el rostro, aprovechemos más la espuma limpiadora y esto puede tener unos resultados excelentes.

El agua que recoges después de una tormenta es suave; esta ayuda a que los jabones y champús hagan espuma mejor y deja menos residuos de jabón en tu piel y cabello. Puedes lavar con agua de lluvia con un poco de planificación y preparación.

Aunque lavarse el cabello con agua de lluvia es una práctica en desuso (porque antes a falta de este líquido lo hacían hombres y mujeres en quebradas y ríos y acumulaban el agua como una opción fácil) a través del tiempo y estudios se han descubierto muchos beneficios.

Con un buen champú y enjuagarse con agua lluvia, deja el cabello con brillo y hidratado.