Los grandes expertos del mundo del marketing te lo dicen todo el tiempo: “Es necesario encontrar tu gran diferencial en el mercado, eso que tú haces mejor que nadie, que te identifica, que es solo tuyo y con lo que puedes sobresalir”. Ante este reto tan grande de encontrar lo que nos hace completamente únicos y diferentes empezamos a pensar en cuáles son nuestros diferenciales enfocándonos en aspectos como el precio, la etiqueta, la experiencia, los años en el mercado, el color del logo, etc.

Hasta hace algunos años el marketing tradicional funcionaba muy bien con estos “diferenciales”, pero hoy en día esto no es así. Los productos y servicios que encontramos en el mercado, y que abarrotan nuestras redes sociales diariamente, nos obligan a cambiar la estrategia para poder realmente llamar la atención, salirnos del formato tradicional, captar a nuestra audiencia, pero sobre todo mantenerla enganchada en lo que ofrecemos, decimos y servimos.

El reto es gigante. Diferenciarse desde la autenticidad se ha convertido en una verdadera encrucijada, especialmente paras los pequeños negocios que no logran acomodarse, encontrar su propia voz y sobre todo sacarle ventaja a sus verdaderas ventajas frente a la competencia. Esto nos pone a pensar tanto, pero tanto en cómo sobresalir sino tenemos dinero para hacer grandes campañas e invertir en pago de redes sociales, influenciadores, pauta, etc. que el único recursos que nos queda es la creatividad, lo cual exige decirle adiós al miedo y concentrarse en la acción.

Como los seres humanos que somos únicos (aunque parezcamos muy similares en muchos casos) los negocios también tienen su propio sello, tienen su ADN, lo que sucede es que no lo hemos descubierto porque realmente no nos hemos puesto a trabajar en ello, ya que se nos hace más fácil mirar lo que el otro hace para comenzarlo a implementar nosotros mismos. Es por ello que nos encontramos con miles de marcas que no tienen “corazón”, que se convierten en “fantasmas” de la información, contenidos, formas y diseño, que no son capaces de hablar por sí mismos y se mantienen lejanos de la autenticidad.

Nada más emocionante que desarollar nuestras empresas desde nuestros propios valores, nuestra misión única, una vision particular, con una forma muy particular de ser y decir las cosas, esta es la única manera de que nuestras marcas puedan trascender y dejen de “pelear en el mercado por el peso” por ese “centavo” que atenta contra nuestra utilidad y que a la final amenaza con sacarnos del mercado porque “por precio es insostenible competir”.

La pregunta que me harás ahora seguramente será: ¿Pero cómo encontramos ese diferencial? La respuesta es sencilla pero compleja. Aquí encontrarás algunas pistas que te ayudarán a develar el secreto que ni tú mismo conoces, pero que tus clientes sí, por lo que a ellos es a lo que les debes preguntar:

¿Por qué te compran a ti y no a otros?

¿Qué los hace regresar una y otra vez contigo?

¿Cómo sientes que les sirves mejor?

¿Qué recomiendan de ti?

También es importante saber dónde están tus clientes, cómo se comunican contigo y qué les gusta que les digas, porque de repente crees que te debes comunicar con ellos por Instagram porque tu competencia lo hace así, y las tendencias dicen que los reels tienen el mayor alcance, pero resulta que tus clientes te ven por Facebook, no tienen cuentas en IG y no saben qué es un reel. Eso no significa que no explores nuevas formas de comunicación para llegar a nuevos mercados y buscar más alcance; lo que significa es que no debes descuidar tu verdadera esencia por imitar la esencia de los demás. Mantente natural, sé tu mismo y recuerda que tus conocimientos compartidos generan autoridad, la autoridad confianza y la confianza ventas, así que enfócate en tus habilidades, en lo que sabes hacer y en lo que la gente dice de ti para hacer de tu negocio una empresa de larga duración con un sello propio que otros querrán imitar.