La imponente Estatua de la Libertad en Nueva York.
La petición la hizo un político francés a EEUU porque “Donald Trump está al lado de los tiranos”. Aquí, les contamos parte de la historia de este simbólico tesoro del patrimonio mundial, cómo fue está construido y llegó a ser propiedad del pueblo estadounidense.
Como desde que tomó posesión y entre sus múltiples propuestas Donald Trump expresó públicamente que Estados Unidos retomará el control del Canal de Panamá, y cambiarle el nombre Golfo de México por Golfo de América, esta semana causó revuelo mediático el anuncio de un político francés de centroizquierda del Parlamento Europeo exigiéndole a EEUU que devuelva a Francia la icónica Estatua de la Libertad.
El político, un acérrimo defensor de Ucrania, al criticar a Trump de ponerse al lado de los tiranos, pidió que se recupere el regalo que le hizo Francia a los estadounidenses en la década de 1880.
El anuncio, que fue replicado en varios medios de comunicación, hizo que la portavoz de la Casa Blanca Karoline Leavitt sacara la cara rechazando tajantemente tal propuesta.
La estatua se encuentra en la isla de la Libertad al sur de la isla de Manhattan, junto a la desembocadura del río Hudson, fue un obsequio al pueblo estadounidense para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos del 4 de julio de 1776 y como un signo de amistad entre las dos naciones
Teniendo en cuenta la importancia de la estatua que, hace parte de la lista de tesoros del patrimonio mundial y que según la Unesco es propiedad del gobierno estadunidense, MiREDvista.co detalla aquí una parte de su larga historia.
Fue inaugurada el 28 de octubre de 1886 en presencia del presidente estadounidense de la época, Grover Cleveland y fue una obra del escultor francés Fréderic Auguste Bartholdi.
Desde su inauguración en 1886, la colosal obra fue la primera visión que tenían los inmigrantes europeos al llegar a Estados Unidos tras su travesía por el océano Atlántico.
Es la estatua que representa la libertad que reina en el mundo, o bien, en gran parte de él. Se trata de una figura femenina de 240000 kilos, que está cubierta con una manta, dejando un brazo al aire, mismo que se encuentra levantado con una antorcha encendida en la mano. En la otra mano sostiene una placa inscrita y sobre su cabeza se alza una diadema de picos convirtiéndola en la principal atracción visual de todo Nueva York.
La Estatua de la Libertad es de cobre de 46,05 metros de altura y 125 toneladas de peso situado sobre un gran pedestal de 46,94 metros. Uno de los detalles significativos es su corona de siete puntos, cada uno simbolizan uno de los siete mares o de los siete continentes (haciendo división entre las dos américas). En la mano izquierda sostiene un libro en cuya tapa aparece grabado el día de la independencia de los Estados Unidos en números romanos.
Para llegar hasta la estatua hay que tomar un ferry que sale desde los muelles de Battery Park en Manhattan y Liberty State Park en Nueva Jersey. Los fines de semana salen cada 25 minutos, aproximadamente; mientras que entre semana, tardan cerca de 30 minutos en salir cada barco.
El mirador y la escalinata son algunos de los lugares más populares del interior de la estatua. También hay un museo con tres galerías interactivas que cuentan la historia de la figura. Aunque entrar la entrada es gratis, el visitante debe adquirir entradas para acceder a la corona subiendo 162 escalones muy estrechos, ya que no se puede llegar en ascensor. En cuanto a la antorcha, que en el pasado estuvo abierta, hoy en día ya no se visita.