La champeta es uno de los bailes que más le gusta enseñar a Breyner Cantillo.
En plena pandemia el barranquillero Breyner Cantillo empezó a dictar clases de rumba terapia on line para adultos y niños. Hoy tiene decenas de alumnos y seguidores en redes.
Breyner Cantillo Berdugo dejó a su trabajo en las ventas, donde le iba de maravillas, para cumplir uno de sus grandes sueños: convertirse en instructor de baile.
Este barranquillero, nacido y criado en barrios populares como San Felipe y Los Andes empezó a escalar su meta cuando un amigo le pidió que le dictara clases a dos de sus hermanas.
Lo que empezó como una clase para dos amigas en la carrera 13 calle 24 terminó siendo un enorme grupo de más de 30 mujeres que quedaron encantadas con el profesor.
Mientras estudiaba en el Sena ingresó al grupo de danzas de la sede comercial bajo la tutoría de su maestra Marjorie Alandete, una de las primeras que le dio la oportunidad de que la reemplazara en las clases de rumba.
En ese entonces en su tiempo libre alternaba su trabajo con clases individuales y grupales. “Hasta ahí todo empírico porque yo buscaba una certificación en Bogotá para empezar con clases grupales e ingresar a un gimnasio”, narra.
Breyner cuenta que tenía esa meta en la cabeza, pero empezó a consolidarla cuando realizó un entrenamiento en liderazgo. Allí una de sus coach, Lisbeth Garrido, lo impulsó para que viajara a Bogotá.
“Yo renuncié de Makro en octubre y en noviembre viajé a la capital y me traje la certificación porque mi pasión siempre ha sido el baile”, cuenta.
Para ese entonces empezó a reemplazar en clases de rumba grupales a profesores de reconocidos gimnasios. La oportunidad de vincularse laboralmente a uno de ellos fue hace dos años cuando un colega renunció para irse a trabajar a Bogotá.
Hace dos años trabaja en Body Tech, pero al mismo tiempo sigue con clases individuales y grupales.
Confiesa que la pandemia por el coronavirus fue una extraordinaria oportunidad porque con el encierro, se le ocurrió lanzarse a las clases on line con una acogida enorme.
Con esa pasión que dice imprimirle a todo lo que emprende, Breyner arrancó su primer live el 18 de marzo del 2020. Mil personas se conectaron lo que para él fue una nueva motivación para continuar.
A los cuatro días hizo su primer live con la exeina del Carnaval Daniela Donado, que fue alumna en Body Tech, y ahí terminó de despegar en Instagram (@soybreynercantillo), en donde cuenta con más de 10.000 seguidores que ha ganado en menos de un año. Por las redes y su canal de Youtube enseña desde champeta y reguetón hasta salsa.
Durante el aislamiento también se lanzó con clases on line para cumpleaños, que también ha tenido una gran acogida. “Dependiendo de la temática nos vestimos, y desde mi casa recreo el ambiente y me conecto para que todos disfrutemos con el baile”, asegura.
Al mismo tiempo siguió contactando a cantantes, actores, modelos y reinas que lo han acompañado en varias transmisiones.
Cuando empezó la reapertura gradual cuatro jóvenes lo contactaron para clases presenciales en el Parque Las Américas, también con un éxito inesperado. Hoy son hasta 30 personas las que enseña las clases de rumba en esa zona de Barranquila, pero además, los concentra en el parque de Villa Santos los domingos en horas de la mañana.
“Me gusta retar a mis alumnos con coreografía, coordinación y resistencia y los resultados son increíbles”, cuenta.
Breyner considera que el baile es un estilo de vida porque no solo ejercitamos el cuerpo sino la mente, lo que sirve de gran ayuda sobre todo en estos tiempos difíciles por la pandemia.
“En mis clases hago que las personas se diviertan, que disfruten, pero sobre todo, que creen un estilo de vida saludable”, añade.
Recientemente se lanzó con rumba-kids, dirigidos a niños entre los 5 y 14 años, con una amplia acogida. Las clases las dicta los viernes a las 6 p.m. en el Parque de las Américas, pero se propone seguir creciendo en otros sectores.
Breyner, que ha ganado varias competencias nacionales de resistencia aeróbica y rumba terapia, dice que en cinco años se proyecta como el mejor instructor de baile y el pionero de clases para niños en escenarios al aire libre, pero también, que sus clases traspasen frontera a países como Estados Unidos.
Asegura que su sueño no se hubiera hecho realidad sin el apoyo incondicional de sus papás William Cantillo y Ana Cecilia Berdugo así como de sus hermanos William, Génesis, Saray y Liliney.
“Ellos saben que el baile es mi pasión”, repite con enorme sonrisa.