Juan Alejandro Tapia
Columnista / 11 de marzo de 2023

Las lobas

Luce espléndida Aida Merlano después de tres años y medio de detención en Venezuela. Con la piel tersa, el cabello sedoso y planchado, y un vestido negro de coctel que recuerda sus mejores épocas como congresista y diputada del Atlántico, la prófuga condenada a once años de prisión por delitos electorales subió un video a Instagram, pocas horas antes de su extradición a Colombia, que deja ver lo bien que ha sabido jugar sus cartas. Así lo ha hecho toda su vida, orgullosa, altiva, imponente, producida, hasta para saltar por la ventana de un edificio y caer de nalgas contra el pavimento.

Tampoco le restó importancia a su maquillaje y peinado Daysuris Vásquez, acorde con su imagen de señora ofendida y preocupada por el país, cuando destapó el escándalo de los controvertidos movimientos de dinero de su exmarido, Nicolás Petro, el hijo del presidente. Plata que, según ella, conserva en un CDT y que si alguien pregunta, ¿el Hombre Marlboro o el Turco Hilsaca?, estaría dispuesta a regresar. Si preguntan, claro está.

A las dos parece impulsarlas el torbellino de la Sesión 53 de Bizarrap con Shakira y su «las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan», si hasta la Merlano se atrevió a cantar a todo pulmón la letra de ‘La patrona soy yo’, de Aracely Arámbula: «Escuchen bien y mírenme, pensaron que jamás podría volver. Todas esas mentiras que de mí labraron, hoy se van a arrepentir. No pararé hasta lograr que todos los que me hicieron mal, hoy paguen poco a poco y sin piedad».

Es la proyección de lo que siempre quiso para su vida, convertirse en patrona, ganarse el respeto de la élite que la señaló con el dedo desde que la vio abrirse espacio a su manera. Pero, en realidad, Merlano no canta. Lo suyo es la fonomímica, como en su doblaje de la artista mexicana en Instagram, una muñeca manejada por un ventrílocuo que le abre y cierra la boca. Buen entrenamiento debió recibir en la tierra de Carlos Donoso.

Otro titiritero mueve los hilos de Day, a la que el «suris» parece que no le encajaba con su casa, camioneta y apartamento, cuestión de abolengo. La exesposa del delfín de agua dulce no tardó en anunciar en sus redes, tras conocerse que Merlano venía en un avión rumbo a Bogotá, que «hay más» por revelar. Son las lobas que pondrán a pelear de aquí a las elecciones regionales hasta que se defina quién se queda con la Alcaldía de Barranquilla o la situación se salga de control y sea mejor dejarlas a su suerte.

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