La ‘Tricolor’ ha incorporado a 15 jugadoras provenientes de las categorías juveniles, quienes ahora forman parte del equipo absoluto.
La Selección Colombia femenina atraviesa un periodo crucial de transformación y aprendizaje. Bajo la dirección de Angelo Marsiglia, el equipo ha vivido un año intenso, marcado por retos que han puesto a prueba tanto su capacidad competitiva como su fortaleza mental.
Aunque el técnico reconoce que los resultados no han sido los esperados, tiene claro que el proceso de consolidación está en marcha, con la mira puesta en un 2025 lleno de grandes desafíos.
«No estamos conformes, pero hay un proceso de crecimiento que se está dando. Nuestro objetivo es preparar al equipo para el futuro, no solo para cumplir con los compromisos inmediatos, sino para alcanzar un nivel que nos permita aspirar a grandes logros», sostuvo Marsiglia.
UN AÑO DE EXPERIENCIAS DIFÍCILES, PERO VALIOSAS
La temporada reciente estuvo marcada por dos competencias de alto nivel. En la Copa Oro femenina, la selección fue eliminada en cuartos de final por Estados Unidos, mientras que en el torneo olímpico, la historia fue igual de intensa: tras empatar 2-2 con España, el equipo quedó fuera en una dramática tanda de penales.
Estos resultados, aunque duros, han dejado lecciones importantes. Marsiglia considera que cada partido jugado es una oportunidad para evaluar fortalezas y trabajar en las debilidades.
LA FUERZA DE LA JUVENTUD
El técnico también destacó el impacto de las nuevas generaciones en el equipo mayor. Actualmente, 15 jugadoras juveniles han sido integradas al grupo principal, aportando energía, frescura y un estilo atrevido que promete ser clave para el desarrollo del equipo.
Estas futbolistas, muchas de ellas con gran proyección internacional, han demostrado cualidades destacadas como la velocidad y la potencia, aspectos que Marsiglia considera indispensables para enfrentar los desafíos de alto nivel.
PREPARACIÓN MÁS ALLÁ DEL PRESENTE
El enfoque del cuerpo técnico va más allá de los resultados inmediatos. Marsiglia dejó claro que cada entrenamiento y cada partido son parte de un plan a largo plazo que tiene como objetivo principal la Copa América de 2025. Este torneo no solo será una oportunidad para buscar el título continental, sino también un trampolín para el Mundial de 2027 y los Juegos Olímpicos de 2028.
LA IMPORTANCIA DE CRECER MENTALMENTE
Una de las principales prioridades para Marsiglia es fortalecer la mentalidad del equipo. Según el entrenador, el talento no basta en el fútbol moderno; la resiliencia, el carácter y la capacidad de mantenerse firmes bajo presión son factores esenciales para competir en el más alto nivel.
RETOS INTERNACIONALES COMO PLATAFORMA DE CRECIMIENTO
Enfrentar a selecciones con estilos y fortalezas diferentes es una parte fundamental del desarrollo del equipo. Marsiglia valora cada encuentro como una oportunidad para medir el progreso y ajustar las estrategias necesarias.
Aunque los desafíos son significativos, el cuerpo técnico y las jugadoras están comprometidos con el objetivo de llevar al fútbol femenino colombiano a lo más alto. El camino hacia la excelencia no es sencillo, pero con dedicación, disciplina y visión a largo plazo, el equipo está decidido a alcanzar sus metas.
Con el talento joven que comienza a brillar, el liderazgo de figuras experimentadas y un enfoque estratégico claro, la Selección Colombia femenina está sentando las bases de un proyecto ambicioso. El 2025 será un año clave, pero cada paso que se da hoy refuerza la posibilidad de escribir una nueva página de éxitos en la historia del fútbol femenino colombiano.