Empresariales / 14 de enero de 2023

Jazmín Guzmán, la zapatera prodigiosa del Carnaval de Barranquilla

Miguel Utria

Seis personas trabajan, de día y de noche, en el taller de esta artista del calzado para materializar los diseños que lucirán este año ocho grupos folclóricos de la gran fiesta barranquillera.

Cuando oímos hablar de la ‘zapatera prodigiosa’, viajamos con nuestra imaginación, y nos adentramos en el teatro para observar la clásica obra de Federico García Lorca que versa sobre el desamor, enmarcado por la nostalgia y el amor que sienten dos personas, presas de las intrigas que los había separado.

Sin embargo en esta ocasión no leeremos sobre esta obra de teatro, pero sí sobre las prodigiosas manos y el talento innegable de una mujer que con su destreza elabora bellos calzados que  tiñen de fantasía el vestuario de comparsas del Carnaval de Barranquilla.

Se trata de Jazmín Guzmán, una ama de casa quien asegura que el arte de la zapatería nació con ella y que el talento para diseñar, le viene del alma y aflora en cualquier momento.

“Yo puedo estar haciendo cualquier cosa, pero siempre pienso en mi trabajo y en cualquier momento me viene una idea para imprimirle a mi trabajo, así voy armando los diseños que quiero presentar”, afirma esta artesana del Carnaval.

Asegura que a veces sueña con lo que será el diseño de alguno de sus trabajos y de ese sueño han nacido muchas de sus creaiones.

Para el Carnaval de 2023 trabaja calzados para las agrupaciones Dacaná, Tromba Marina (de la Base Naval), Klama (del profesor Wilman Pallares) y El Torito de la escuela de Mónica Lindo.

Jazmín Guzmán

Igualmente tiene a su cargo las zapatillas de agrupaciones de Sabanalarga, Baranoa, Santo Tomás y del barrio La Manga, en Barranquilla. Sin embargo, durante el resto del año se encarga de diseñar los calzados de los grupos de danza de algunos colegios de la capital del Atlántico y otras ciudades.

“En una ocasión alguien corrió la voz en Medellín de que aquí en Barranquilla alguien elaboraba calzados de fantasía, y nos llegaron pedidos para el desfile que realizan allá. Le envié los diseños y se enamoraron del trabajo”.

Esta prodigiosa mujer, que más que artesana, es una verdadera artista que pertenece a una familia que se ha dedicado al arte de la zapatería, la cual ha pasado de generación en generación.

“Yo no he realizado estudios sobre moda o diseño de calzado, lo que sé es completamente empírico. Las ideas me surgen con facilidad y los diseños los construimos con las ideas que los miembros de una agrupación me van sugiriendo. Yo los traslado a la materia prima y el resultado siempre es de satisfacción para el cliente”, afirma.

Pero además el diseño que se presenta a cada cliente depende además del vestuario, a la ocasión en que se vayan a presentar, porque además de calzado de fantasía para el Carnaval, ella diseña y elabora los zapatos para las clausuras de ciertos colegios privados de la ciudad, tacones para bailarines de salsa que se presentan durante el año, zapatillas para ballet y calzado en general.

El taller de Jazmín funciona en su casa, ubicada en el barrio Chiquinquirá, y en el mismo laboran cinco personas más, las cuales están, por estos días, en la temporada alta de sus productos. Asegura que muchos de los trabajadores laboran hasta casi el amanecer, se van a sus casas y a las dos horas están nuevamente metidos en su quehacer.

A pocas semanas de iniciar el Carnaval, el taller de Jazmín es un hervidero porque tienen a su cargo los calzados de ocho agrupaciones, a las cuales deben entregarles los trabajos el 4 de febrero por lo que el trabajo es casi que de 24 horas continuas.

“Este trabajo pudiera parecer extenuante o aburridor, pero no. Para nosotros, cuando llegan estas fechas, es lo que más nos alegra. Los muchachos le meten pasión al trabajo porque esto nos gusta, y lo hacemos con todo el gusto del mundo”, puntualiza Jamín.

Y es que para esta artista y sus colaboradores la mayor satisfacción la sienten cuando ven las comparsas o agrupaciones haciendo sus presentaciones luciendo sus creaciones. Es en ese momento cuando se materializa la escena de una verdadera obra de arte en una puesta en escena, en el mejor escenario: el Carnaval el Barranquilla. “Ese es el mejor pago que podemos recibir”.

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