Tras meses de relativa calma, se conoce un nuevo episodio en el divorcio de Brad Pitt y Angelina Jolie, uno de los más largos y complicados de la historia de Hollywood.
La batalla ha vuelto a reavivarse por la imponente propiedad en la Provenza francesa, el Château Miraval, donde la expareja de actores se casó en agosto de 2014.
Se trata en realidad de unos viñedos y una finca con una mansión valorados en 140 millones de euros. Estos bienes son el motivo por el cual el actor denunció ahora a su exmujer por la venta de su parte.
Pitt alega que ambos acordaron que ninguno vendería su parte del castillo francés sin el consentimiento de la otra parte. Sin embargo, la actriz de Maléfica decidió vender su parte al empresario ruso Yuri Shefler después de recibir una autorización legal para hacerlo.
Previamente la intérprete de Eternals había acusado a su exmarido de bloquear la venta de los viñedos y tras interponer una demanda logró que un juez retirara la orden temporal que evitaba que una de las partes pueda tomar decisiones financieras sobre sus propiedades durante el proceso de separación.
Los documentos judiciales, ahora presentados por Brad Pitt en el Tribunal Superior de Los Ángeles, señalan que «Jolie consumó la supuesta venta sin el conocimiento de Pitt, negándole a Pitt el derecho de consentimiento que le debía y el derecho de preferencia que su entidad comercial le debía a él. Ella vendió su participación con el conocimiento y la intención de que Shefler y sus afiliados buscarán controlar el negocio al que se había dedicado el actor y socavar la inversión de Brad en Miraval».
La finca Miraval se encuentra en el pueblo de Correns, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, en el sureste de Francia. La mansión de 35 habitaciones, rodeada de exuberantes jardines con un foso, fuentes, acueductos, un estanque, una capilla y un fabuloso viñedo en el que el protagonista de La ciudad perdida dice haber invertido una gran cantidad de dinero.
Jolie, de 46 años, y Pitt, de 58, compraron la finca en 2008 por 25 millones de euros, con la intención de criar a sus hijos allí y construir un negocio familiar de vinos. El actor convirtió el viñedo en Miraval en un negocio multimillonario y uno de los principales productores de vino rosado del mundo.
Esta no es la única lucha en la que están inmersos ambos artistas. Aunque el pasado mayo de 2021 parecía que todo se había cerrado con la concesión de la custodia de los hijos que comparten, el caso dio un nuevo giro en octubre. Los niños volvieron a pasar a Jolie, y fue entonces cuando Pitt decidió que era el momento de solicitar una nueva revisión de la custodia de los niños. El intérprete de El club de la lucha presentó un recurso en un alto tribunal californiano, pero esa nueva revisión le fue denegada.