Personaje / 10 de octubre de 2020

La historia de María José Barraza detrás de la marca colombiana

María José Barraza es hoy una embajadora de las marcas colombianas de la moda. A través de las redes sociales viene apoyando a los emprendedores del país que quiere seguir adelante.

Zoraida Noriega

La exreina cartagenera, presentadora e influencer nos cuenta desde Miami, en exclusiva, sus inicios en los medios de comunicación y su propósito en las redes de ayudar a emprendedores del país.

María José Barraza es de las pocas mujeres que no le pasan los años. Aunque no es amante de hacer ejercicios, luce al natural y se conserva tan bella como cuando fue elegida primera princesa en el Concurso Nacional de Belleza en representación del departamento de Bolívar. “La sonrisa de Colombia”, como acertadamente la bautizó un periodista capitalino en sus épocas de reinado, podría decirse que sigue tal cual, a diferencia de todo lo que ha evolucionado a nivel personal y laboral.

En la pandemia, el jardín del patio de su casa en Miami ha sido el escenario ideal para mostrar diseños y accesorios colombianos que publica en su post.

En Miami, donde reside hace 17 años, la aparición de la pandemia la hizo reflexionar cómo ayudar a su país, donde considera que “el talento es tan inmenso como calidad de su gente”. Más allá de publicar sus fotos en las redes sociales encontró un propósito distinto: respaldar la moda colombiana. Quería que sus historias sirvieran para gente que necesita ayuda en el país porque “tenía que ser consecuente con lo que yo estaba sintiendo y lo que está pasando en el mundo”.

Con un look muy Caribe, hecho en Colombia. @barrazamariajose asegura que así se acabe la pandemia seguirá impulsando el talento de quienes se desempeñan en la industria de la moda.

Fue así como comenzó con La historia detrás de la marca, un post en Instagram que hace una vez a la semana dedicada exclusivamente a las marcas colombianas con un breve recuento de las mismas. Ha sido tal el impacto que ella misma está sorprendida de los buenos resultados. Gracias a esta aplicación, durante la cuarentena, muchos emprendedores volvieron a reactivar, de manera virtual, los negocios que tenían paralizados.

«Si no hubiese sido reina mi vida hoy sería otra», afirma.

“Empecé con diseñadores conocidos, pero poco a poco, en ese mismo camino, encontré la página @feriasvirtualesdecolombia, que crearon Leidy Rojas y su esposo en Barranquilla, ciudad donde antes lo venían haciendo de manera presencial ayudando a los emprendedores que no tenían recursos; pero a raíz de la pandemia se volvió virtual. Me gustó mucho que estuvieran dictando talleres a la gente que pudiera seguir adelante, los contacté para hacer una alianza y apoyarlos. Una forma de motivar a los emprendedores es publicando sus trabajos en mi post, no en el mío personal, sino en La historia detrás de la marca.  Además de lo que vendan, es tener en cuenta el buen desempeño y entusiasmo que le pongan en lo que hacen para seguir adelante”.

“Hoy con los talleres vamos por el 4º mes con un grupo, ya lo estamos haciendo más personalizado. Yo inventé una figura que llamé la Beca que permite que a las personas que les están metiendo entusiasmo les sigo pagando los talleres. Les hago seguimiento”, comentó.

SIEMPRE PENSANDO EN COLOMBIA

A raíz de sus publicaciones, a María José no le faltan ofrecimientos como “quiero que te pongas algo mío para que lo promociones o lo luzcas”, lo cual ella rechaza porque la finalidad es que además de comprarle los productos a los emprendedores de la Feria Virtual, les da más visibilidad mostrándolo en el  post, que para ellos es importante, explica.

“En La historia detrás de la marca estoy publicando unas que llevan años, así como algunas que no tienen tienda, no me importa; la idea es ayudar a todo el mundo. Y aunque se acabe la pandemia seguiré ayudando”.

Las fotografías y videos que divulga la cartagenera en las redes, “vestida siempre de Colombia”, como dice ella con visible orgullo, las hace su esposo, el empresario venezolano Carlos Bardasano. Como en la época en que fue modelo de campañas publicitarias e imagen de comerciales, posa en el patio de su casa en Miami. 

Como siempre ha sido asmática, aún sigue cuidándose en la cuarentena. Solo asoma su nariz a la calle cuando sale eventualmente a caminar o montar bicicleta con su esposo por los alrededores de su casa. Todo, “por salud mental”. 

SU MEJOR ESCUELA

Cuando terminó el bachillerato en su natal Cartagena no tenía definido lo que quería estudiar, entonces se decidió por la  Administración de Empresas que cursó en Saint Michael’s College en EE.UU.

Sin haber estudiado periodismo, ¿cómo llegó a desempeñarse tan bien en los medios de comunicación?

– Como princesa del Concurso Nacional de Belleza de premio me dieron la representación del país en el Reinado Internacional del Turismo, título que gané en Madrid. A mi regreso, en el avión me tocó al lado el director de Cromos en ese entonces, con quien entable conversación. Me pidió que escribiera una columna que se llamó Entre nos.  Y ahí empezó todo (risas). Se me despertó la pasión por el periodismo.

¿Y en la radio?

-Entré a trabajar después en Caracol Radio en Cartagena, pero como directora de ventas, lejos de pensar que iba a tener un micrófono en mis manos. Estando ahí el director me llamó para que me fuera para Bogotá a trabajar en Caracol Televisión. En la capital terminé viviendo durante 10 años. La verdad, mi carrera periodística la hice en este canal, porque aprendí muchísimo.

¿Qué tanto le sirvió esa experiencia para trabajar después en los canales internacionales?

-Colombia fue mi escuela, mi universidad, mi todo. Cuando me casé me fui a vivir a Miami. Ingresé a Univisión para una sección en el programa Despierta América, del que tuve que renunciar porque pasé al canal ¡Hola! Tv, en el que me gané el casting y ya llevó 7 años laborando. El tiempo no me daba para estar en dos programas. Hoy presento Crónicas de Hola, un programa semanal que recoge grandes historias analizándolos con detalle, en colaboración de Boris Izaguirre. Íbamos hacer otra temporada, pero por lo de la pandemia está en standby, porque en su mayoría son trabajos presenciales.

¿Fue en los medios como conoció a su esposo?

-No. Lo conocí en una boda. Resulta que mi suegro, que era presidente de Venevisión, no pudo viajar para asistir al matrimonio de Ricardo Alarcón y la presentadora María Lucía Fernández, y Carlos asistió en su representación. Ahí nos conocimos. Es que si no hubiera trabajado en Caracol ¿qué iba a ser yo en esa boda de los duros del canal? (risas)

 Usted participó en el reinado hace 29 años, ¿valió la pena?

–Si no hubiese sido reina ¡hoy mi vida sería otra! (risas). Es como un tren que pasó y me monté. Pero si no, no sé dónde estaría hoy. Nadie me conociera, ni se me hubieran abierto tantas puertas.

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